XVI

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T/N


"¡Atrapé a Nadie!" decía Polifemo, contento.

Nos deslizamos hasta la entrada de la caverna y al asomarnos vimos al cíclope, que sonreía con aire malvado y sostenía un puñado de aire. El monstruo agitó el puño y una gorra de béisbol cayó al suelo planeando. Allí estaba Annabeth, sujeta por las piernas y retorciéndose boca abajo.

"¡Ja!" dijo Polifemo "¡Repulsiva niña invisible! Ya tengo otra muy peleona para casarme. ¡A ti te voy a asar con salsa picante de mango!"

Annabeth forcejeaba, pero parecía aturdida. Tenía un corte muy feo en la frente y los ojos vidriosos.

"Voy a atacarlo." susurró Percy "Nuestro barco está en la otra parte de la isla. Ustedes..."

"Ni hablar." dijimos Grover, Clarisse y yo  los al unísono. 

Clarisse iba armada con una lanza casera con un cuerno de cordero que había sacado de la colección del cíclope. Grover había encontrado un hueso de muslo de oveja con el que no parecía demasiado contento, pero lo blandía como si fuese una porra. Yo saqué mi espada.

"Atacaremos juntos." gruñó Clarisse.

"Sí." dijo Grover. Y pestañeó atónito, como si no pudiera creer que hubiese coincidido en algo con Clarisse.

"Perfecto." dije "Plan de ataque Macedonia."

Ellos asintieron. Los cuatro habíamos pasado los mismos cursos de entrenamiento en el Campamento Mestizo por lo que sabían de que estaba hablando.

Nosotros tres nos desliaríamos a hurtadillas y atacaríamos al cíclope por los flancos mientras Percy atraía su atención por el frente. Seguramente, aquello significaba que moriríamos todos, pero igual tenía esperanza.

Percy blandió su espada y gritó:

"¡Eh, tú, bicho horrible!"

El gigante giró hacia él.

"¿Otro? ¿Tú quién eres?"

"Deja a mi amiga. Soy yo el que te insultó."

"¿Tú eres Nadie?"

"¡Eso es, apestoso barril de moco! ¡Yo soy Nadie y con mucho orgullo! Ahora, déjala en el suelo y ven aquí. Quiero sacarte el ojo otra vez."

"¡¡Raaaarrr!!" rugió.

La buena noticia: soltó a Annabeth. 

La mala: la dejó caer de cabeza sobre unas rocas, donde quedó inmóvil como un muñeco de trapo.

Otra mala noticia: Polifemo corrió hacia Percy, quinientos apestosos kilos de cíclope que debía combatir con su pequeña espada.

"¡Por Pan!" Grover surgió por la derecha y lanzó su hueso de oveja, que rebotó, inofensivo, en la frente del monstruo. 

Clarisse apareció por la izquierda, colocó la lanza contra el suelo, justo a tiempo para que el cíclope la pisara, y se echó a un lado para no quedar atrapada. Polifemo soltó un aullido de dolor, pero se arrancó la lanza como si fuese una astilla y siguió avanzando.

Yo salí corriendo por detrás del cíclope haciéndole un tajo en la pantorrilla haciendo que rugiera de dolor pero un segundo más tarde con la mano me espantó como si fuera un mosquito y me tiró contra una roca. 

Polifemo comenzó a atacar a Percy quién solo podía esquivar sus golpes.

Me levante con dificultad.

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ᴍᴏɴsᴛʀᴜᴏsNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ