Gente... ¿amigable?

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Otro día, otro dolor en el trasero, o eso era lo que pensaba aquel chico llamado Tadano cuando se levantaba de su cama, la cual era una litera, ya que compartía el mismo cuarto con su hermana. Incluso teniendo que dividir una mesa larga por mitad para que cada uno tuviera un escritorio para poder hacer sus tareas escolares o cualquier cosa que ocupara un escritorio.

Su hermana llamada Hitomi Tadano seguía durmiendo como un bebe en la cama de arriba, pero era obvio que seguía durmiendo porque apenas eran las 3:00 AM y la oscuridad seguía invadiendo el dormitorio. Con todo el sigilo del mundo, Tadano al ya estar para se dirigió lentamente al baño, pero los rechinamientos del suelo de madera no cooperaba con la pequeña operación sigilosa, pero aun así el chico fue afortunado de llegar al baño sin nada de problemas para poder lavarse la cara por el insomnio que sentía en aquel momento.

Al ver su propio reflejo en el espejo, pudo notar unas bolsas negras debajo de sus ojos (también llamadas ojeras), supo que no iba a poder dormir por el resto de la noche, estaba completamente estresado por el día anterior, la cual fue bastante peculiar e inusual.

El chico más "normal" de la escuela era el primer amigo de la chica más popular de la escuela, aunque ese no era su plan, solo reacciono por ser una buena persona, pero los pensamientos mundanos invadían su cabeza. La traición entre amigos y desconfianza siempre acompañaban a Tadano en todos los días escolares, pero ahora con su habilidad de poder sentir el ambiente y producir el suyo le daba la ventaja de al menos saber quienes eran sus verdaderos amigos.

Por haber dormido solo unas horas, las alucinaciones se volvieron presentes en la mente de Tadano, pudo ver como su versión más joven salía proyectado en el espejo, lo cual solo le causo gracia al chico. Su mente se ponía trucos así mismos, pero al saber que todavía era muy temprano, en un parpadeo su reflejo volvió a la normalidad, talvez debería dormir un poco más, incluso si no quisiera.

Tadano al salir del baño se dirigió a la cocina y se preparó una taza de leche con café, la cual era más dulce que el café normal. El chico pensó que podía quedarse despierto por el resto de la noche, pero no fue así, ya que al terminar su bebida y recostarse en su cama, solo se quedó profundamente dormido y lo mejor era que apenas eran las 4:00 AM, lo cual le daba tiempo suficiente para descansar más y saber qué hará al siguiente día.

Mientras en la residencia Komi, Shouko no pudo dormir en toda la noche por el día anterior, no podía creer que después de tanto tiempo, por fin pudo conseguir un amigo, pero un amigo "verdadero", ya que incluso mostrándole su más grande deseo, este jamás se separó de ella incluso por más tonto que fuera. Un sonrojo notable aparecía en la cara de aquella chica por la felicidad de tan siquiera no volver a ser excluida... nunca más.

Con tan solo recordar su cara, tan cerca de ella, se exaltaba demasiado, su primer amigo, era demasiado increíble. Al tener tanta emoción y felicidad no pudo evitar soltar chillidos mientras pataleaba y abrazaba su almohada con una fuerza abrumadora, la cual hizo que unos pasos comenzaran a acercarse a su cuarto y ya sabia quien era. En un abrir y cerrar de ojos se hizo la dormida, mientras que su mamá llamada Shuuko Komi, abría la puerta y le daba un pequeño vistazo y al notar como su hija no hacia ningún movimiento pudo deducir que estaba dormida. Lo cual fue exactamente lo que paso, Komi-San al intentar hacerse la dormida en realidad se quedó en un profundo sueño mientras sobre lo maravilloso que podría ser el día siguiente.

Incluso su propia madre lo sabía, ya que el comportamiento de Shouko Komi había sido demasiado positivo después de llegar de la Preparatoria.

Ninguno de los 2 podía esperar a comenzar el día y conocer nueva gente con la cual relacionarse.

Las horas pasaron y en la residencia Komi, se podría ver como la madre de Shouko le gritaba de una forma amable, pero también algo apresurada haciendo que su hija se despertara del susto y al ver como solo faltaban 30 minutos para que comenzaran las clases. Esta se paró y comenzó a cambiarse más rápido que un rayo, lo cual su madre se percató y bajo las escaleras rápidamente para ponerle un poco de té en un termo que ella tenía, no paso ni 5 minutos para que su hija bajara por las escaleras, tomara el termo y saliera despavorida a su escuela.

La Discordia (Komi-San No Puede Comunicarse)Where stories live. Discover now