XXVIII

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El caos se desató cuando Seungmin lanzó una flecha y la mano de Reeve fue la víctima. El rey desgarró su garganta con un jadeo ahogado en medio del dolor y la sorpresa. Incluso Josie, quien estaba lista para recibir la herida de su daga, quedó perpleja ante el ataque del rey de Nedhia. Hubo un movimiento sigiloso en medio de la jugada que sorprendió incluso a los de su propio equipo. Seungmin había dejado de lado la paz; ahora todos estaban metidos en esto.

Jisung sintió la mano de Christopher apoyarse en su estómago, cubriéndolo de cualquier impulso. En los muros, todos los que se suponía que eran guardias de la corona de Moonwen, ahora levantaban sus armas hacia el mismísimo portador de ella.

Desde abajo, Hyunjin y Felix compartieron una mirada cargada de miedo. Jeongin vio como ambos príncipes cubrían su cuerpo con la intención de ponerlo como prioridad. Retnath había dado un alarido pidiendo que no hubiese sangre, pero sus impulsos le ganaron y salió corriendo hacia la torre. Probablemente buscando hacer algo. Probablemente arrepentido, quizás ambas en igual medida.

Minho también apareció en la cima con la respiración agitada y el miedo escapándose por su mirada. Miró a Jisung, lo inspeccionó con precaución buscando cualquier herida, pero el príncipe le dedicó un ademán para calmarlo, tratando de que entendiera su mensaje; no era él quien había sido herido.

Y justo debajo, Changbin estaba parado junto a Seungmin, pero no portaba armas ni armadura. En su lugar, brillando y esperando ser usada, la corona de Seungmin era sostenida por las manos del guardia.

La escena era digna de encuadrar, narrar o simplemente congelar. Moonwen estaba en silencio, exceptuando los jadeos de dolor que Reeve lanzaba en cada exhalada. Chris se acercó y puso su pie en la daga que planeaba usar. Un simple movimiento y el objeto se deslizó por el suelo hasta quedar lejos de su alcance.

Minho miró a Josie, esperando que entendiera que ese era su momento, su huída. La princesa entendió y a duras penas, aún mirando con miedo a su hermano, se arrastró hasta pararse y correr en dirección a los otros cuatro chicos en la terraza.

Retnath, quien también había llegado a la torre sin detenerse a pensar alguna consecuencia, hizo el amague de querer acercarse y los guardias en las torres apretaron las flechas en sus arcos. Seungmin dio la orden de que podía hacerlo, podía acercarse. Retnath no le prestó atención de cualquier manera. Se agachó junto a Reeve y sostuvo su mano entre sus dedos llenos de astillas viejas y descuidadas.

—¿Hasta dónde vas a llegar con esto, Reeve? —preguntó el carpintero, buscando una manera de sacar la flecha de la mano del rey, quien se fundía en suspiros, jadeos y un llanto silencioso—. ¿Eres consciente del camino que estuviste a punto de tomar? Ibas a... Es tu hermana, Reeve.

—Si muero... mi apellido desaparecerá —murmuró el rey, mirando a Retnath casi con esperanza. Por detrás, Minho recibió la orden de Chris de llevarse a Josie de regreso abajo—. No tengo hijos y soy el último hombre del linaje. ¿No es así? Ya no habrá más Pesareth.

—Reeve, no vas a morir —aseguró el carpintero, aún sabiendo que aquellas lágrimas en las mejillas del rey no eran de tristeza, eran de calma.

—Creí que lo que quería era lastimar mi apellido, dañar la reputación de mi familia, Ret... —Reeve sonrió levemente—, sólo quiero que se acabe. ¿Puedo aún pedir eso?

—No —respondió Retnath tajante, pero incluso Reeve no dejó de sonreír. Chris dio un paso hacia la daga en el suelo y Jisung lo miró de costado—. No, no puedes pedirlo, no tienes el maldito derecho. No después de pasar tantos años lejos de mí, no es justo que vengas a despedirte; a decirme que cinco años serán una vida. No es justo.

Golden Raven - [Minsung] [2do Libro || "La Revolución De Girasoles"] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora