💙Capítulo 19💙

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Mi plan a funcionado a la perfección ser uno de los dueños del hotel tiene sus ventajas, solo una simple llamada a cambiado el rumbo de este viaje

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Mi plan a funcionado a la perfección ser uno de los dueños del hotel tiene sus ventajas, solo una simple llamada a cambiado el rumbo de este viaje.

Asegurarse del terreno es lo segundo que vine a hacer aquí.

¿Lo primero?

Lo primero es hacerla venir tan rico que nunca más pueda, ni quiera acostarse con nadie.

¿Cómo lo haré?

Eso no es problema se que le gusto pero se hace la dura, pero esta vez no estará borracha sino lúcida, tanto que va a querer estar borracha para no tener vergüenza de pedirme que la folle una y otra vez.

—¿Qué lado escojeras?—le pregunto apenas entramos a la habitación.

—Ninguno, tu dormirás en el suelo.—masculla.

—Esperate chula, aquí la que no tiene habitación eres tú por si no te has dado cuenta. —le sonrío maliciosamente.

—La izquierda.—susurra.

—Bien. —respondo pensando en lo que le haré esta noche. —Tendré que salir en un rato espero te portes bien mientras no estoy.

—Siempre me porto bien a demás no me harás falta, mientras más lejos estés de mi mejor. —contesta tan seca como siempre.

—Eso lo dices de dientes para afuera.—le digo mordiéndome el labio inferior.—O me vas a negar que me deseas tanto que quieres que te folle ahora mismo encima de la cama.

Se ha quedado callada mirando mis labios, no pierdo oportunidad así que me acerco bruscamente y la acorraló contra la pared.

—¿Lo negarás?—le pregunto susurrando en su oído.—Niegame que no quieres sentir mi pena, sentirlo de verdad no como la otra vez que no recuerdas.

—¡Callate!—me grita, pero apenas sin poder, la voz se le ha quebrado.

—¡Anda niega que me estás deseando tanto que tienes tus bragas mojadas!—exclamo en sus labios casi rosandolos pero de forma sexi, no agresiva.

—No.—balbucea.—No lo negaré, si te deseo, tanto que estoy empapada con solo tenerte cerca.—joder esas palabras hacen que pierda el control por completo y la besó.

Ella me corresponde en seguida, es un beso apasionado pero al mismo tiempo es sirve, sus labios encajan perfectamente con los míos. La cargo y enrolla sus piernas en mi cintura mientras avanzo aún besándonos hacia la cama. Ruedo su maleta y la dejo caer.

La miro y ella a mí, sus ojos desprenden puro deseo. Mi pene está tan erecto que está a punto de explotar se nota por encima del pantalón de mezclilla, me lo desabrocho dejándole más espacio para el. No es por presumir pero no lo tengo pequeño.

Ella me lo agarra sin previo aviso, les juro que no esperé que hiciera eso. Me lo ha descubierto por completo mientras me mira pícara saboreando sus labios. Se acerca suavemente con sus ojos puestos en los míos y deja que su lengua haga su trabajo.

—¡Joder!—dejo salir un gruñido.

—¿Te gusta?—masculla mientras se saca mi polla de su boca.

No le respondo pero le agarro el cabello obligándola a ingresar mi pene en su boca. Así le responde de forma indirecta. Me encanta.

Después de unos minutos de placer siento que voy a explotar así que la paro, se acuesta en la cama y abre las piernas mientras se quita la saya y las bragas dejándome ver su vulva, esa que tanto he deseado. Mis ojos se iluminan y una sonrisa brota de mis labios.

Me acuesto encima de ella y la besó, sus labios, sus hombros. Desabrocho su camisa dejando al descubierto sus pechos.

¡Mierda, es perfecta!

Agarro sus pechos mientras voy dejando besos por todo su abdomen, se estremece y me mira mordiendo su labio. Voy bajando suavemente mientras llego a su cosita. Muero por probarla así que no pierdo tiempo y paso mi lengua por ella, dejo que uno de mis dedos se abra paso entre la suavidad y humedad de sus partes. Ella gime y yo no puedo con estas ganas de meterlo.

Pero aún no, ella me lo pedirá.

Sigo mi trayectoria y mantengo el ritmo con mi lengua y mis dedos, me hago dueño de todo su cuerpo mientras la aprieto y manoseo.

—¡Hazlo ya!—me grita.—¡Acaba de meter esa cosa tan rica dentro de mi!—me ruega.

—¿Así?—dije mientras introduje todo mi pene de golpe en su vagina.

Ella deja salir un gemido realmente hermoso y yo tengo tanto placer que no puedo dejar de mirarla mientras me pide más.

Es de esas mujeres que todo le queda sexi, su vista, sus palabras, sus gestos, la ropa, su cuerpo. Todo, absolutamente todo.

La levanto y la giro dejándola boca abajo ella se coloca en cuatro mientras agarró su cabello. Le estoy dando tan duro que el sonido de us piel y la mía chocando es lo único que se escucha en la habitación.

—¡Joder!—suelta ella mientras yo le agarro sus muslos apretándolos.—¡Voy a venirme!

Esas palabras rompieron el poco control que tenía y no pude evitarlo, nos vinimos juntos, fue un placer extremadamente placentero. Ambos caímos sofocados sobre la gran cama.

Listo mi misión ha sido completada.

Ahora veremos. ¿Quién se volverá adicto a quién?

Ada Andrade es una verdadera diosa en la cama y un puto grano en el culo como persona. Nada de esto terminará bien.

La miro y me mira, está colorada y con una sonrisa tan grande que puedo jurar que nunca nadie se lo había hecho tan rico como yo.

Destinados ©Where stories live. Discover now