𝟥𝟧. 𝐿𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝒻𝓊𝑒 𝓂𝒾𝑜

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- Ahora no, Carlos -me dice Aless con dureza- si vas a ayudar, quédate, sino, ya puedes largarte

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Miro a Valeria aún sentada en el suelo agarrada a sus brazos. No pienso en nada más. No soy capaz de analizar la situación y calmarme. Sólo estoy furioso. Y cegado por los celos. Porque si, lo estoy. Me doy la vuelta y los dejo allí. Ella no me necesita. Está más que claro. Yo sólo soy el tío que la divierte. Cuando pasa algo importante, es a él a quien acude. A quien necesita. Pues nada. Toda para él.

Camino por la explanada hasta llegar a mi habitación del Home Trailer. Cierro la puerta con fuerza y ésta retumba en toda la habitación. Me llevo la mano a la cara y me muerdo los nudillos deseando chillar de rabia y frustración. Valeria. Mi Valeria. Iba a decirle que quería que tuviéramos una relación. Que lo nuestro fuera más serio. Y he sido un puto ingenuo. Ella no confía en mi tanto como decía. Cuando le pasa algo, yo soy la última persona  a la que acude. 

Me tumbo en la cama mirando al techo. Intentando calmar la furia que tengo dentro. Pero es algo que no puedo controlar. Me escuecen los ojos y quiero llorar. Imágenes de ella, de nosotros, golpean mi mente una y otra vez, haciéndome sentir cada vez peor. 

Algo en la almohada llama mi atención. Es un trozo de tela blanca. La saco con mis manos y se me escapa una sonrisa. Es una camiseta suya. Se la dejó ayer cuando estuvimos durmiendo la siesta aquí, en ésta cama. Cuando me desperté y me quedé mirando como dormía. Como se agarraba a mi estómago descansando tranquila.

Me llevo la camiseta a la cara y aún huele a ella. A vainilla. Joder, soy un gilipollas y un imbécil. Ella con un ataque de ansiedad, y yo más preocupado por mis celos. Me necesita y la he dejado sola a merced de Aless, cuando una vez le prometí que yo seria su lugar seguro. Me levanto de la cama como un resorte con el corazón desbocado. 

Salgo de la habitación y bajo las escaleras en dirección al sitio donde la vi por última vez. Tendré que arrastrarme. Tendré que pedirle perdón de todas las formas habidas y por haber. Si es necesario, le entregaré mi corazón. Lo que sea con tal de que me perdone. Le he fallado. Y eso es algo que no me perdonaré en la vida. Espero estar aún a tiempo. Llego hasta la explanada, pero ella no está. No hay nadie. La busco por todos sitios. Pregunto por Valeria hasta que alcanzo a ver a Aless en el aparcamiento. Me acerco a él intentando calmar el cabreo que tengo.

55LOVE (Runner 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora