Salvando a un Desgraciado Slytherin #2

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RITUAL
—

PETER EL PEQUEÑO GENIO—

—¡Deja de moverte Sirius!

El Black miro con fastidio a su mejor amigo, se encontraba tranquilamente apoyado contra la pared de piedra a su izquierda, el condenado se veía tan estúpidamente atractivo con esa pose chulesca y desinteresada, sus jeans negros desgastados se adherían con perfección a las largas piernas y aquel sweater navideño dos tallas más grandes dejaba ver las blanquecinas clavículas, Sirius sentía cierta envidia de lo malditamente guapo que se veía.

—¿Cómo puedes estar tan calmado, Moony? — rezongó.

—Peter y James ya nos han dicho que tienen el diario e incluso han resuelto el cómo ver las notas escritas en él, ni siquiera sé porque estamos parados en la entrada como si fuéramos cachorros esperando por nuestros dueños.

—¡Porque hoy podría ser el día!

Remus rio por lo bajo ante la actitud infantil de Sirius.

—No es por ser pesimista Padfoot, pero apenas y han tenido el diario por unos días. —explicó el más alto — Tres para ser exactos.

—Pero Pett ha dicho que ya lo ha leído.

Sirius se apoyó en la pared junto a Remus, dejando descansar su cabeza en el hombro de este como siempre lo hacía.

—Peter es de las personas más inteligentes que conozco, pero estamos hablando de complejas runas y anotaciones hechas por una impecable inefable, puedo apostar a que tardará unos días más en resolver todo.

Sirius no podía estar de acuerdo con eso, era cierto que la mamá de Peter era brillante pero su Wormtail también lo era, tan increíblemente inteligente que a veces Sirius no entendía que hacía en Gryffindor y no en Ravenclaw, además tenía a James ayudándole, suele ser un estúpido la mayor parte del tiempo pero al final de cuentas es un estudiante destacado y Sirius apostaba su vida que James estaba poniendo su alma en la investigación de aquellas runas y viajes en el tiempo solo porque se trataba de Snape.

—Espero que no hayas apostado algo realmente valioso, Moony.

La voz de James llamó la atención de ambos merodeadores, el miope venía entrado por la puerta principal junto a Peter, y un montón de estudiantes que regresaban de sus vacaciones navideñas.

—¡¿Lo lograron?! — saltó Sirius hacía su dirección.

—Hasta estuve practicando la runa de camino.

Sirius chillo emocionado saltando tal liebre hacia donde se encontraba su rubio amigo, tomo las regordetas mejillas de este y presiono cortamente sus labios con los de Peter.

—¡Eres increíble, Wormtail!

—¡Sirius que asco! — chilló Peter mientras se limpiaba los labios con la manga de su túnica.

El primogénito de los Black ignoró por completo las quejas del rubio, y seguido, acunó el rostro de James entre sus manos para dar un beso en su frente.

—Tú no porque serás papa casada pronto.

—Severus te lo agradecerá en el futuro. — sonrió Potter.

Se giró lo suficiente para quedar frente a Remus que aún seguía apoyado contra la pared, el castaño se paró correctamente en su lugar advirtiendo a Sirius con su mirada.

—Ni se te ocurra, Sirius. — amenazó.

—Solo faltas tú, Moony.— caturreó.

Sirius estiró sus labios en dirección a Remus para besarle, el castaño lo esquivo con maestría escondiéndose tras James que solo se hizo a un lado para dejarle el paso libre a Padfoot.