Capítulo 3

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Me quedé hasta tarde frente a la chimenea, pensando en todo lo que ha pasado estos días, de todo lo que me ha hecho y sobre quien es, cada vez lo veo más claro, pero eso me hace estremecer. Las puertas de la mansión suenan haciéndome saber que llego. Él entra al salón y me ve, se acerca a mí, pero yo no lo miro.

— ¿Qué haces aquí tan tarde? —

— No podía dormir — Me mantengo sin mirarlo y abrazo con más fuerza mis piernas.

— Supongo que lo sabes — Se mueve por la habitación.

— ¿Saber qué? — No despego mi vista del fuego, tendremos esa conversación que tanto me aterra.

— Quien soy —

Trago con nerviosismo, no digo nada, no sé qué decir.

— Sabía que atarías cabos rápido, eres lista —

— No — Susurro mientras siento mis ojos cristalizar sé. — No sé quién eres —

— Si lo sabes, solo no lo quieres aceptar — Se sienta a mis espaldas y desliza una de sus manos sobre mi brazo hasta mi nuca, haciendo que una descarga eléctrica recorre mi espalda. — No quieres aceptar que ese hombre te puede hacer sentir así — Comienza a deslizar su mano sobre mi espalda y la va bajando hasta llegar a mi espalda baja. — No puedes aceptar que ese hombre te atrae — Desliza sus manos sobre el vestido hasta mi vientre, haciendo que deje de abrazar mis piernas y las abra ligeramente, sigue su camino hasta perderse entre las telas que me cubren tocando mi piel con sus frías manos haciéndome estremecer. — Mira cómo te derrites bajo mis manos — Acaricia la piel de mi vientre y desliza sus dedos hasta el borde de la ropa interior.

— No... — Susurro casi sin aliento. — No puedes ser él —

— Oh, claro que puedo — Sus manos se meten bajo la tela que cubre mi zona íntima y sus dedos se desliza sobre mis pliegues. Mi cabeza se cae en automático y queda apoyada contra su pecho.

— ¿Cómo? — Pregunto con los ojos cerrados.

— No querrás saber lo —

— Es verdad, pero necesito saber lo — Él detiene su mano y la saca.

— Me vas a odiar más de lo que ya lo haces — Deja sus manos apoyadas sobre mis rodillas. — Existe un ritual mágico sumamente complicado que sirve para rejuvenecer, toma alrededor de dos meses prepararlo y la recuperación es aún más lenta — Comienza a explicar — ¿Alguna vez escuchaste algo llamado baños de sangre? — Asiento, algo leí de eso en Hogwarts, pero para hacer lo se debe usar la sangre de personas jóvenes llenas de vitalidad para llevar los acabo ¿pero de dónde saco la sangre? Merlín, esa respuesta me aterra — Potter — Lo volteo a mirar con los ojos muy abiertos y me alejo de él lo más que puedo, siento el fogaje que produce el fuego a mis espaldas, pero no me importa. — Su sangre fue la que me dio un cuerpo por primera vez, su sangre hizo que me viera así otra vez, solo tuve que extraer cada gota de su cuerpo y cortar el costado izquierdo del mío para que su esencia reparara todo mi cuerpo, mi alma no se salvara, pero viviré eternamente así que eso no importa — Termina de hablar, no hay ni una pisca de arrepentimiento o culpa en su voz, no le importa lo que hizo. Más que eso, se siente orgulloso, su postura lo dice todo, mentón en alto, erguido y con una mirada arrogante, está satisfecho del daño que causa.

Mis lágrimas amenazan con salir, la sensación que tengo en mi cuerpo es devastadora, uso a mi mejor amigo para un fin tan despreciable. Él lo mato, él lo desangro y uso su sangre para su propio beneficio. No, esto jamás se lo perdonare, no merece compasión alguna, solo espero que alguien allá afuera lo acabe, lo destruya antes de que se haga más fuerte.

Luz y Sombra (Tom Riddle) +18Where stories live. Discover now