꙳ ﹡ ⛧ capitulo 2

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Fuego, cenizas, lagrimas, dolor, sufrimiento, sangre, gritos de desesperación y cadenas en mis pies impidiéndome huir de ahí. Todo era oscuridad absoluta, mi voz se ahogaba en mi garganta y mis lágrimas quemaban mis mejillas, no había luz o senderos para iluminarme, solo desesperación en las cuatro paredes y calor en mis muñecas.

Aire, mucho aire, el oxígeno me faltaba, no podía respirar: mi garganta se sentía seca y mis manos entumecidas.

Quería huir, quería salir, quería buscar la luz de la libertad, pero solo encontré un nada rotundo, que me hizo sollozar.

Abrí mis ojos de golpe recuperando el aire que me faltaba, mi pecho subía y bajaba con precisión, aumentando de esta forma mi ritmo cardiaco, miré con ojos somnoliento la habitación en la me encontraba.

¿Un hospital?

Arrugue mis cejas sin entender lo que había pasado, intente moverme, pero mis brazos y cabeza dolían como el infierno, incluso mi espalda se sentía dolorosa, como si un camión me hubiese pasado por encima como mi lecho de muerte final.

La puerta de la habitación se abrió lentamente y unos globos aparecieron en mi campo de visión, sonreí ladina mirando a Willow llegar, su sonrisa me mostraba lo aliviada que estaba de verme bien, y yo hice lo mismo.

—Hola... ¿Te sientes bien? —pregunto acercándose a mí, dejo los globos en la mesita blanca de al lado y me miro preocupada.

—¿Qué sucedió anoche? —cuestione un poco confundida.

Willow muerde su labio y toma mi mano lastimada.

—Tuviste un accidente anoche, por suerte no fueron heridas muy graves gracias a Dios. —explico sonriéndome suavemente.

Yo me mantuve en silencio, procesando la información que estaba recibiendo, lamí mis labios observando la venda en mi brazo derecho que cubría mi muñeca con un punto rojo.

—¿Y cómo llegue aquí?

—No lo sé. Los paramédicos dicen que llegaste en un auto negro y después el auto desapareció.

Fruncí mis cejas mirándole intrigada.

—Amity, lo que paso anoche pudo ser peor. Vanessa intento entrar, pero no la deje, ugh, esa maldita perra, por su culpa estas aquí.

Negué con mi cabeza con mis ojos apunto de soltar lagrimas gracias al recuerdo de Vanessa traicionándome, que idiota fui.

—No, no Willow... Vanessa no tiene la culpa, yo fui la que no se dio cuenta de lo que pasaba. —intente convencerme, por muy dura que fuera.

—¿Qué? ¿Eres tonta? Si esa imbécil no te hubiese puesto los cuernos no estarías aquí lamentándote, pero, sabes, todo pasa por una razón: si el destino hizo que te dieras cuenta que Vanessa Butler no es para ti, entonces es porque algo mejor se aproxima, estoy segura.

Las palabras de Willow hicieron mis lágrimas salir sin parar, sentía que había sido una ciega y una tonta durante estos cinco meses de relación, ni siquiera pretendía que fuera la más perfecta.

Pero ahora me daba cuenta que nada de eso era real, que, así como el amor venia, también se marchaba para no volver. No debía seguir sufriendo por algo que no me iba a satisfacer en nada, era una perdedora, una idiota, una tonta, imbécil...

La puerta volvió a ser abierta, un doctor apareció haciendo una reverencia ante nosotros por respeto, llevaba una carpeta en sus manos, probablemente con mi diagnóstico médico.

—Me alegra que hayas despertado, Amity. —dice el hombre mirándonos a ambas— No todos corren con la suerte que tuviste.

Ladee mi cabeza confundida por las palabras.

—¿A qué se refiere con eso doctor? —cuestiona Willow a mi lado.

—Que la vida de Blight hubiese terminado anoche debido a un derrame —confeso—. El choque tuvo una hora aproximada desde las 11:54 de la noche hasta las 12:15. Recibió varias lesiones en su cuerpo desde su cabeza hasta sus huesos. —tanto yo como Willow abrimos los ojos sorprendidas— Por suerte, el golpe en su cabeza al momento de examinar no fue tan grave, y pudimos cubrir la herida de su muñeca y la de sus brazos. —siguió diciendo.

—¿Eso significa que puede darle de alta? —pregunta Willow esperanzada.

—Debido a que sus valores estables, por alguna extraña razón, supongo que si podemos darle de alta. Sin embargo, es importante cuidar sus heridas que aún están frescas y revisar su cabeza cada dos semanas para evitar algún inconveniente.

—Claro, yo me encargare de eso, doctor. —dice Willow con una sonrisa.

—Está bien, entonces eso sería todo. Pueden pedir el pase de salida. —sonríe y asiente con la cabeza saliendo del cuarto.

Willow se voltea para mirarme y me sonríe tranquila.

—Willow, quiero ir a casa. —pedí.

—¿Segura? Podemos quedarnos aquí un día más para asegurarnos que estés bien.

Negué nuevamente.

—No quiero estar aquí, por favor, llévame a mi departamento.

Willow dudo por un momento, pero al final termino aceptando mi petición. Ayudo a recoger mis pocas cosas y a levantarme, algunas enfermeras me colocaron la vía intravenosa en mi brazo izquierdo y nos dejaron ir poco después.

—Amity, ¿Tienes seguro?

—Sí, ¿Por?

—Lo vas a necesitar, tu auto sufrió lo peor, lo envié a un taller para ver si tenía arreglo. También tu celular, se le rompió la pantalla. —comento, mostrándome el teléfono con la pantalla rota un poco rota, intente probarlo y aun así funciona.

—Está bien, el teléfono es lo de menos —musite—. Pero el auto... uh... Mamá va a matarme.

—Hablando de tu familia, tu padre llamo esta mañana, pero no quise comentarle lo del accidente, no sabía cómo decirle.

—Lo sé, pero no quiero preocuparla en este momento, esperare unos cuantos días más.

Nos detuvimos frente al auto de Willow, mordí mi labio esperando a que me abriera.

Me ayudo a entrar al auto con cuidado segundos después ella misma entra al auto para colocar las llaves y encenderlo, prosiguió a conducir.

—Está bien, solo tú sabes. —declara— Me quedare en tu casa hasta que estés mejor, por cierto.

La observe de reojo.

—No tienes por qué hacerlo, estaré bien.

—Así dijiste la última vez y mira como quedaste. Tienes toda la suerte del mundo en seguir en pie, no sé cómo lo hiciste.

Sinceramente, yo tampoco sabía cómo lo había hecho. No todos corren con la suerte de sobrevivir a un choque de auto, o a un golpe en la cabeza, eran cosas que se experimentaban para contarlas. Yo entre en ese círculo de personas que no sabía de qué se trataba o como apareció ahí.

Opte por simplemente sacar una bandita y ponerla sobre la marca para cubrirla. Cerré mis ojos con cansancio para lograr conciliar el sueño.

Pero fue inevitable no soñar con ese espeluznante lugar, y aquellas cadenas privándome de mi libertad, podía ver mi propia huyendo, y la otra quedándose a mi lado, para buscar escapatoria conmigo.

Illecebra ✠ lumityWhere stories live. Discover now