8. 𝐿𝒶 𝓅𝓇𝒾𝓃𝒸𝑒𝓈𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒸𝒶𝓈𝓉𝒾𝓁𝓁𝑜

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Mañana todo el equipo se iría a Barcelona durante tres días

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Mañana todo el equipo se iría a Barcelona durante tres días. Era la primera "carrera" de Pretemporada donde los nuevos monoplazas rodarian por el circuito y los pilotos probarían sus nuevos coches, adaptados al nuevo reglamento técnico de la FIA. También pondrían en marcha los nuevos mecanismos, mejoras, estrategias, aunque, siempre había algo que se reservaba para el último entrenamiento.

Valeria llevaba varios días que casi vivía en la fábrica. Estaba probando y mejorando su idea. Tuvieron que hacer varias versiones de los disco de Beronnio y aún no tenían la definitiva. Y aunque había sido todo un éxito a la hora de adaptarla al motor, sólo comprobaría si había funcionado durante los test. El que las nuevas ruedas fueran de 18 pulgadas, facilitaba mucho esas mejoras.

Estaba nerviosa. Y mucho. Ella estaba segura de lo que había hecho, pero, hasta que no lo viera en vivo y en directo, no estaría tranquila. Y luego, también estaba el hecho de todo lo que conllevaba pertenecer a un equipo de Fórmula Uno. Estaba aterrada. Le habían explicado como iba todo. La locura que sería estar en un Gran Premio. Pero, una cosa era lo que le contaban y otra, estar allí. 

Se llevo las manos al cuello suspirando. Le dolía todo el cuerpo. Y necesitaba dormir. Hacía tanto que no se echaba un buen sueño. Y de la siesta, ya ni hablamos. Como echaba de menos esa maravillosa costumbre. Se restregó los ojos y enfocó su mirada en la pieza que tenía delante. Y si, la veía algo borrosa fruto de ese cansancio que atenazaba todo su cuerpo. 

- Debería descansar más señorita De Luca

Valeria alzó su mirada para encontrarse con la de Piero Ferrari. No lo había vuelto a ver más desde el día que se conocieron. Le sonrió levemente y quitó los codos de la mesa mientras él se sentaba a su lado. Le caía bien ese hombre. A pesar de ser quien era, en ningún momento parecía alardear de ello, es más, le parecía un hombre bastante sencillo. 

- Lo sé. Pero, cuando voy a hacerlo, me doy cuenta de que tengo que hacer otra cosa y vuelta a empezar -le admitió masajeando su cuello. Piero cogió la pieza que tenía en la mano y la miró de arriba a abajo

- Está haciendo un buen trabajo Valeria. No se torture más y descanse. La necesito con los cinco sentidos, no con la cara de los zombies esos de hielo de la serie que ve mi nieta

Valeria no lo pudo evitar y se echó a reír al ver la sonrisa burlona de su jefe. Juego de Tronos. Esa era la serie de la que hablaba. 

- Son los caminantes blancos -le respondió ella- y si, como no tenga cuidado me acabaré pareciendo a uno

Piero miró la pieza y la dejó de nuevo en la mesa. Esta chica era brillante, mucho. Y había traído la ilusión a la fábrica. Algo que necesitaban muchísimo. 

- ¿Porqué decidió estudiar Ingeniería Mecánica, Valeria?

- Por mi abuelo -le respondió ella sin dudarlo- me crié en su taller. Mi padre murió cuando yo tenía 2 años.  Nos tuvimos que ir a vivir con mis abuelos. Mi madre me dejaba con él mientras llevaba a mi hermana al colegio y luego se iba a trabajar. Y mi abuelo, para entretenerme, me dejaba que lo ayudara. Cuando fui algo más mayor, corría todos los días del colegio a casa para ayudarlo. Me fascinaba cuando tenía que arreglar algún tractor, eran tan enormes

55LOVE (Runner 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora