(XIII)

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Un híbrido de vampiro y demonio estaba en la mitad de la sala. 

― Príncipe. 

― ¿Ahora te juntas con los perros? 

― Cierra la boca. 

― Oh, Junnie, mi querido Junnie ¿Dónde están tus hijos? Escuché que uno es como yo. 

― No, mi hijo tiene clase, tú eres una basura que recogieron de la calle. 

― No me hables así. 

― No me des órdenes ―Ambos vampiros sacaron los dientes. 

― Pero mira, eres el lobito que Gyeom no me dejó cenar ¿Tu cachorro está bien? 

― Creo que puedo hacer que te arrodilles y lamas el suelo, mejor cuida tu manera de dirigirte a mí. 

― Vaya, altanero. 

― Ve al grano, no tengo tiempo. 

― Cierra la boca, Gyeom. 

― Como digas. 

― Bueno, yo vine aquí para ver a un niño, Ni-Ki, escuché que está en su manada. 

― Riki. 

― Como sea, tu niño habló de él y quiero comprobar que no tienen a alguien de mi zona en su manada. 

― Riki no es nada tuyo. 

― Lamentablemente sí, es el hijo de un viejo amigo y le prometí que lo cuidaría. 

― Ahora está aquí, no debes preocuparte. 

― Vine a llevármelo. 

― No. 

― No discutas, lobo. 

― Dije que cuides tu forma de dirigirte a mí ―Felix gruñó. 

― Miren, tienen hasta mañana para darme al niño, si lo hacen, su manada estará a salvo, si no, los mataré a todos. 

― No me amenaces ―se escuchó el llanto de Sunoo en el piso de arriba. 

― Oh, ya veo. 

― Si vas ahí, morirás. 

― ¿Es una declaración de guerra? 

― No, es sólo contra ti. 

― Yeonjun, detente ―Yeonjun volteó a ver a su esposo―. No olvides el trato, deja a mi hijo y yo olvidaré lo que hiciste, vete ahora y no se desatará una cacería contra ti. 

― Bien, ya saben, hasta mañana o mato a Sunoo. 

― Tenemos un trato. 

― No me importa, puedo matar mucha gente. 

― Y yo puedo matarte a ti. 

― Bien, respetaré el trato, pero Soobin, dame al niño, eso es lo que quiero a cambio. 

― Bien. 

― ¡Soobin! 

― Silencio. 

― Sabes lo que te conviene, dejaré tus dominios tranquilos si me das a ese niño, Gyeom, nos vamos ―cuando BamBam dejó la casa Soobin respiró con más tranquilidad. 

― ¿Qué carajos fue eso? 

― Me llevaré a Riki. 

― Soobin. 

― No estarás pensando en hacer lo que dijo ese loco ¿Verdad? 

― Felix, dame al niño por la buenas o me lo llevaré por las malas. 

― Soobin, no, dejaré que te lleves a Riki. 

― ¿Qué estás haciendo? ―le preguntó Yeonjun con telepatía―. ¿De verdad le darás a Riki? 

― No, pero la manada no es segura, no puede ir con los ángeles, pero los humanos son sus protegidos y lo mantendrán a salvo por un tiempo. 

― Sólo diles eso. 

― Mientras menos sepan es mejor. 

― BamBam se meterá en sus memorias, entiendo. 

― Es tu manada o el niño. 

― El niño es parte de la manada. 

― Yeonjun. 

― Colabora, sólo hazlo, no te cuesta nada, no es tuyo siquiera ―Han sacó los dientes y Minho igual―. No sea irracional, no tienes que actuar así por un niño que no es tuyo. 

― Sobre mi cadáver. 

― Como quieras ―Soobin atacó a Minho y Yeonjun inmovilizó a Han. 

Era un caos, Soobin atacó a Chan incluso, pero con una mirada le dijo todo, así que este dejó de pelear. 

― Bien, llévatelo, pero dile al maldito híbrido ese que pelearemos por ese niño. 

― ¡Chan! ―Felix entendió en cuanto lo vio. 

― Al fin alguien razonable, Yeonjun, ve por los niños. 

Todos estaban atónitos, Riki estaba dormido entre los brazos de Soobin. 

Yeonjun y Soobin desaparecieron y jamás volvieron a ser vistos cerca del territorio de la manada. 

Tuyo | soojunWhere stories live. Discover now