cuarenta y uno.

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«𝐓𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬»

Cuando menos lo imaginaron, habían pasado cinco años frente a sus ojos; el alfa había cumplido ya veintisiete años y el omega veinticinco años.

Las facciones de ambos habían madurado con el paso del corto tiempo, habían tenido grandes cambios.

El alfa había recortado sus cabellos después de mucho tiempo, rebajados hasta la nuca y sus orejas, su cuerpo se había anchado, su mandíbula perfilado más y pocas barbas adornándola; imponía poder.

Al omega su cuerpo había cambiado, sus muslos, caderas se ancharon, su cintura se delineo un poco, su rostro no había cambiado casi nada, seguía con esa esencia de adolescente; imponía belleza pura.

Felix se había graduado de la universidad, siempre con el gran apoyo de su alfa quien le hizo una gran fiesta de celebración, su padre era el mas orgulloso, su pequeño cachorrito ahora era un gran chef.

La pareja había viajado por algunos países que estaban en su lista de deseos, el alfa disfrutaba darle a su omega lo mas que podía, como se encantaba viaje tras viajes de las maravillas que ofrecía cada uno.

Cuando decidieron quedarse a vivir en Corea. Felix decidió abrir su propia pastelería, que con e apoyo incondicional de Chan, había sido un lugar diseñado a los gustos de su amado esposo; con ayuda de su diseñador personal, HyunJin.

El lugar era de colores pasteles, rosa, azul contrastando con el blanco, el omega quería tener algo de Suiza, por eso fue el diseño tan acogedor, quería tener algo con Busan, por eso el arco de flores que decoraba la entrada del lugar; el mostrador era de cristal e incrustaciones de mármol, luces colgándose del techo y plantas en cada rincón, con la amplia colección de postres que Felix había creado, como ese delicioso flan de frambuesas, que era el especial de la casa.

Solo que, el omega no era el único dueño de ahí; su mejor amigo era el segundo al mando. SeungMin era el encargado de los platillos gourmet, que a completaban la visita de los delicioso postres.

Chan había madurado, no solo físicamente, si no también laboral, se había ganado el respeto de todos sus empleados, hasta los que se burlaban de el, de que nunca lograría nada, ahora agachaban la cabeza cuando el imponente alfa pasaba delante de ellos con su mirada siempre enfrente.

Ambos habían cambiado, pero su amor entre ellos solo crecía cada vez mas.

Seguían en su hogar, los tres juntos, Chan, Felix y la dorada Tonks.

Ahora era toda la semana que las pasaban juntos, sus días mejoraban cuando ambos cruzaban las puertas de su hogar y se recostaban en los sillones, o subían a ver películas al cine que estaba en el ático,(el cual Chan había podido tener después de mucho tiempo), o simplemente quedarse dormidos abrazados en su cama.

Aunque muchos habían querido interferir en su camino para tratar de separarlos, ellos seguían fuerte, amándose, siendo leales, por que ni los dioses de arriba podrían separarlos.

Pero no eran los únicos que se amaban en esta historia, después de meses...SeungMin le había dado el si a HyunJin y habían empezado una bonita relación.

Donde la prioridad del alfa puro, era que su bonito alfa siempre se sintiera amado. SeungMin había caído profundamente enamorado de HyunJin, no había día que no le recordara cuanto lo amaba, cuando amaba tenerlo junto a él. Sin olvidar el día en que HyunJin le dio una buena paliza a su imbécil ex.

Chan amaba ver a su omega en su propia pastelería, siempre tan atento a cada petición, a cada cosa que sus clientes pedían y como el solito había crecido y ganado tanto reconocimiento.

Felix amaba ver a su alfa ser quien era, un jefe digno de admirar, siempre tan recto, tan dedicado a su trabajo, como le llegaban propuestas para asociarse y crecer cada vez mas dentro de los negocios.

Solo que les faltaba algo para sentirse completos.

En una noche apasionada y llena de placer cuando fue su quinto aniversario que pasaron el Grecia de vacaciones, habían platicado el echo, de querer expandirse.

De tener a un pequeño ser en sus brazos, que llorara, que tomara biberones y que fuera siempre mimado por el alfa, escuchar balbuceos y risas inocentes, o que algún día el pequeño ser dijera mami o papi.

Habían decido empezar a intentar que el omega quedara en cinta, solo era cuestión de tiempo para que las pruebas dejaran de salir negativo. El alfa había acurrucado junto a el cuando habían echo la primera prueba y había salido negativo, como su pequeño esposo había llorado ligeramente por el echo, de que no daba positivo.

Pero ninguno se daba por vencido, cuando su suerte estuviera de su lado, esa prueba saldría positivo, indicándoles que un pequeño cachorro crecería dentro del omega.

Listo para ser adorado y amado como una dulce y suave melodía.

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¡gracias por leer!

in love with you › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora