(I)

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Soobin iba como siempre corriendo a ver a Yeonjun. 

― Volviste. 

― Pareces una chica esperándome en la puerta de esa manera. 

― Como tu futuro esposo debo asegurarme que no saliste herido en esa misión, mi padre está loco, no debió mandarte a las zonas peligrosas de los brujos. 

― ¿Qué más da? Puedo con eso. 

― Lo sé, pero debo asegurarme que no tengas daños, me pagan por eso. 

― Jajaja, que gracioso, me muero de risa, sólo admite que me amas. 

― Sí, te amo y mucho, más de lo que mi frío corazón puede soportar. 

― Aww, es lo más lindo que me has dicho en esta semana, será difícil de superar. 

― Lo sé. 

― Pero por el momento creo que es más que suficiente con que sepas que te amo. 

― Espero que nuestros hijos hereden tu belleza. 

― Y la aparente falta de envejecimiento de tu padre. 

― Es que siempre se ve joven. 

― Tú no te quedas atrás, te ves igual que siempre, como un mocoso. 

― Ya, mejor entra, hice la cena. 

― No cuenta si sólo supervisaste. 

― Ya, pero está hecha. 

― Mi primo vendrá mañana. 

― Ok, más comida que supervisar. 

― Eres un caso perdido. 

― Nos casaremos en unos años, deberías aprender a vivir con este caso perdido. 

― Lo haces sonar tan trágico. 

― Es trágico, somos dos amantes interrumpidos por tu primo. 

― Pero si se lleva mejor contigo que conmigo. 

― Déjame a mí con mi drama, ya no te esperaré con los brazos abiertos cuando vuelvas de tus misiones ―Soobin hizo un tierno puchero que Yeonjun besó y mordió―. Sin dientes, es la primera regla del juego entre niños, parece que debo enviarte a la escuela otra vez. 

― Soy mayor a ti, mocoso, y espero que sigas esperando en esa puerta cada vez que vuelva de mis misiones. 

― Claro que lo haré, pero de verdad, vamos a comer. 

― Es interesante como las personas piensan que sólo nos alimentamos de sangre. 

― Tú jamás te negarías a un helado de chocolate con menta. 

― No, jamás. 

― Por algo es el postre de hoy. 

― Te estás volviendo muy romántico. 

― Te estoy mimando demasiado. 

Soobin besó a su futuro esposo como si eso fuera lo que necesitara para vivir. 

― Señores, pasen a comer, la comida se enfría. 

― Señora Kim, la comida puede esperar ―la espátula de la señora Kim brilló―. Vamos a comer. 

Unos años más tarde esos curiosos chicos se casaron, su boda fue un tinte de alegría para ciertas personas, más si contamos el hecho de que estuvo abierta al público, todos en sus regiones del infierno vieron la ceremonia. 

Era una cuestión política más que nada, pero no había problema pues los dos chicos se amaban. 

― Sigues esperándome. 

― Prometí que siempre lo haría. 

― Tengo que hablar contigo. 

― ¿Qué sucede? 

― Esta será mi última misión en algunos años, unos cinco como mínimo. 

― ¿Cinco años? No estoy entendiendo. 

― Lo sé, a veces eres muy lento para tu propio bien. 

― ¿Y si me explicas? 

― Vamos a tener un bebé. ¿No es fantástico? ―Soobin sintió como se formaba la sonrisa en su rostro y una preocupación nueva aparecía en su cabeza, había estado teniendo problemas con BamBam esos últimos meses―. Di algo antes de que decida golpearte. 

― Te amo. 

― Esperaba algo más, pero bueno, también suponía que te dejaría sin palabras. 

― Te amo, te amo, te amo ―Yeonjun sonrió dulcemente y besó a Soobin―. Definitivamente no esperaba esto, pero supongo que es eso lo que te secreteaste con Chan hyung. 

― Ajá, es eso justamente, pero hay algo que me preocupa. 

― BamBam ha dado problemas, pero podemos solucionarlo. 

― No es eso, es sobre ti, tienes parte de demonio por Jin, será un poco complicado contando que los genes de lobo podrían volver a activarse. 

― ¿Crees que sería el mejor asesino del siglo si no supiera como contrarrestar eso? Cariño, estará bien. 

― Espero que sí, te mato si no es así. 

― Si tengo que aumentar su parte demonio, créeme que lo haré. 

― Lo sé, confío en ti. 

Tuyo | soojunWhere stories live. Discover now