Jake se había levantado temprano, pero los príncipes y el pequeño demonio seguían dormidos, Ni-Ki porque era un bebé y los príncipes porque eran un par de consentidos que aún no tenían horario para despertar.
― Hoon ―Jake se cansó, Sunghoon no despertaba y no tenían tanto tiempo, ya eran las diez de la mañana―. Lo siento, juro que no duele ―Jake mordió levemente el brazo de Sunghoon.
― ¡Jake!
― Shh, vas a despertar a los bebés.
― Lo siento.
― Vamos, tienes que comer y alistarte, vamos a salir.
― ¿A dónde iremos?
― Ya verás, primero levántate ―Sunghoon asintió.
― Bueno.
― Tenemos poco tiempo, porque me dejaron irme hasta más tarde.
― ¿Iremos solos?
― No, Jay hyung vendrá con nosotros, vivió en esa zona toda su vida, aún vive ahí.
― Ok.
― Date prisa, no tenemos mucho tiempo.
Considerando lo lento que era Sunghoon, sí, era así.
Después de que Jake le diera de comer en la boca a Sunghoon y que lo presionara para que se vistiera rápido, ambos niños estaban en la casa de Jay esperando.
― Ya estoy aquí, pensé que llegarían tarde, considerando que Sunghoon es lento.
― Ya llegamos, silencio.
― No me calles.
― Hago lo que me de la gana.
― Te acusaré con la tía Nayeon.
― No, no, ya me calmo, perdón.
― Bien, Hoon, te llevaremos al bosque de las almas, somos niños, no hay problema en que vayamos, a las almas les gustan los niños.
― Oh, el lugar ancestral, mi abuelo Tae me habló de ese lugar, una vez buscó refugio ahí.
― Oh, tu abuelo Taehyun es un licántropo.
― Sí.
― Bien, vamos.
Los tres niños se metieron bajo tierra, es decir, en el resto de la casa de Jay.
― Suban ―Jay conocía bastante bien el camino, jugaba ahí―. Miren allá, ese es el árbol de reunión, ese el puente entre el más allá y nosotros, hay un conjuro para poder pasar, pero yo no lo conozco.
― Lia debe saberlo.
― Es una niña, es obvio que no lo sabe.
― ¿Qué hay de Gaeul?
― Ambas tienen tu edad, no juegues.
― ¿Y Chae?
― ¡No! Además, no haremos un conjuro que posiblemente nos mate si no sabemos controlarlo.
― Ok, ok.
― Wow ―Sunghoon miraba como una alma decidía salir.
― Hola niños, soy Anahí, un gusto, soy un alma común.
― ¿Qué tipos de almas hay?
― Jay, tú ya sabes eso.
― Pero estos cachorros no.
― Oh, pero que ven mis ojos, Ana, debiste decirme que la realeza nos visitaba, me hubiera vestido más decente, un gusto, soy Joaquín.
― ¿Realeza?
― ¿No reconoces a los príncipes?
― ¿De qué hablas?
― Ese lobito chiquito de ahí y ese murcielaguito chiquito de allá.
― Oh.
― Supongo que eres hijo de Namjoon, no espera, también tienes sangre de Jungkook.
― Son mis abuelos.
― ¿Pero qué cosas dices?
― Sí, soy hijo de Yeonjun y Soobin.
― ¿Cómo? Dices que eres descendiente del clan Jeon y el clan Kim del sur.
― Sí.
― ¿Cómo llegaste hasta acá? Pensé que los vampiros perdieron la guerra.
― No, ganaron, ahora gobiernan el infierno.
― Vaya, los demonios la hayan tenido difícil.
― Llegaron a un trato, de todas formas, los brujos jamás tomaron partido.
― ¿Jeon Yeonjun?
― Sí abuelo, es su hijo.
― Mucho gusto alteza, soy Leonardo.
― Mucho gusto.
― ¿Cómo te llamas?
― Soy Sunghoon.
― ¿Y qué hay del otro lobito?
― Es el hijo del líder de esta manada.
― Pero eso no es todo ¿Acaso no lo sienten? Están unidos, su unión casi es un lazo, una mordida es todo lo que falta.
― ¿Unidos?
― Oh, las almas que Luna une, ya veo, por eso Sunghoon huele a ti.
― ¡No huele a mí! Esas son cosas de lobos adultos, somos cachorros.
― Parecen haberse aceptado, es lindo, no siempre puedes ver a dos futuros gobernantes en su niñez, es precioso.
Jake abrazó a Sunghoon y el niño se sonrojó.
― ¿Oíste eso?
― Ni lo pienses, jamás irías a misiones políticas, pretendo dejarle eso a Sunoo.
― ¿Por qué no?
― Porque eres muy encantador, algún demonio podría querer robarte.
― Tonto.
― Tú tendrás otro trabajo.
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Tuyo | soojun
FanficSoobin y Yeonjun fueron amigos desde niños, desde el tiempo en que el pequeño Yeonjun era tan débil que no podía usar muchos de sus poderes, Soobin lo ayudaba con eso. Cuando crecieron, Soobin supo que amaba a Yeonjun, no, no le gustaba simplemente...