Joaquín es un omega que está a punto de casarse con Andrés, un hermoso Alfa hijo del dueño del bufete de abogados más famoso de la CDMX, tras las locuras de su rubio amigo y diciéndole que éste necesitaba una despedida de soltero, terminará conocien...
¿Por mí? Quiere preguntar Emilio, pero sólo se queda ahí parado sin nada que decir para desgracia de Joaquín.
"Mira Joaco quédate hoy ¿Si? Es demasiado tarde para que se vayan" El ojimiel quiere gritar, ha sido muy paciente al esperar por el Alfa, pero está empezando a creer que las inseguridades de Emilio un día van a sobrepasar todo lo que una vez construyó.
Lo vá a intentar una última vez...luego verá que le depara el destino.
"Está bien" suspira cansado, Emilio agarra a Gaby y la lleva directo hacía la cama, que para su mala suerte es demasiado pequeña para los tres.
"Dormiré en el sofá" anuncia el Alfa mientras Joaquín acomoda unas almohadas para su hija.
"De acuerdo" Emilio se dirige hacía el armario de ropa para tomar algo más cómodo y un par de colchas.
"Que descanses, Joaquín" El omega sólo asiente con la cabeza, luego cuándo Emilio se marcha se deja caer en la cama al lado de Gaby, el olor fuerte del Alfa comienza a embriagar sus sentidos.
Ahora quiere una barra de chocolate.
Recuerda así el primer día que lo conoció, parece que fué ayer cuándo perdió sus sentidos y se entregó a un desconocido.
Pero Emilio es alguien muy diferente, fuera de aquella conexión que tuvieron al instante. El Alfa es inteligente, se preocupa por él, ama que le dé su dulce favorito, su sonrisa cálida le transmite paz.
¿Porqué las cosas no pueden ser simplemente fáciles?
Gaby gime y Joaquín la toma entre los brazos.
"Tienes hambre" Joaquín levanta su camisa para dar de comer a su hija. Y ahí están aquellos ojos que aún no se definen del todo. Joaquín haría todo por ella, por aquella niña que no esperaba y ahora tiene. Acomoda a Gaby nuevamente en las almohadas y se queda dormido después.
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Emilio no puede ni cerrar los ojos, el mérito se lo lleva el duro sofá que está pegado a su espalda cómo una roca.
Eres un tonto. 🐺
El Alfa no vá a discutir eso, pero ahora se siente abrumado, con demasiado peso en sus hombros, que las ganas de salir corriendo no parecen tan demente después de todo.
Un llanto lo sobresalta, se levanta quitando las incómodas colchas, abre despacio la puerta, el omega aún duerme, pero Gaby está llorando.
No puede despertar a Joaquín, se vé tan precioso con una almohada abrazada, con la que Emilio suele dormir.
Emilio toma a su hija entre sus brazos, la comienza a mecer y se sienta en el pequeño sofá del dormitorio.
Gaby está moviendo sus manitas y el Alfa sonríe nostálgico. Si tan sólo le hubieran dicho que su vida iba a cambiar hace menos de 1 año, tal vez se hubiera reído a carcajadas.
