Capítulo 5

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Se había vuelto un juego, entre Jungkook escapando de Taehyung cada vez que salía, como este intentando hablarle. No es que el peliazul lo acosara, solo que Jungkook no deseaba confundirse más de lo que estaba.

La atención y amabilidad de Taehyung le estaba afectando más de lo que deseaba, pero se negaba rotundamente aceptarlo. Por lo que, busco más maneras en la que podría entretenerse para olvidar las locas palabras de su vecino.

Así que, ahora se encontraba haciendo las compras como por tercera vez esa semana, ocupando exitosamente su mente. Y sin darse cuenta que mientras buscaba la forma de no pensar en el peliazul, lograba olvidarse de lo miserable que estuvo siendo su vida antes de la llegada de este.

– Oh, no puede ser, no alcanzo – Escuchó el leve susurro no muy lejos de él, una chica ciertamente más baja que él, se levantaba en la puntas de sus pies para alcanzar el enlatado que estaba más alto – ¿Cómo es que siempre colocan mi favorito allí? – se cuestionó la chica hacia si misma, Jungkook no pudo evitar reír por el comentario, así que se acercó a la chica que lo miró sorprendida al sentir su presencia y notar su lindas intenciones, pero antes de que Jungkook tomara el enlatado, otra mano se acercó y lo agarró por él.

– Deja de ser mentirosa, justamente allí hay de estos – El peliazul señaló los enlatados no muy lejos de ellos y a una altura muy considerable para la chica.

– Taehyung – reprochó el pelinegro al observar como la chica se sonrojaba, Taehyung blanqueo los ojos entregándole la lata a la chica, que lo acepto y dio media vuelta para irse. – ¿Por qué hiciste eso? –

– Se veía estúpida intentando coquetear contigo – No dudo en quejarse, afrontando al chico que solo soltó un suspiro.

– Se veía tierna en realidad – Aquellas palabra hicieron click en Taehyung quien tenso la mandíbula ante de acercarse un paso hacia a Jungkook, tomándolo por sorpresa al traerlo del cuello de la camisa. Dejando sus rostro a escasos centímetros.

– Lo dudo Jungkookie –

– Es esto un escena de celos ¿Así piensas conquistarme? – Preguntó dejando ver una sonrisa divertida, la cual fue correspondida por Taehyung.

– Oh pequeño, yo que tu no tentaría esa llama – Ambos seguían observándose directamente, ninguno de los dos cediendo.

– ¿Por qué? ¿Me vas a salir con eso de que "quien juega con fuego se quema"? – El agarre de Taehyung se aflojo completamente, pero eso no hizo que Jungkook se alejara, por lo que su mano cambio a pasar por el cuello del chico pelinegro, erizando todos su vellos en el proceso.

– Créeme, conmigo encontraras más que fuego – La tensión se sentía en el ambiente, aún si se encontraba en medio del pasillo de una tienda. Era simplemente electrizante la manera en que aquello se sentía para Jungkook, juraba que nunca había sentido aquel susurro que lo llamaba ahogarse en algo totalmente desconocido.

– No lo dudo Kim – Con aquello, se separó del peliazul, pasando por un lado y saliendo de aquel pasillo, dejándolo con el corazón un poco fuera de lugar.

Jungkook escuchaba la música resonar en sus oídos, observaba a su alrededor notando como grandes grupos de personas bailaban y se divertían, él solamente los miraba mientras tomaba otro trago de su vaso, varias chicas y hasta chicos se había acercado para intentar sacarlo a bailar o invitar un trago. Pero los había declinado a todos, nunca fue de esas personas que se desahogaba en otras o al menos de esa manera de la que encontrarías en un bar.

Solo deseaba despejarse, tomar un poco e irse a su casa. Y fue exactamente lo que estaba por hacer, salió de aquel sitió después de tomar su último vaso. Tambaleo un poco sobre sus pies pero fue capaz de sostenerse por un momento, hasta que al seguir caminando volvió a perder el equilibrio.

– Oye cuidado – Le dijo un chico mientras lo sostenía, Jungkook alzó la mirada encontrándose con un chico rubio, quizás mayor que él por sus facciones.

– Gracias – Se soltó del chico siguiendo con su caminata pero este se le junto a un lado.

– Recuerdo que me rechazaste allá dentro, pensé que andabas con alguien – Jungkook lo observó sorprendido, pues ni siquiera lo había recordado. Con una sonrisa avergonzada logro disculparse mientras seguían caminando.

– No se, es una lastima que estés solo – El pelinegro solo seguía sonriendo por cortesía más que nada, ya que no sentía que el chico tuviera alguna otra intención que sacarle conversa. Sin embargo, sus dormidos sentidos se despertaron al sentir una inusual presencia detrás de él, tal y como las veces anteriores, todo sentido de desorientación por los tragos, desapareció en cuestión de segundos.

– Oye, creo que mejor nos separamos aquí, me dijiste que tu casa quedaba por aquel lado, la mía queda al contrario – Mintió, pues su casa en realidad no quedaba muy lejos a la del extraño.

– Yo te acompaño si quieres no quiero que te...–

– No gracias estoy bien, fue un gusto conocerte. Adiós – Jungkook no dudo en alejarse del chico para evitar que saliera lastimado en lo que fuera que sucediera. Al igual que aquella vez caminó y corrió hasta volver a encerrarse en un callejón, sabiendo bien que aquella extraña sombra lo seguiría y así fue.

– Hoy no deberías de escapar – Dijo con la voz ronca, tomando su pistola con una mano y al igual que la vez anterior, el hombre se acerco sin titubeos. Sin embargo, esta vez Jungkook realizó un movimiento más rápido y arriesgado.

Con su mano libre, logro sacar la gorra y el cubre boca sin que la otra persona se defendiera como lo esperaba. Solo que el factor que no pensó, el que no analizó para saber como actuar fue el descubrir quien era aquella persona.

– ¿Taehyung? –La cabellera azul se había desordenado al quitar la gorra, y el chico no se inmuto al encontrarse de frente con el menor. Taehyung dio un paso más, escaneando el rostro sorprendido del menor.

– Te lo dije, soy más que fuego – agarró de la nuca a Jungkook acercándolo hasta que sus respiraciones se mezclaron – No intentes escapar más Jungkook –

Jungkook no escapo, dejo que el mayor juntara sus labios en una ráfaga rápida y fuerte, sin ternura alguna, solo control.

La pistola continuaba en la mano del pelinegro, solo que ahora esta rodeaba el cuello de Taehyung junto a la otra, para conseguir acercarlo más de lo que ya estaba.

Para sentir más de aquella electricidad que lo recorría, de la suave textura de aquellos labios tan seguros de lo que hacían, para sentirlo un poco más, como nunca lo había hecho, cumpliendo con los sueños que su mente había creado todas esas noches. 

Miénteme. KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora