III

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PERCY

Luego de escarpar del instituto por el agujero de la pared, con Tyson, salimos corriendo hacia un callejón de la calle Church. 

Ahí, parada en la oscuridad, nos esperaba Annabeth. Tiró de Tyson y de mí justo cuando pasaba, haciendo mucho ruido, el camión de los bomberos en dirección a la Escuela Meriwether.

"¿Dónde lo encontraste? " preguntó, señalando a Tyson.

En otras circunstancias me habría alegrado mucho de verla. El verano anterior, con la ayuda de t/n habíamos acabado haciendo las paces, pese a que su madre fuese Atenea y no se llevara demasiado bien con mi padre. Pero en aquel momento acababa de atacarme un grupo de gigantes caníbales; Tyson me había salvado la vida tres o cuatro veces, y todo lo que se le ocurría a Annabeth era mirarlo con fiereza, como si él fuese el problema.

"Es amigo mío." le dije.

"¿Es un sin techo"

"¿Qué tiene eso que ver? Puede oírte, ¿sabes? ¿Por qué no se lo preguntas a él?"

Ella pareció sorprendida.

"¿Sabe hablar?"

"Hablo." reconoció Tyson  "Tú eres preciosa."

"¡Puaj! ¡Asqueroso!" exclamó apartándose de él.

No podía creer que se comportara de un modo tan grosero. Le miré las manos a Tyson, esperando ver un montón de quemaduras a causa de aquellas bolas ardientes, pero no, las tenía en perfecto estado: mugrientas, eso sí, y con cicatrices y unas uñas sucias del tamaño de patatas fritas. Pero ése era su aspecto habitual.

"Tyson." dije con incredulidad "No tienes las manos quemadas."

"Claro que no." dijo Annabeth entre dientes "Me sorprende que los lestrigones hayan tenido las agallas de atacarte estando con él."

Tyson parecía fascinado por el pelo rubio de Annabeth. Intentó tocarlo, pero ella le apartó la mano con brusquedad.

"Annabeth," dije tratando de ignorar su actitud "¿de qué estás hablando? ¿Lestri... qué?"

"Lestrigones. Esos monstruos del gimnasio. Son una raza de gigantes caníbales que vive en el extremo norte más remoto. Ulises se tropezó una vez con ellos, pero yo nunca los había visto bajar tan al sur como para llegar a Nueva York..."

"Lestri... lo que sea, no consigo decirlo. ¿No tienen algún nombre más normal?"

Ella reflexionó un momento.

"Canadienses." decidió por fin "Y ahora, vamos. Tenemos que salir de aquí."

"La policía debe de estar buscándome."

"Ése es el menor de nuestros problemas." dijo.

"Lo sé, ¿tiene que ver con Grover?"

Su cara palideció.

"¿Grover? No. ¿Qué pasa con Grover?"

Le conté mi pesadilla.

"¿Por qué me lo preguntas? Pensé que hablábamos de lo mismo."

La expresión de sus ojos era sombría y turbulenta, como si tuviera la mente a cien mil kilómetros por hora.

"El campamento." dijo por fin "Hay graves problemas en el campamento."

"¡Mi madre me dijo lo mismo! ¿Pero qué clase de problemas?"

"No lo sé con exactitud, pero algo no va bien. Tenemos que llegar allí cuanto antes. Desde que salí de Virginia me han perseguido monstruos intentando detenerme y cuando hablaba con t/n creo que estaba siendo perseguida por uno."

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ᴍᴏɴsᴛʀᴜᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora