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Felix se quedó en el marco de la habitación mirando como Minho apenas podía moverse. Sus ojos estaban clavados en cada detalle costoso de aquel cuarto, la seda suave de una cómoda cama, las largas cortinas tapando parte de la lustrada madera del suelo, el mueble con detalles de oro e incluso el tapiz colorido del suelo. Estaba desorientado, incluso formando parte de la realeza, Minho jamás estaría acostumbrado a eso. Felix soltó un suspiro y se acercó al pelinegro con cautela.

—¿Descansas mirando la cama? Maravilloso —soltó con gracia el rubio, buscando romper la tensión que dejó la conversación anterior con Jisung. Logró su objetivo cuando Minho sonrió levemente, apartando la mirada de la cama.

—Lo siento, aún no me acostumbro. Gracias por esto. —Minho le dedicó una mirada a Felix y luego le echó otro vistazo a la habitación.

—Oye, Minho. —Felix hizo una mueca por no saber cómo continuar, pero Minho no lo apuró—. Realmente me alegra volver a verte.

Minho se giró a verlo de frente con sorpresa y alivio en su mirada. La última vez que había hablado con Felix fue antes de ser arrestado injustamente y la primera que lo escuchaba decir algo lindo hacia su persona. Se notaba la sinceridad en sus ojos y había una disculpa atorada en su garganta. Minho sonrió ante esas suaves palabras.

—También me alegra volver a verte. —Felix asintió a su afirmación, pero volvió a tomar aire para hablar.

—Lo lamento —soltó de golpe, alzando la mirada con pena—. Lamento haber sido un idiota cuando éramos niños. Lamento haberme dejado influenciar por mi madre, incluso hasta el día de hoy me arrepiento de cada burla y amenaza. Espero que puedas aceptar mis disculpas y no guardemos rencores.

—No los guardo desde hace años, Felix. Supe que eras solo una marioneta de pensamientos ajenos cuando me ayudaste en medio del campo de girasoles, de rodillas ante el mundo, rindiéndome por completo. —Minho apoyó su mano en el hombro del menor y Felix soltó el aire como si lo hubiese estado reteniéndolo ahí desde hace segundos enteros.

—Gracias —soltó con alivio, una sonrisa leve se dibujó en sus rosados labios—, y también lamento que tengas que lidiar con la manera infantil de Chris para que te enfrentes a tu pasado. No va a flexionar su brazo hasta que vea que arreglaste las cosas con Jisung.

—Realmente no va a llegar muy lejos, él no ha visto el frío que desprende cada mirada de Jisung. Ha seguido adelante y este reencuentro solo está destinado a doler. —Minho refregó sus ojos y mostró una leve sonrisa sincera, estaba feliz por él; quería estarlo—. La cena estará lista en breve, ¿verdad?

Felix asintió con rapidez y le indicó que lo siguiera para salir de la habitación y caminar por los pasillos. Las pinturas y retratos decoraban las extensas paredes tapizadas. Algunas ventanas dejaban ver el gran jardín real y otras el bosque que daba detrás del establo. Minho miraba cada detalle con un sentimiento extraño en su pecho. Realmente moría de ganas por ver a alguno de sus caballos favoritos o visitar las marcas que dejó cuando era más joven en los árboles cercanos al establo.

Felix contaba alegre los cambios que tuvo el castillo desde que Chris se hizo rey. Minho asentía o respondía con monosílabos simples. De un momento a otro, Felix se detuvo cuando la puerta de una habitación de invitados se cerró con enojo. Hyunjin, el hermano menor de Jisung, salía de allí con murmullos apagados para si mismo. Parecía haber discutido con alguien ahí dentro.

Felix sonrió, y Hyunjin, recién unos segundos después, notó la presencia de ellos en el pasillo. Su rostro se cubrió con un sonrojo e hizo una leve reverencia como saludo.

—Oh, lo siento, no los había visto aquí. —Felix soltó una risita, pero Minho se acercó a él cuando sus miradas se cruzaron y Hyunjin extendió una sonrisa en sus labios—. No esperaba verlo tan pronto, príncipe Minho. Aunque si estaba seguro de que lo haría en algún momento. Los pasillos son estrechos. —Minho dejó a un lado el sabor agrio que le daba el título con el que se refirió a él y aceptó la mano estirada del menor—. ¿Ha tenido un buen viaje hasta Alsanne? Ya casi olvidaba su rostro, aunque me es imposible olvidar sus palabras. Sus libros son realmente dignos de releer más veces de las que mis dedos son capaces de contar.

Golden Raven - [Minsung] [2do Libro || "La Revolución De Girasoles"] [✓]Where stories live. Discover now