17 | ¿Estás segura de haber ganado el juego?

74.7K 3.5K 3.6K
                                    

Este capítulo va dedicado a Micaa200313 por haber obtenido el primer lugar en la dinámica «¿Quién lo dijo?» organizada en Twitter.

Capítulo 17 | ¿Estás segura de haber ganado el juego?

Hailey

Después de pasarme el fin de semana llorando por el fin de mi follamistad con Tate, encontrármelo en la puerta de mi casa era lo último que me esperaba.

Pero aquí está.  Con su camiseta negra de Imagine Dragons, sus tatuajes, su pelo desordenado y sus ojos grisverdes fijos en mí. Y, Dios, es tan guapo, tan perfecto, que quiero llorar. O besarle. No lo sé. Bueno, sí lo sé: quiero besarle. Pero la he cagado y el hecho de que esté aquí es más que suficiente por ahora.

—Hola —lo saludo tímidamente. Es extraño; nunca, nunca, me había sentido así de cohibida. Qué vergüenza.

Tate me dedica una sonrisa pequeña pero reconfortante.

—Hola. ¿Puedo pasar?

«Por favor. Y quédate, gracias». Que no lo diga en voz alta es señal de lo nerviosa que estoy. En lugar de eso, asiento despacio y me hago a un lado para dejarle entrar. Spyro corre a saludarle animadamente y Tate suelta una carcajada suave que hace que mi corazón vibre antes de agacharse para acariciarle. Aunque esta vez no lleva traje, la imagen sigue siendo preciosa. De hecho, es incluso más tierna y familiar, porque sí, el traje le quedaba muy bien, pero esta camiseta es muy él y deja a la vista mi tatuaje favorito: el del bosque con flores, la luna y las estrellas.

Cuando se levanta, veo que sonríe. Y es una sonrisa cómoda, sincera, pero hace que me pregunte a qué ha venido. ¿Va a hacer como si la discusión que tuvimos nunca existió? Porque no sé si estoy dispuesta a seguirle el juego (y sí, soy consciente de que hacerlo me beneficiaría, en cierto modo).

—¿Quieres que hablemos en mi habitación? —le pregunto, y esta vez sueno bastante más segura de mí misma.

Tate asiente y me sigue cuando subo las escaleras. Dejo que entre primero y cierro la puerta detrás de mí. Se sienta en mi cama, abrazando uno de mis cojines blancos de pelito, lo cual me parece súper tierno porque no pega nada con su imagen de bad boy, pero sí con su personalidad. Es lo que más me gusta de él: aunque es dominante, seguro de sí mismo y supone un reto constante para mí, también es increíblemente dulce.

Aún estoy decidiendo si sentarme con él o quedarme de pie junto a la puerta cuando Tate suelta:

—Creo que hace unos años me podrías haber llegado a gustar demasiado, pero no lo permití y la verdad es que me alegra no haberlo hecho.

Auch. Ni siquiera me molesto en fingir que no me ha hecho daño; esbozo una mueca dolida al instante.

—Vaya, qué gran halago —respondo en un tono mordaz que nada tiene que ver con la timidez con la que le he recibido. Entonces, el muy capullo hace algo que vuelve a sorprenderme: se ríe.

Frunzo el ceño y me cruzo de brazos. ¿En serio ha venido hasta aquí para humillarme? Pensaba que su sadismo empezaba y acababa en la cama, pero veo que me equivocaba. Y él también se equivoca si piensa que voy a tolerar algo de esto. No obstante, antes de que pueda echarle de mi habitación hecha una furia, vuelve a hablar:

—Espera. Deja que termine.

—Tate, a estas alturas ya deberías saber que la paciencia no es una de mis muchas virtudes. Entiendo que lo que hice el otro día te molestara, pero no te da derecho a...

Juego de seducción © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora