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¡No voy a dejar que Norman se vaya solo de nuevo!

—¡Perdón! ¡Nos vamos a los siete muros!— Habló Emma, sonriendo tranquila. El silencio reinó durante un rato en la habitación, hasta que una exclamación grupal retumbó entre las paredes.

—¡Esperá un momento! ¿Qué dijiste...? Pero Norman dijo que vamos a extinguir a los demonios...

—Es cierto, pero...— La sonrisa no se borró del rostro de tu mejor amiga, aunque su voz se escuchaba más calmada. —Pensé que podía aguantarme... Pero la verdad es que me parece mal... No quiero exterminar a los demonios.— Otra exclamación se oyó en la sala. —Eso de exterminar y extinguir, aunque sea cierto que es efectivo... Cuando lo imagino de verdad... Si todos los demonios fueran malos, bueno. Pero hay otros demonios comunes que viven en pueblos... Chicos y bebés. Exterminarlos convirtiéndolos en demonios salvajes, hacer que involucionen por alta de alimentación... ¿Cuánto miedo y odio saldrá de ahí?— Los rostros de la mayoría del grupo se nublaron, reflexionando probablemente en horribles escenarios de matanzas, de llanto, de desesperación. —Dentro de lo posible me gustaría no matarlos, y tampoco me tranquiliza que los maten otros. 

—Porque además también habría que matar a Sonju y a Mujika.— Agregaste. Los que salieron de Grace Field House compartieron una mirada, en completo silencio. 

—Pero eso no deja de ser un capricho mío.— Continuó Emma. —Yo soy la que piensa esto. No pienso meterlos a todos ustedes. Norman también dijo que no tiene intención de detener o retrasar el plan. Tampoco sabemos si hay otro modo aparte del exterminio. ¡Así que Ray, _______ y yo nos vamos a ir un rato! Quiero elegir algo de lo que no me arrepienta, quiero elegir el futuro.

—Entiendo...— Habló Lannion. 

—Es verdad que puede que tampoco lo hayamos pensado lo suficiente.— Completó Thoma.

—Bueno, pero ustedes no estuvieron afuera ni vieron a los demonios de los pueblos.— Los excusó Ray. 

—Por mucho que los odie...— Empezó a decir Sandy. —Nunca me puse a pensarlo, pero ellos tienen otras facetas también. 

—¡Pero odio a los demonios!— Habló Gillian. —Entiendo lo que dice Emma, y tampoco quiero matar a Sonju y Mujika, que son sus amigos, pero... ¡Pero a mí me importan mucho más Emma y todos ustedes que los demonios! Nunca mostraron misericordia. ¡Primero quiero proteger a mis amigos! Si es por eso, aunque entre ellos hay chicos y bebés yo... A mí no me...— Paula la abrazó, acariciándole la cabeza.

—¿Por qué...?— Empezó Gilda. —¡Hace nada que casi te matan unos demonios, Emma! ¡¿O ya olvidaste lo que pasó cuando fuimos a buscar la medicina de Chris?!

—Es porque está loca.— Contestó tu novio. —Yo tampoco estuve de acuerdo de entrada.— Lo codeaste suavemente, y te volteó a ver. —¿Qué? Si tengo razón.— Simplemente rodaste los ojos mientras dabas un paso al frente.

—Pero Emma es así, así que vamos a ir. Llegamos a esta conclusión después de pensarlo bastante... Y hasta ahora, venimos eligiendo con libertad de opciones de las que no nos arrepentimos aunque sean riesgosas, ¿O no?

—Y aunque quisiéramos detenerla, no va a hacer caso.— Agregó el azabache a tu lado, y trataste de no sonreír.

—¿No vas a decir nada, _______?— Protestó la de cabellos anaranjados.

—Pero tiene razón, ¿O no?— Te encogiste de hombros, ahora sí sonriendo con libertad. 

—Pero no hace falta que todos ustedes se pongan en peligro, ¿O no?— Refutó Gilda. —Es un camino muy peligroso, y no es que sea la única opción. ¿Entonces por qué...? ¿Por qué vos siempre, Emma?

—Perdón.— La mencionada abrazó a la de lentes, suspirando. —Siempre elijo estos caminos, pero porque son la única opción que no me hace ruido. Además... Esta vez no es solo eso. No quiero que Norman se vuelva a sacrificar.

—¿Eh? ¿Norman?— Preguntaron los niños. 

—Sí. Piensa hacer lo mismo que antes.— Informó tu pareja. 

—Aunque esta vez no se arruine la vida, como pasó cuando se sacrificó en Grace Field House... Incluso ahora prefiere sacrificar su alma por nosotros para cargar con todo.

—Ni Emma ni Ray ni yo podemos aceptar eso.— Declaraste. —Que lo despacharan y nuestro escape, para él era la única opción correcta y exitosa.

—Pero no fue exitosa.— La mirada de Emma era turbia, molesta. —Todos nos esforzamos y todavía queda tanto por hacer. Para mí, en el momento en el que dejamos que Norman se fuera... El escape dejó de ser un éxito de verdad. No quiero que pasemos por lo mismo de nuevo, así que esta vez le quiero probar a Norman que no vamos a saber hasta que no lo intentemos. Pero es cierto que todo esto es un capricho mío. Por esa razón es que queremos ir a los siete muros. Ir, comprobar que es posible y regresar. Queremos volver lo antes posible, antes de que Norman haga matar a la realeza y a la nobleza de los demonios.

—Pero ustedes también tienen que elegir un camino en el que no quieran dar marcha atrás aunque pase lo peor.— Dijo el de ojos negros, acariciando las cabezas de algunos niños. Te acomodaste el cabello, tratando que no se notara tanto tu sonrisa de ternura. 

—Así que por favor, ocúpense de Norman.— Finalizó la de ojos verdes.

—Tontos...— Balbuceó Gilda. —No digan "aunque pase lo peor". Tienen que volver con vida. Prométanlo aunque sea mentira.

—No es mentira, pero te lo prometemos.— Dijiste. —Pase lo que pase, vamos a volver sanos y salvos, yo me voy a encargar de eso. Vamos a volver sí o sí.— La contraria inspiró aire con fuerza.

—¡Está bien! ¡Nosotros nos ocupamos de acá! ¡Vayan tranquilos!

—¡Sí!— Guardaron los materiales necesarios en sus mochilas y salieron del refugio en el árbol. Afuera, la luna y las estrellas brillaban y titilaban con fuerza, aunque parecían incluso más lejanas por lo altas que eran las copas de los árboles del bosque. Un grupo pequeño los había acompañado afuera, para asegurarse de que se fueran de forma segura.

—Está bien, es como lo probamos la última vez.— Dijiste. Sacaste entonces una cantimplora con agua dorada y la pusiste en el suelo, abriendo la tapa. Luego tomaste tu daga y pusiste la hoja sobre tu palma abierta.

—Bueno, nos vamos.— Se despidió tu amiga.

Vamos a los Siete Muros... A ver a ⸷ⵥᕒᖭᘠ.

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Hola! AnonymousAnngels reportándose. No puedo creer que ya estemos en el capítulo noventa. Se siente como una fantasía el haber llegado tan lejos, el haber escrito tanto, el haber recibido todo el apoyo que recibí, el haber visto crecer tan linda comunidad de gente que lee mi fanfic. Los amo, los adoro y les agradezco de todo corazón por todo. Espero que disfruten la historia y lo que queda de ella <3

Sin nada más que decir,

Cambio y fuera.

La letrista {Rayxtú}Where stories live. Discover now