My Little Pony: El Dragón, Los Cambiantes y El Imperio

🐉 🙋‍♀️ 🙋🏻‍♀️ 🏛️ 10 🏛️ 🙋🏻‍♀️ 🙋‍♀️ 🐉

- N-No entiendo nada... - confesó la alicornio - ¿Qué te descubrí hacer, exactamente?

Gael rio ligeramente, y luego caminó hasta quedar frente a frente con Sunny, la cual se mantuvo a la defensiva en todo momento.

- Veo que no tienes la imagen completa aún, así que repasemos todo desde el principio - dijo el cambiante, mientras comenzaba a caminar lentamente alrededor de Sunny - Creo que lo primero que debo aclarar es que Ocellus no es mi Reina. Nunca lo ha sido, y nunca lo será

- ¿Qué cosa? - exclamó la alicornio - ¿Eres un rebelde que quiere el trono o algo así?

- No es el caso, niña - confesó Gael - Para empezar, no soy un cambiante. No como todos los demás, al menos. Digamos que soy... la encarnación de todos los deseos más oscuros y profundos de Ocellus. Esta forma es para pasar desapercibido ante los demás cambiantes. Yo no nací en el momento en que Ocellus tomó el Cetro. Cuando ella lo tocó, algo en su mente automáticamente se desbloqueó, y sus pensamientos más perversos tomaron posesión de su mente y de sus acciones. Mató a algunas criaturas, entre ellas a sus amigos, y lo hizo sin rechistar... pero hubo un problema que solo surgió hasta que Sparkle envió a todos los cambiantes de regreso a su reino...

- Ocellus comenzó a resistirse, ¿no? - adivinó Sunny

- ¡Bingo! - se burló Gael - Como su "lado oscuro" estaba ya a flote, logró... o mejor dicho logré corromper el Cetro. De esa forma, la conciencia de Ocellus seguiría influenciada por el poder del Cetro. Eventualmente, se volvió tan poderosa que yo nací una noche, y logré tomar posesión del Cetro para implantar recuerdos falsos en las mentes de todos los cambiantes, de esa forma nadie se daría cuenta de que había otro cambiante con ellos. Pero a pesar de ser los pensamientos de Ocellus encarnados, tuve que ganarme su confianza, y tenía que seguir llenando su mente de los más oscuros y retorcidos deseos de su corazón.

- Entonces es por ti que Ocellus ha hecho tantas atrocidades inconscientemente - dedujo la alicornio - Eres un monstruo...

- No Sunny, solo hago mi trabajo. Y te equivocas al creer que Ocellus hizo todas esas cosas sin ser consciente de ellas. Oh no, todo lo contrario, ella ha sido totalmente consciente de lo que ha hecho. Y todavía no termino: todo este tiempo, Sunny, los he estado siguiendo. Bueno, en realidad desde que llegaron al Imperio de Cristal. Su regreso fue algo inesperado, y pensé que podrían estar tramando algo... Pero en cuanto ustedes llegaron, comencé a atar cabos, y obviamente llegaron hasta el Reino Cambiante, que solo confirmaron mis sospechas.

- Perdiste la razón, Gael

- Mi razón está justo donde debe, pequeña pony. Pero hay algo más: has escuchado sobre la extinción de las otras criaturas como los yaks, grifos y demás, ¿no? - Sunny asintió, teniendo un mal presentimiento de a donde iba esta conversación - Nosotros tuvimos que ver con ello. O mejor dicho, los cambiantes, liderados por Ocellus. Yo solo propuse la idea, Ocellus hizo todo lo demás. Primero fueron los Yaks, un objetivo fácil; luego fueron los grifos; luego los kirin; y así seguimos durante años con cada criatura que se interponía en nuestro camino. Jamás vimos a los ponis ni a los dragones como amenazas reales... hasta que a Spike se le ocurrió la maravillosa idea de buscar el Cetro, y a ustedes la de ayudarles...

- Una decisión de la que no me arrepiento para nada. Espera... ¿Cómo es que el Cetro funcionaba si ni siquiera había magia?

Gael volvió a reírse, esta vez de forma burlesca.

- Pequeña pony ingenua, una cosa es la magia de los ponis, y otra MUY diferente es la magia del Cetro - explicó el "cambiante" - Son dos tipos de magia que no tienen nada que ver con la otra, y la magia del Cetro es lo que me ha permitido mantener a Ocellus bajo mi control, pero estaría mintiendo si dijera que ha sido algo fácil. He sentido como ha tratado de resistirse en muchas ocasiones, pero que alguien más haya tenido que intervenir para casi liberarla es algo que nunca vi venir. Tú, Sunny, eres una plaga que debo eliminar. No son los ponis el problema, eres tú. Y me encargaré de ti y de los dragones de una buena vez. Y temo que tus amigos no estarán aquí para salvarte.