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Como nunca había estado en el Imperio de Cristal, y apenas podía reconocer la puerta del comedor del castillo, Zipp estuvo explorando el sitio de arriba a abajo en busca de Smolder. Esa era la única ventaja que la dragona tenía: ninguno de los ponis que la acompañaron conocían el castillo, por lo que se podía ocultar bien si alguien intentaba buscarla. Pero Zipp era terca como mula, y no se rendiría tan fácilmente, la encontraría aunque le tome toda la noche.

Justo cuando estaba por dar una vuelta errónea en una esquina, escuchó un sollozo. Se dirigió volando a toda velocidad hacia aquel sonido, el cual se hacía cada vez más notorio. Llegó hasta una puerta entreabierta, y al observar de reojo se encontró a Smolder, sentada y con su rostro hundido entre sus rodillas. Zipp se sintió mal por la dragona, y por un momento consideró irse y dejarla llorar tranquila, pero algo dentro de ella le gritaba que tenía que ayudarla.

Con determinación, Zipp entró silenciosamente a la habitación y se acercó hasta Smolder, quien al parecer aún no se percataba de su presencia. Cuando llegó con ella, se sentó a su lado y no dijo nada. Smolder se dio cuenta de la presencia de la pegaso unos momentos después, pero milagrosamente no se molestó, aunque tampoco es que estuviese contenta de tenerla allí. Era algo indiferente a decir verdad, pero de todas formas decidió cuestionar...

- ¿Q-Qué haces aquí? - preguntó la dragona con voz quebradiza

- Te buscaba - respondió Zipp sin más

- ¿Para qué? - siguió Smolder, ahora con menos nerviosismo, pero aún algo débil, por tanto llorar

- Aunque ya escuché de Spike el porqué estás actuando así, quiero escucharlo de ti - contestó la pegaso

- Si Spike ya te lo dijo, probablemente yo no tengo nada más que añadir - dijo la dragona

- O tal vez sí, pero no quieres decirlo - teorizó la pegaso - Lo que dijo fue que una de tus mejores amigas enloqueció de poder y... mató al resto de tus amigos...

- ... Es más complicado que eso

- ¿Quieres hablar de ello?

- No

- Pero te sentirás mejor si lo sueltas

- He dicho que no

- ¿Y por qué no, exactamente?

- ¡Simplemente porque no!

- ¿Acaso le temes a algo? ¿Es porque no quieres recordarlo? ¿O es...?

- ¡ES PORQUE ELLA Y YO NO ÉRAMOS AMIGAS, ZIPP! ¡ÉRAMOS NOVIAS! ¡¿ENTIENDES?! ¡¡¡NOVIAS!!! - gritó Smolder con todas sus fuerzas a la pegaso

En todo el tiempo que Zipp estuvo con Smolder, tuvo una mirada indiferente. Y a pesar de que la dragona le acababa de gritar con todas sus fuerzas, su mirada se mantuvo firme. No le sorprendía la respuesta, en el fondo ya lo sospechaba, pero si algo le sorprendía era que Smolder se tardase tanto en dejarlo salir.

- ¡Ella solo quería ayudar a la estúpida causa de Twilight, y eso fue lo que la condenó a convertirse en un monstruo! - siguió gritando Smolder, solo que ahora cada vez más bajo - Y por tratar de ayudar a Ember, terminó matándola... y a mis amigos... y a tantos otros inocentes...

Ahora Zipp lo comprendía mejor, el porqué Smolder dijo lo que dijo, el porqué era tan cortante con los ponis aún no le quedaba claro, pero ya llegaría a eso después.

- ¿Y sabes qué es lo peor de todo? - preguntó la dragona a la pegaso, a lo que esta solo negó con la cabeza - Que a pesar de todo lo que hizo, a pesar de convertirse en un monstruo... todavía la amo...

My Little Pony: El Dragón, Los Cambiantes y El ImperioWhere stories live. Discover now