꙳ ﹡ ⛧capitulo 3

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El humo del cigarrillo fue expulsado de su boca al momento en el que la última succión hizo su vientre contraerse y su esencia derramarse en el rostro de la mujer rubia agachada frente a ella. Sus ojos oscuros miraban los ventanales de su habitación, con la ciudad brillante de Brooklyn anunciando el anochecer.

Soltó el cigarrillo en el suelo y bajo su mirada hacia la mujer que limpiaba la comisura de sus labios, decidió tomar su cabello rubio y jalarlo hacia atrás para hacerla elevar su rostro, mirando el miedo en sus ojos verdes y escuchando los latidos de su corazón frenéticos.

Con solo una mirada hizo a la rubia gemir descontroladamente, controlando su cuerpo y su mente con sus ojos, haciéndola gritar del placer que sin un solo toque la hacía sentir. Una ladina sonrisa apareció en su rostro, para terminar empujando a la mujer con el orgasmo aún presente en su cuerpo.

Camino hacia su cama tomando el albornoz de seda rojo, sirvió un poco de vino y lo llevo a sus labios para darle un sorbo. Sin embargo la puerta de su habitación se abrió y cierto chico de cabellos rubios y traje de cuero lo miro fijamente como si buscará una respuesta a lo que estaba viendo justo ahora.

—¿Acabaste? —cuestiona el chico cruzándose de brazos.

La castaña dejó la copa en la mesita y se acercó a su armario para sacar su atuendo de esa noche.

—Ahora si. —murmuro con la voz ronca.

El chico miro a la mujer en el suelo desnuda y temblando ante los orgasmos que seguía psicológicamente sintiendo.

—¿Debo deshacerme también de ella? —la señala.

—Si quieres. Un alma más, un alma menos ¿A quien le importa? —se encoge de hombros.

—Noceda, hay cosas más importantes ahora que hacer sufrir a mundanas cualquieras. —espeto con molestia— Por ejemplo, ya saben que fuiste la héroe de una humana, ¿Sabes lo que eso significa?

La castaña camina hacia el baño indiferente, el chico suspira sobando su cien.

—Problemas, Luz, eso significa. Lilith está custodiando tu paradero, quiere que regreses a donde perteneces.

La mujer sale del cuarto de baño con una toalla alrededor de su cintura, todo su cuerpo tatuado junto a la marca en su espalda que representaba lo que era y lo que seguiría siendo hasta el final de sus tiempos y existencia en esta tierra.

—Corrección, Hunter. —comento— Yo no pertenezco a ese lugar, mi padre sí.

—Pero eres su legado.

— ¿Y quién lo dice? —le da una mirada fuerte y profunda, haciendo al chico dar un paso atrás.

—Solo quiero que recapacites, huir no te llevará a ningún lado, únicamente al destierro definitivo de este mundo, en el limbo inexistente para toda la eternidad. —advirtió.

Luz no respondió, colocó su chaqueta de cuero y tomo las llaves de su auto para salir de su lujoso apartamento. Hunter suspiró dándose por vencido, se acercó a la chica colisionando en el suelo, y dejo su mano en su frente para hacerla caer en un sueño profundo.

La castaña salió del edificio hacia su auto negro, un Mercedes Benz convertible. Metió las llaves para encenderlo y conducir a toda velocidad por la ciudad. Una música de fondo sonaba haciendo mover su dedo índice sobre el volante.

Se detuvo frente a un semáforo y suspiró recostándose del asiento. En su mente no dejaba de llegarle la imagen de aquella chica pelimorada, y lo que había visto dentro de ella cuando dejo su marca en su piel. Estaba segura que jamás olvidaría el rostro lloroso de esa chica, más aún porque ese rostro parecía ser conocido para ella, pero no sabía de dónde o a qué venía tal apariencia física.

Illecebra ✠ lumityWhere stories live. Discover now