Illecebra ✠ lumity

꙳ ﹡ ⛧ capitulo 7

— ¿De verdad quieres ir con una mujer que recién conoces y no sabes absolutamente nada, aparte de ser la directora de un recital de ballet? —cuestiono Willow cruzándose de brazos en el marco de la puerta de la habitación de Amity.

—Pues si, no le tengo miedo al éxito. —se encoge de hombros— Además, no es para tanto, Willow, ella dijo que me ayudaría a encontrarme a mi misma, ¿Y sabes que? Tiene razón, soy muy rígida a la hora de bailar, debo cambiar eso.

Willow rueda los ojos por milésima vez esa noche.

—No eres rígida al bailar, eso es lo que te hizo creer esa mujer, eres muy buena en el ballet. No veo nada malo. —se encoge de hombros.

Amity termina de colocar su chaqueta de mezclilla y le da una mirada a su amiga la cuál lucía un poco preocupada.

—Willow, estaré bien, confía en mí, solo me invitó a un lugar y yo acepte.

— ¿Y si es un hotel?

— ¿Cómo va a ser un hotel? —cuestiona riendo— No seas paranoica.

—Venga ya, Amity, ¿Confías en esa mujer?

Amity muerde su labio pensativa. —Quizás, no lo sé.

—Yo no. —confiesa— Aún así, recuerda llamarme cualquier cosa y si intenta hacerte algo, solo corre. —le advierte.

Amity suspira y asiente acatando la orden de su amiga.

—Esta bien, lo haré. —afirma— ¿Ya puedo irme?

—Si, me quedaré aquí esperándote.

—Sí te comes mi cereal eres gay.

—Ya lo soy.

Amity niega con una sonrisa y sale de su apartamento hacia el ascensor. Su mejor amiga estaba siendo un poco dramática, pero en parte lo entendía, aún así no es como si la señorita Noceda fuera hacerle algo malo, solo lo invito a un lugar, posiblemente a algún restaurante.

De todas formas, solo era una noche más del montón.

Salió de su edificio permaneciendo en la entrada hasta lograr ver un auto negro acercarse, la pelimorada muerde su labio viendo la ventanilla bajar y el rostro de Luz sonreírle.

—Querubín, justo a tiempo.

Amity sube al auto con timidez, observo a la castaña y esta le regaló una de sus mejores sonrisas, Amity casi se atraganta cuando ve su atuendo oscuro, una camisa de botones desabrochada casi a la mitad, una chaqueta de cuero y unos jeans rotos. Su cabello caía sobre su rostro, viéndose etérea y hermosa.

¿Cómo es que podía tener esa belleza? ¿Cómo es que lograba mantener los ojos de Amity fijos en el mismo lugar donde permanecían sus labios?

— ¿Estás lista?

—S-si... —balbuceo un poco tímida.

Luz sonríe ladina y conduce hacia su destino, Amity veía por la ventanilla la ciudad de New York brillante y prospera, más aún en tiempos de invierno donde todo parecía cubierto por neblina y copos de nieve.

El auto de Luz estacionó frente a una discoteca, específicamente en la suya. Amity no entendía que hacían en este lugar, pero aún así salió del auto junto a la imponente mujer. Los guardias le dieron el pase y ambas entraron al club con las luces de neón rojas alumbrando el lugar.

— ¿Por qué vinimos a este lugar? —cuestiona una incómoda Amity.

—Porque es mi club, y es aquí donde aprenderás a encontrarte a ti mismo.