Celos -EDITANDO-

Capítulo 10

México.

—¿Y bien?

Estaba en la casa de Chile, de inmediato fui a verlo porque le dije que había algo importante que hablar con él pero ahora que lo tenía sentado enfrente mío con una taza de café en sus manos se ve que no ha dormido bien tiene ojeras demasiado marcadas y los ojos rojos, no sabía que decir sin hacerle enfadar.

—¿Cómo estás, Chile?

Mierda espero que no se enoje.

—Te parece que estoy bien.

Se enojó.

Bueno iré directo al punto.

—Necesito tu ayuda.

Dije con voz clara y firme para que él entendiera la situación pero solo rodó los ojos y dejo su taza en la mesa.

—Tú México, ¡él gran México necesita mi ayuda!

Lo decía en forma irónica y sarcásticamente.

Empezamos mal.

—Tú el más grande de todos nosotros quien torturó a Bolivia desde los 6 años, quién humilló a Colombia frente a todos, hiciste que alejaran a todos los amigos de Ecuador, quitaste el petróleo de Venezuela y quién vendió a su hermano menor por oro; Todo eso lo hiciste tú solo y ahora ¿quieres que te ayude?

Esta molesto y resentido conmigo.

—Chile no entiendes Perú tiene un plan quiere acabar con todos, necesitamos detenerlo.

Tiene que entender. Necesito ayuda rápidamente.

—Vienes a mi con la excusa de que Perú te culpó de todo y ¡Tú nunca hiciste algo malo!

—Es cierto. Se que mis acciones no fueron buenas pero intente hacer lo mejor que pude para protegerlos.

—Nose como el sabía de todas la cosas que pasaba antes en él castillo

—¡Weon cállate! ¡Acaso te escuchas lo que te estás diciendo México! Estás culpando a Perú por cosas que tu mismo hiciste.

—¡No entiendes! Perú sabía lo que tu tenias con Argentina, él me obligó a tomar una decisión, Chile.

—México, fácil es culpar tus acciones a otros que asumir tu propia culpa. Y que si Perú sabía lo que sentía por Argentina, tú fuiste quien dió la orden de alejarme de mi madre tu fuiste el causante de que ella se suicidar debido a mi padre.
Fuiste tú no él, acepta por una vez, que cometiste errores y que estuviste celoso de mi y de todos nosotros.

Se refería a mis hermanos. Si estuve celoso de toda la libertad que ellos tenían siempre juntos como en familia y yo no tenia nada de eso.

—Chile, yo... nunca quise que le sucediera eso a tu madre. Yo se que fui estúpido por todo lo que te hice sé que no puedes perdonarme y como un egoísta sigo buscando tu ayuda a pesar de que no lo merezco.
Admito que estaba celoso porque tu ya tenias a alguien en quien confiar y yo no tenia a nadie.
Lo siento mucho, Chile.

Chile me miró por unos segundos tomó un sorbete su taza de café.
Tal vez solo deba irme y no molestarlo.

—Siento las molestias Chile, tal deba irme.

Me pare con intención de irme pero-

—¡Espera!

Chile dijo en voz alta y me detuve.

—Perdón, no te vallas.

—¿Me ayudaras?

Soltó un suspiro, finalmente me respondió.