Cuando el color amarillo de los girasoles bajo la fuerte luz de la luna hizo presencia en el panorama de ambos príncipes, la sensación de calidez y pausa de tanta guerra invadió sus corazones. Cómo llegar a la orilla luego de nadar una eternidad en la marea de problemas. Como un abrazo en medio de un «te extraño» y una manta para cubrirte del invierno. Jisung y Minho llegaron a su hogar, incluso si solo fue testigo de contadas noches. ¿Era el lugar o la persona? La respuesta quedó en pendientes.
El camino se hizo más largo que de costumbre. Jisung sentía que el bosque se alargaba en su cabalgata y Minho temblaba cada vez más bajo el tacto de su piel. Tenía el miedo comiéndole las entrañas hasta agotarlo, pero lo ocultó solo porque Minho lo notaría y le exigiría lo contrario. Jisung quería darle lo contrario, pero no podía. Tenía miedo. Realmente lo tenía.
—Soñé con este momento durante dos años enteros —murmuró Minho lanzando su cuello hacia atrás y mirando la luna con cansancio. Jisung apretó los labios, el campo estaba a solo unos metros—. Por un tiempo creí que solo te tendría al apoyar la cabeza en la almohada. Que sostendría tu mano en cada sueño como castigo por haberte soltado fuera de ellos. Jisung...
—No hables —exigió, sintiendo los dolores escaparse por sus labios.
—Pero quiero hacerlo. Quiero hablarte, quiero decirte lo que no pude antes. ¿Has leído mis libros? Todos y cada uno de ellos fueron escritos para ti. —Jisung detuvo el caballo en el inicio del campo. A lo lejos, la cabaña tenía una vela encendida.
—Minho —insistió, bajando del caballo con un nudo en la garganta—. Hablo en serio. Apenas puedes moverte.
—Mi nombre suena muy bien entre tus labios —murmuró nuevamente, haciendo que Jisung soltara un suspiro.
—Vamos, baja. —El príncipe le extendió su mano. Minho la sostuvo y bajó lentamente del animal.
—No vas a poder ignorar mis preguntas por siempre. La noche es larga cuando no duermes.
—Minho —Jisung sostuvo al susodicho por los hombros, obligando a que lo mire con atención—, tienes el cuerpo tan maltratado como el suelo de una gran guerra. Apenas se oye tu voz en el silencio de la noche y tus ojos me amenazan con largar más lágrimas en un segundo que yo en todos estos años sin ti. No quiero escucharte porque no estás en condiciones de hablar. ¿Puedes simplemente guardar fuerzas? Te necesito aquí.
—No voy a ir a ninguna parte —respondió Minho, susurrando sus palabras como si solo ellos pudieran escucharlas—. Estoy bien, no me mires así.
—¿Así como? —Jisung desvío la mirada cuando las heridas de Minho resultaron insoportables.
—Como si estuviera desmoronándome. Como si estuviera a nada de caer de rodillas. Como si quisieras que me rindiera cuando la batalla recién empieza.
—Te han hecho daño, Minho. Lo mínimo que puedo pensar ahora es que lo has perdido todo por un baile conmigo.
—Y valió cada segundo. Pasaría mi vida entera bailando contigo mientras el mundo gira. ¿No he sido claro ya?
—No te callarás, ¿verdad? —advirtió Jisung con una leve sonrisa.
—No hasta que cumplas tu promesa —respondió Minho devolviéndole el gesto de la curva en sus labios.
—¿Mi promesa?
—Iniciaste la revolución ante el mundo, Jisung. Ahora el Olimpo entero sabe que el girasol no está conforme, pero has olvidado hacerlo aquí. —Minho apoyó su dedo en el pecho de Jisung con lentitud, cada uno de sus movimientos dolía, pero su orgullo seguiría intacto—. Estoy esperando que prendas fuego todo, Jisung. Estoy en primera fila esperando tu espectáculo de sinceridad conmigo. El mundo ya te vio, ahora muestrate ante mí.
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Golden Raven - [Minsung] [2do Libro || "La Revolución De Girasoles"] [✓]
FanfictionComienza la segunda versión de aquella leyenda donde hablan del girasol y el dios del sol como el desenlace de un romance no correspondido. La revolución de los girasoles inicia en un campo donde la tierra espera que aquellas dos flores que un día p...