CUENTOS DEL OESTE 西の物語 ━ Sesshōmaru

Cuento n°9

Tierras del Oeste. Casa de la Luna, palacio real.

Año 3226, primer día de la semana - Nueva Era del imperio de Taishō Sesshōmaru.

Cuando aquella tarde de primavera anunciaron que su nieto era una niña, Irasue se alegró muchísimo. ¡Sus súplicas fueron escuchadas! Y vaya si fueron escuchadas. Con el paso del tiempo vio que Shōri no había heredado la amarga y petulante actitud de Sesshōmaru, sino que era su total opuesto. Sonriente, agradecida, cariñosa... Lo que no tenía su padre, lo tenía ella.

¡Alabado sea Tsukuyomi!

Sesshōmaru era un daiyōkai poderoso y muy respetado, pero en ciertos aspectos era un completo desastre. Como el tema de la educación de Shōri. Su naturaleza orgullosa de guerrero lo impulsaba a instruir a la hanyō en arte de la guerra y en el uso de las armas sin tener en cuenta que su hija era una señorita, y como tal, debía recibir una educación acorde con su título real. Pero no, la ética y los modales no entraban en la agenda diaria de la paternidad del inu-yōkai. ¡Una vez le regaló ropa negra! ¡Negra! Por favor...

Viendo ese pasotismo como algo alarmante, tomó la firme decisión de enseñarle personalmente etiqueta a su nieta.

Pero nunca pensó que sería una tarea titánica. Todo lo que tenía Shōri de buena, lo tenía de cabezota. Era una niña muy traviesa y con la tendencia de esconderse por todos los rincones de palacio. Tampoco ayudaba mucho que pasara casi todo el tiempo al lado de su padre, que por mucho que fuera una imagen adorable, sólo alimentaba la rebeldía de la niña.

━Mírate, si Bishamon estuviera aquí se moriría de envidia ━declaró Irasue, contemplando satisfecha el reflejo de Shōri en el espejo ovalado de su habitación.

Fueron años muy duros y de extenso trabajo, pero el resultado estaba dando sus frutos.

Y le gustaba como quedaba.

━¿Tú crees, abuela? ━cuestionó Shōri, también mirando su reflejo. Irasue la había arrastrado para que pudiera probarse la ropa que encargó la semana pasada al sastre real.

Vestía con un hermoso kimono rojo y púrpura con un delicado bordado de flores y mariposas. Sobre sus hombros caía un majestuoso haori celeste de seda fina. Su cabello corto se encontraba suelto, y su abuela la había maquillado de manera sutil y sin caer en la vulgaridad.

━Por supuesto ━aseguró Irasue con convicción━. Esta es la imagen que debe tener una princesa. No la de una vistiendo de negro.

━A mí me gusta la Tela de la Doncella Nocturna.

La dama se enrabietó.

━¡Este Sesshōmaru...!

Shōri se giró hacia atrás.

━¿Opinas lo mismo, nana?

Akemi sonrió con sinceridad. Se hallaba sentada en una esquina, a la espera de cualquier orden de la antigua Señora del Oeste.

━Cualquier cosa que te pongas te sentará bien ━se puso nerviosa al ver como los pálidos ojos dorados de Irasue la asesinaban en silencio━. P-pero ese conjunto sin d-duda es el mejor para ti, ¡no hay color!

Irasue retiró su gélida mirada de Akemi para posarla una vez más sobre Shōri. Sería un camino muy duro guiar a su nieta por la senda correcta.

Pero con paciencia y esfuerzo lo conseguiría.