❝c u a t r o❞

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Cuando el taxi de Wooyoung se detiene en la acera frente al apartamento de San, no le sorprende ver que se parece más a un hotel de 5 estrellas que a un apartamento; siempre pensó que San viviría en el lugar más elegante de Seúl.

Sin embargo, Wooyoung está un poco sorprendido de ver que San todavía está llevando su mejor traje cuando sale del vestíbulo, trayendo con él una valija de cuero (bastante caro de aspecto) detrás de él.

─¿Por qué me miras así?. ─ San dice con cautela, dirigiéndose al maletero del coche para intentar guardar su valija.

─Iremos a la casa de mis padres en Busan, no a una conferencia de negocios. ¿Por qué estás vestido así, de todos modos?. ─ Wooyoung se ríe. Se inclina hacia atrás y observa, sin hacer ningún movimiento para ayudar, mientras San se esfuerza por meter su pesada valija en la pequeña cajuela sin aplastar la valija de Wooyoung, que ya está guardada dentro.

San gruñe por el esfuerzo cuando finalmente logra que su valija se ajuste un poco cómodamente, estirando la mano y estirándose sobre las puntas de los dedos de los pies para cerrar la cajuela de golpe. ─¿Qué tiene de malo querer dar una buena primera impresión? Además, apenas tengo nada más que trajes.

Wooyoung sacude la cabeza con incredulidad. ─Bueno, toma asiento. Trate de no arrugar su precioso traje.

San parece darse cuenta por primera vez de que está a punto de subir a un taxi. ─¿Por qué estamos tomando un taxi hasta Busan?. ─ Pregunta, pero se sube a regañadientes junto a Wooyoung de todos modos.

─No lo estamos. Estamos tomando el taxi, que nos deja en la estación de tren en Seúl, y que nos llevará a Busan. ─ Wooyoung explica.

San hace una mueca, luciendo tan horrorizado que Wooyoung espera que grite. ─Quieres decir... ¿Qué tengo que tomar el tren? ¿En uno de mis mejores trajes?. ─ Le reclama.

Wooyoung sonríe. ─Ahora ves porque me estaba riendo de ti.

El taxi arranca, dejando que San se dé la vuelta y mire por la ventana y contemple exactamente cuánto se arrepiente de haber elegido a Wooyoung de entre todas las personas.

─Tengo nuestros anillos de compromiso. ─ San dice después de unos momentos de denso silencio.

Saca la caja de su bolsillo y prácticamente se la arroja a Wooyoung, levantando la otra mano para mostrar que ya está usando la suya.

Los ojos del taxista se elevan por el espejo retrovisor, evidentemente tratando de vislumbrar la disputa de los supuestos amantes en su asiento trasero, y San finge no darse cuenta.

Saca el anillo de la caja y lo desliza en su dedo, y trata de no pensar en el hecho de que todo el compromiso falso se ha vuelto mucho más real. ─Encantador. ─ Murmuró Wooyoung, girándolo alrededor de su dedo un par de veces.

─Nada más que lo mejor para mi Wooyoung. ─ San dice sarcástico, notando de repente las miradas curiosas que todavía reciben del taxista. Se acerca vacilante acariciando la mejilla de Wooyoung.

Wooyoung parpadea. ─No hagas eso. ─ Él dice.

San retira la mano y la limpia con sus pantalones como si eso ayudara a deshacer la acción. ─Si, bueno.

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