18 | Algo que no es amor

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Este capítulo va dedicado a yayvr_ por haber obtenido el segundo lugar en la dinámica «¿Quién lo dijo?» organizada en Twitter.

Aviso: cambié algunos detalles del capítulo anterior. Los más importantes están antes de la escena +18, por si queréis echarles un vistazo.

Capítulo 18 | Algo que no es amor

Hailey

—Entonces... ¿qué sois ahora, exactamente? —me pregunta Madison mientras guarda en la despensa el paquete de pienso que he traído desde casa.

Spyro se va a quedar con ella todo el fin de semana. Me habría encantado llevarlo a San Diego con nosotros, pero no quiero que se estrese en el avión y ni siquiera sé si vamos a tener tiempo para cuidar de él como se merece durante el viaje.

—¿A qué te refieres?

—Has dicho que vuestra relación es exclusiva ahora. ¿En qué os convierte eso?

—En dos personas que follan entre ellas de manera exclusiva —respondo sin pensármelo mucho. Eso es exactamente lo que somos, ¿no? Madison asiente despacio con la cabeza, pero me mira como si no terminara de entenderlo del todo—. ¿Qué pasa?

—Nada. Es solo que... te lo vas a llevar a San Diego. Dos días. A pasar un fin de semana con tus padres —señala—. No te he visto invitando al resto de chicos con los que has estado a este tipo de cosas.

—Es que Tate me gusta mucho más —digo con sinceridad.

—Ya, si se nota. —Termina de guardar el resto de cosas (la correa, los cuencos para la comida y el agua, las chuches...) y me sonríe—. Me alegro de que hayas podido solucionar las cosas con él. Pásatelo muy bien en San Diego. —Se despide con un abrazo. Su perfume floral inunda mis fosas nasales—. Usad protección. Dile a Tate que no se pase con sus...eh... «muestras de cariño» —se ríe suavemente.

Sí, le he contado lo de los azotes.

—Ah, y ni se te ocurra volver a cogerle el móvil.

Sí, también le he contado eso.

—¿Te recuerdo que todo esto empezó porque tú cogiste el mío y decidiste mandarle un mensaje sin mi permiso?

—No, todo esto comenzó porque le pediste su número estando borracha y luego pasaste dos semanas haciéndole esperar. —Se cruza de brazos, pero las dos estamos sonriendo—. Además, mandé el mensaje contigo delante. No es mi culpa que estés ciega.

—Confiaba en ti, Judas. —Finjo sentirme traicionada.

—Me hiciste ver Crepúsculo. Mis pecados han sido expiados.

—Venga ya, admite de una vez que te gustó.

—La película es malísima.

—Pero te gustó —insisto, divertida. Madison deja escapar un suspiro pesado.

—Vete ya, anda. —Me echa de su casa.

Y sí, lo mejor es que me vaya ya. Después de todo, tengo un vuelo que coger.

Está claro que cuando mi madre dijo: «Es posible que a Tate le intimide un poco pasar todo un fin de semana con nosotros», lo que quería decir en realidad era: «Que sepas que si acepta venir al viaje voy a hacerle preguntas hasta que quiera tirarse por una de las diminutas ventanas del avión».

Juego de seducción © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora