Capítulo 1

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La guerra acabó y Harry perdió, el mal venció y todos perecimos bajo el poder de Voldemort, mis amigos fueron asesinados por ese monstruo, y tras la batalla de Hogwarts a los sobrevivientes nos vendieron, nos repartieron como ganado, solos somos trofeos de guerra, ahora le pertenezco a un hombre al que odio y del cual no conozco su identidad.

Odio pensar que no logramos ganar, que ese horrible hombre gano y que no pudimos hacer nada para evitarlo, si tan solo hubiéramos tenido más tiempo. No hay un día en el que no piense en ellos, los extraño, no merecían el final que tuvieron, los Weasley, Harry, Neville, Dean, Seamus, ya no me queda nadie. Toda mi familia, las personas que más me importaban en el mundo fueron arrebatadas de mi lado. Mis hermanos Arthur y Nicholas murieron en las casas de seguridad tras un ataque de los Mortifagos, mi hermana murió durante la batalla tras un derrumbe en el castillo, y mis padres, mis padres fueron asesinados frente a mí, por los malditos de mis tíos, los hermanos Lestrange. A ellos los odio tanto o más que a Voldemort.

Ahora estoy encerrada en esta mansión, con ese hombre y sin forma de escapar. Miro los brazaletes que están alrededor de mis muñecas, ellos suprimen mi magia evitando así que pueda siquiera pensar en huir, he intentado quitarlos, pero es imposible, si ellos llegan a sentir que me los trato de quitar activan una alarma y él llegara a castigarme, al comienzo lo intentaba todos los días, pero sus castigos se comenzaron a volver cada vez más dolorosos, le fascina verme sufrir, lo sé porque siempre después del castigo me folla como un animal en celo. Hace lo que quiere con mi cuerpo y yo no puedo negarme, por más que suplique que pare, que me hace daño, a él no le importa, pero no es algo que me sorprenda.

Camino por la mansión hacia el jardín, me suele dejar dar paseos, pero no puedo acercarme al final de la propiedad, si lo hago las alarmas se prenderán y él vendrá por mí. Ya ha pasado y no es agradable, es mejor estar con él mientras está de buenas. Aún tengo muchas dudas sobre quien es, no creo que sea un simple mortifago, sé que solo los líderes se llevaron trofeos de guerra, familias como Los Lestrange, Avery, Carrow o Malfoy tienen, y a él no lo recuerdo como uno de los líderes mortifagos, yo fui una de las líderes en la orden, estaba tan informada como Harry, Ron o Hermione de lo que pasaba, de quienes mandaban y quienes seguían órdenes, además ha recibido algunas visitas y siempre le hablan con mucho respeto. Eso me hace pensar que no es cualquier mortifago.

Miro un rosal que hay cerca de la propiedad, esto es lo único hermoso en esta deprimente mansión, me acerco y aspiro el dulce aroma de las rosas. Las flores son mi único consuelo aquí y aunque me reconfortan, siempre me hacen pensar en Flora, mi hermana y al resto de mi familia, me gustaría poder verlos, aunque sea una última vez, y así poder despedirme de ellos. Una brisa cálida me envuelve.

— Mamá — susurro.

Sus abrazos siempre se sintieron así, cálidos y reconfortantes, como los extraño. Me quedo un rato más en el jardín hasta que comienza a hacer de noche, una de sus reglas es que no puedo estar fuera más allá de las siete, una vez, por rebeldía, rompí la regla y como era de esperar, me castigo bestialmente, disfruto cada súplica de piedad que emití, él es tan violento y agresivo durante el sexo y si está motivado por un castigo es peor. Camino de regreso y entro directo al cuarto que me asigno. Voy al baño y me despojo de mi ropa, miro mi reflejo en el espejo, estoy sumamente pálida y delgada, las ojeras que solía tener han disminuido, después del sexo termino sumamente cansada y me duermo de inmediato. Mi cabello cae sobre mis hombros, llegando casi a mis caderas, me gusta tener lo así. Aunque ya no es una opción cortarlo, a él le encanta tomar lo y jalar me dé él mientras me penetra por detrás.

Borro ese pensamiento de mi mente y me meto a bañar, otra de sus reglas es que siempre debo estar limpia para él, mi cuerpo siempre debe oler bien y a su gusto. Tras un largo rato bajo la ducha salgo y comienzo a cambiarme, una regla más es que no puedo usar otra cosa que no sean vestidos, sin sujetador, antes tampoco podía poner mi ropa interior, pero por mi buen comportamiento comenzó a dejarme. Mi cuerpo debe estar siempre para su disposición, y los vestidos le dan accesibilidad rápida a donde quiera.

Luz y Sombra (Tom Riddle) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora