Capitulo 3

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Chiara movía su pierna de arriba a abajo con desesperación, sentía que en cualquier momento se iba acabar el aire y acabaría en el suelo. La ansiedad estaba en ella desde la mañana, no quiso comer nada, ni hacer nada. Tenía más de 20 notificaciones distintas, todas de los chats de sus amigos.

-Paciente Ricci - Una enfermera salió de una oficina, está solo levantó la mano en respuesta -

Siguió a la mujer de unos 30 años, entro a una especie de cubículo y sento en una camilla en donde le había indicado. Minutos después en donde le había dado su información para ya por fin pudo entrar a ver a la doctora Suzie.

-Un gusto en verte Chiara -

-Lo mismo digo Doctora -

Comenzaron a sacarle tubos de sangre durante unos veinte minutos, sin embargo, si todo estuviera bien no hubiera una chica, la cual su estrés la estaba consumiendo poco a poco.

-Bien. Ahora quiero que te pongas aquí  Señalo el peso -Vamos, no pasara nada -La ánimo la doctora, así que hizo caso - Dios... -Murmuro Suzie con una cara no agardable -

-Pasa algo doctora? -

-Chiara...Bajaste de peso -Murmuro asustada- No puedo ser, el mes pasado pesabas 45 Kg, ahora pesas 39. Por dios Chiara has estado comiendo algo?

No lo había notado hasta ese instante, con todo lo de su madre, estudios, amigos y problemas, se había olvidado de ella, no había estado desayunando máximo era un café, almorazaba a medias pues después tenía que entrenar, y a la hora de la cena solo comía lo que encontraba en la nevera, casi nunca había nada.

Estuvo tan ocupada en cosas que ni siquiera se molestó en alimentarse, ni siquiera se acordó de ella, de su bienestar.

-Chiara necesito que pongas de tu parte, hace 2 meses detectamos que eres diabética, además tipo 1. Necesito que te ayudes porque si no, será más difícil. -

A Ricci le habían hecho varios exámenes por los continuos desmayos que presentó en vacaciones, al final llegaron a la conclusión que era diabética, algo que verdaderamente la aterro. Habían comenzado el tratamiento, tenía que tomar insulina para seguir estable, sin embargo, su madre al dejar el empleo también dejo el tratamiento de la chica, solo quedaba su reserva, siempre tenía una por si algo pero se le estaba agotando.

-Lo se... - Murmuró. No era fácil, para nada fácil -

Aveces necesitaba apoyo, alguien que la consolara y estuviera al pendiente de ella, pues ni su propia madre lo hacía. Pero no quería molestar a alguien con sus problemas, suficiente con lo que los de más cargaban.

-Como vas con tu medicina? -

-Bien, bien - Murmuró para si misma, como si intentará darte ánimos -

-Chiara tu madre no ha pagado este mes -La chica solo asintió - Y si no paga, no se haremos con tratamiento -

-Mi madre dejo de trabajar, dejo su empleo - Contesto rápidamente sorprendiendo a la doctora-

- Dios...De acuerdo -Comento llamando su atención -Vere que puedo hacer, por ahora sigue consumiendo insulina, te hará mejor. Y recuerda alimentate -Ella solo asintió y le dio una sonrisa sincera, y lo era, ella es la única que la ha intentado ayudar -

-Gracias doctora Suzie, enserio gracias -

-No lo agradezcas Chiara, eres buena chica - Cuando vio que su paciente salió, soltó un leve suspiro -

Era joven, muy joven y con un gran futuro. Y sin duda, no merece esto.

 Y sin duda, no merece esto

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Unidos hasta el final // Pietro MaggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora