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EL MÁS BUSCADO,⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ capítulo seis — ojos y oídos por doquier
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Por la mañana la hermana del medio de los Baine no tenía idea de qué hacer. Revolvía su cereal con leche sin muchas ganas de desayunar, con una pierna brincando por la ansiedad debajo de la mesa, por eso no se delataba. Keith era de esas personas a las que no se les quitaba el hambre con nada, siendo así, ardiendo en fiebre como estaba, se dispuso a servirse su segunda ración. Así que el matrimonio tenía que cuidar de los dos menores: el más enano por enfermo y ella por afligida debido a la desaparición de su amigo. Jackson y Leyna le propusieron ir a denunciar a la policía, pero la chica como sabía que el cuerpo en realidad lo tenía tachado de asesino quería evitar que los adultos se enterasen. Mintió con que Wayne Munson se encargó de eso. Qué sería de ella cuando a sus padres les llegue la noticia del infame Munson.
Ellos por su lado tenían la mirada fija en la televisión —la habían movido de su sitio inicial para estar más atentos del caso, después de todo se la pasaban más o en la cocina o en las habitaciones—, mientras comían. Por fortuna Ross ya se había ido, no estaría para meterle ideas en la cabeza a su padre —aunque no fueran por mal—. De nuevo, el miedo que Mary sentía de que un día iban a revelar al sospechoso principal era inefable.
—Yo voy —se ofreció Jackson a abrir la puerta al escuchar el timbre de la casa sonar—. ¿Pero quién será a estas horas? Es muy temprano —escuchó al hombre murmurar.
—Come, hija —pidió su madre al verla distraída en dirección a la puerta y porque notó que no se animaba a alimentarse.
Leyna la observó preocupada, pues más allá de la tristeza en la que su Rosemary se había sumergido, sus contactos como ama de casa no fallaban y al hablarse todavía con algunos inquilinos de tráileres que fueron sus vecinos por aquel entonces, lo que empezó siendo curiosidad por saber si vieron algo en la fatídica noche, terminó helándole la sangre. Debido a que jamás creyó que ese pequeño niño llamado Eddie, que ahora era un hombre y el mejor amigo inseparable de Rose fuera el asesino de la pobre Chrissy. No lo veía tan descabellado, hasta le dio arcadas en medio de la peluquería donde se enteró y temió que su hija haya pasado tanto tiempo con un loco. Si Rose se enterara la destruiría, por eso estaba buscando el momento ideal.
Mary no era tonta y percibió esa mirada pesada de su progenitora sobre ella. Ninguna quería apartarla, Keith ignoraba lo tensa que se había tornado la situación.
—Rosie, acá hay dos chicas simpáticas buscándote —Jackson la llamó desde la puerta.
Emocionada de tener idea de quién se podría tratar, olvidó a su mamá y se dio prisa para llegar a la entrada. En efecto, eran Robin y Max al rescate.
