CUENTOS DEL OESTE 西の物語 ━ Sesshōmaru

Cuento n°8

Tierras del Oeste. Casa de la Luna, establos del patio exterior.

Año 3215, séptimo día de la semana - Nueva Era del imperio de Taishō Sesshōmaru.

Adoraba pasar tiempo con Ah-Un. Shōri lo visitaba cada vez que podía y pasaba largas horas con él. Lo alimentaba, bañaba, acicalaba y lo sacaba de los establos para que pudiera estirar las patas. Shōri amaba muchísimo al dragón, y sus sentimientos eran correspondidos recíprocamente.

Pero hacía varias semanas que no le veía.

Todo comenzó unos meses atrás, cuando los maestros le sugirieron a su padre ampliar su horario de clase. Según ellos, al ser ya una jovencita necesitaba tomar más responsabilidades acordes con su edad. Y Sesshōmaru lo aprobó, para su frustración, y sus horas de estudio se ampliaron el doble.

Shōri detestaba estar encerrada en palacio, se sentía como un pajarillo enjaulado. Pero lo que de verdad le agobiaba era no poder salir de casa y no ver a su querido Ah-Un. No jugar con él, ni darle un paseo por la montaña Daisen, ni tampoco volar hacia Ciudad Capital... ¡Qué suplicio!

Ante esta nueva ola de preocupación le pidió a Jaken que cuidara de él en su lugar. Como previó, el yōkai verde protestó diciendo que para ese trabajo ya estaban los mozos de cuadra. Pero un día, mientras esperaba a su maestro de historia, se asomó por una de las ventanas que daban al patio exterior y distinguió a lo lejos la figura de Jaken yendo en dirección al establo. Shōri apreció mucho aquel gesto.

Aun con sus protestas, Jaken hacía lo que ella le pedía con tal de tranquilizarla.

Y gracias a Tsukuyomi que los maestros le había dado el día libre, porque se fue directa a ver a Ah-Un.

Al llegar al establo se encontró con Jaken y con Tsunade, uno de los mozos. Parecían tener problemas; Tsunade sujetaba las riendas de un Ah-Un muy nervioso y el sirviente de Sesshōmaru no hacía el amago de querer acercarse.

━¡Señorita Shōri! ━la llamó Jaken al sentir su presencia. Abrió enormemente sus ojos saltones cuando vio a la hanyō ir hacia el dragón━. ¡No se acerque! Hoy el tonto de Ah-Un no parece querer dar su brazo a torcer.

━Está enfadado ━reveló Tsunade━. He intentado desde hace semanas sacarlo afuera, pero se niega a moverse ━miró a Shōri y se disculpó con la mirada━. Perdóneme, mi joven ama.

Si Ah-Un estaba enojado era por su culpa. La princesa lo sabía. Ignorando las advertencias de los dos sirvientes, acarició con dulzura las cabezas del dragón.

━Ah-Un... ━el dragón volvió agitarse━. Ah-Un, lo siento. No tengo excusa. Los maestros extendieron mi horario de clase y no tenía tiempo para verte. ¡Pero hoy tengo el día libre! ━sonrió━. Te prometo que buscaré una forma para compaginar mis estudios con mi tiempo contigo. No volveré a dejarte solo.

Ah-Un la observó fijamente y se tranquilizó al instante. Creyendo las palabras de su dueña, acercó sus dos cabezas hacia el rostro de ella y las frotó con mimo. Shōri rio alegremente, ¡cuánto le había echado de menos!

Arrebató las riendas de las manos de Tsunade y caminó en dirección a la salida.

━¡Vayamos por la montaña Daisen! Hoy la hierba tiene pinta de ser muy fresca ━exclamó Shōri y Ah-Un rugió animado. Después giró hacia atrás, mirando a Jaken━. ¿A qué esperas?

━¿Y por qué tengo que ir contigo?

━¡No puedo abandonar el palacio sin compañía!

Viendo que no había fallos en su lógica, Jaken no tuvo otra alternativa que seguirlos. Tsunade, en cambio, se alegró de ver que todo regresaba a la normalidad.