𝗉𝗋𝗈𝗅𝗈𝗀𝗎𝖾

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Era de mañana, el cachorro pelinegro movía sus piecitos mientras miraba por la ventana, esperando llegar a su esperado primer día de clases en la primaria, sus regordetas mejillas se encontraban con un leve rubor mientras sus manitas se aferraban a las correas de su mochila. Él estaba feliz, su sueño de ir a la escuela se había cumplido y no podía estar más que agradecido con su madre, Lalisa, quién lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja mientras conducía.

La esposa de la mayor había insistido que ella fuera quien llevará al pequeño a la escuela, por lo que no pudo negarse a aquella hermosa sonrisa que poseía la morena.

Finalmente llegaron, aparcó el auto y bajó de este, llegando a la puerta de su pequeño para abrirla y poder bajarlo, ya que era muy pequeño de estatura que los demás niños.

Sus ojitos brillaban con emoción mientras su madre le tomaba de su mano, caminando hasta la entrada de la primaria donde tras despedirse con una que otra lágrima y más de diez fotos que le tomó su madre, el pequeño emprendió camino hacia su salón de clases, daba pequeños saltitos al andar antes de que repentinamente su humor cambiara cuando chocó con un cuerpo en la entrada, su naricita arrugandose mientras miraba al responsable, quería decirle muchas cosas (sin incluir palabras malas) por haber metido su cuerpo en la puerta, pero ninguna palabra escapó de sus labios cuando observó aquel niño de pelo rojizo, quién tenía sus ojitos llorosos porque pensó que le terminarían regañando.

Ambos niños conectaron miradas, sintiendo en su pancita algo que para nosotros, se le dicen mariposas. Ellos únicamente lo catalogaron como cosquillitas.

Ese día terminaron por sentarse en la misma banca, sus mejillas de ambos estaban con un leve carmín antes de que se acercaran un poco.

— Me llamo Kim TaeHyung... pero puedes decirme TaeTae ¿cuál es tu nombre?

— Yo soy Jeon JungKook, pero puedes decirme Kookie...

Ambos asintieron mientras tomaban sus manitos y los movían con suavidad, imitando a los adultos antes de regalarse unas sonrisas, contentos de haber tenido en el primer día un nuevo amigo.

Desde ese día los niños se habían hecho más cercanos, aún cursando su primaria y a nada se terminarla.

Se encontraban en el recreo, JungKook balanceaba sus piecitos mientras estaba sentado en la banca, su mirada estaba perdida, ningún brillo la iluminaba y esto se reemplazó cuando aquel cachorro de cabellos de fuego se acercó rápidamente y le abrazó con cariño, dejando un beso sonoro en su mejilla.

— ¡Hola, Kookie! creí que hoy no estarías aquí, lamento haber cambiado de asiento con Minnie, se puso a llorar y-

— No importa, tranquilo, es bueno que ayudes a los demás. — Después de hablar, rodeó sus brazos en el torso de su amigo, dejando su mejilla recostada en su pecho antes de mirarle.

— Pareces un bebé.

— TaeTae... cuando crezcamos, ¿serías mi pareja? veo que mi mami y mi mamá son pareja y después de mucho, mucho siguen juntas y se aman mucho, yo quiero eso para mí y para ti.

— Aceptaré todo si es contigo, Kookie, ¿sí?

— ¡Creceré para ser un Omega bonito para TaeTae!

— Yo creceré para ser un alfa protector para mí pequeño conejito.

Se dieron un beso esquimal, sus corazoncitos llenándose de amor, amor que ellos no sabían que más adelante, sería más fuerte que ningún otro.

Ambos chicos habían crecido, desgraciadamente para ellos, fueron a diferentes secundarias, esto separándolos por varios años hasta que pudieron reencontrarse al entrar a la preparatoria, ninguno de los dos se habían presentado en alguna jerarquía, ya que esta se sabía por medio de análisis hasta tener los 18 años, a TaeHyung le faltaba un año, en cambio a JungKook dos, eso no evitaba que ambos se sintieran felices ya que significaría que; para JungKook, sería por fin el Omega de su TaeTae y para el antes mencionado, sería por fin el alfa de su DonSaeng.

❝Now you see me?❞ kv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora