Especial 2k de vistas

4.6K 365 271
                                    

— ¡Ah! — Tu grito me despertó, haciendo que me siente con velocidad para al instante mirarte. Nos habíamos detenido a descansar en un punto ciego entre unas rocas, ya que estuvimos casi toda la tarde corriendo.

— ¿_____? ¿Estás bien? ¿Pasó algo? — Tu rostro tenía un camino de lágrimas dibujado y tu respiración estaba entrecortada, haciendo que tu pecho subiera y bajara en busca de llenar tus pulmones con ese aire vital. Tus ojos se conectaron con los míos, mientras dabas un suspiro de alivio.

— Ray, yo... Perdón, solo fue una pesadilla. — Te volviste a acurrucar a mí lado, escondiendo tu rostro en la unión de mí cuello y mi hombro, haciendo ese gesto que sabías que me encantaba. Te uní más a mí cuerpo con un abrazo mientras besaba tu cabeza.

— ¿Quieres hablar de eso...? — Susurré.

Me encontré soñando... — Empezaste, mientras tu mano se aferraba a mi camisa, temblando levemente. — En oro y plata, como una escena de película que todo corazón roto conoce. Estábamos paseando bajo la luz de la luna, y me pusiste cerca tuyo... — Un nervioso carmesí se pintó en mis mejillas por tu última oración. Admitiré que es algo que sí haría, pero escucharlo salir de tus labios es... Distinto. Y noté que tú también estabas sonrojada, puesto que podía ver el carmesí tiñiendo en tus orejas aunque escondieras tu cara. — En un instante desapareciste y me encontraba completamente sola. Me desperté llorando contigo a mi lado, di un suspiro de alivio y me dí cuenta... — Abrazaste mí torso, acción que me sorprendió. — No tenemos un mañana asegurado. Así que voy a amarte como si fuera a perderte. — Mí rostro me ardía de la vergüenza y emoción, mientras rogaba internamente que no escucharas la desesperada carrera que mí corazón hacía dentro de mí pecho o el frenético aleteo de las mariposas en mi estómago. — Voy a abrazarte como si estuviera diciendo adiós. Donde sea que estemos, no daré por hecho que seguirás aquí. Porque nunca sabremos cuando se nos agotará el tiempo... — Levantaste tu cabeza para regalarme aquel brillo especial que únicamente aparecía en tus ojos cuando me mirabas, aquel brillo que me hipnotizaba, haciendo que todo al rededor desapareciera. — Así que voy a amarte como si fuera a perderte. Voy a amarte... Como si fuera a perderte...

— _____... — Murmuré. Abriste los ojos asombrada y rápidamente llevaste tus manos a tu boca, sin poder tapar el colorado que se había esparcido por cada rincón de tu rostro.

— Ah... Perdón, yo no quise... Ugh, eso sonó muy cursi... — Te alejaste de mí, avergonzada. Solté una risa antes de tomarte cariñosamente de la cintura y acercarte a mí de vuelta. Agarré tus muñecas haciendo que tus manos se alejaran de tu cara, para contemplar tu expresión de completo desconcierto y vergüenza. — ¿R-ray...? — Balbuceaste. Me acerqué a tus labios, sintiendo tu nerviosa respiración sobre los míos, desesperándome.

— Conmigo puedes ser todo lo cursi que quieras. — Dije, antes de besarte. Correspondiste al instante, subiendo tus manos desde mis brazos, pasando por mis hombros hasta mí nuca, profundizando inconscientemente el beso. Acomodé mis manos en tu cintura, apegando más tu cuerpo al mío, sentándote en mi regazo, sin despegar nuestros labios en ningún momento. Mis pulmones empezaban a reclamar oxígeno y maldije internamente la necesidad humana de respirar antes de separarme. Soltaste un jadeo de cansancio mientras ponías tus manos en mis hombros, en busca de una posición más cómoda. Besé tu mejilla antes de dejar caer mi frente en tu hombro, tratando de tranquilizar mi corazón. Desde mi posición podía oír el descontrolado latir de tu órgano palpitante, causándome ternura. Después de todo, no estabas acostumbrada a que fuera tan meloso contigo. Pero por esta vez, ya ambos encontrándonos solos y a merced de la muerte, podría hacer una excepción. — Ah... ¿Cuándo fue la última vez que nos besamos así? — Mi pregunta te generó un escalofrío de sorpresa, y golpeaste mi hombro levemente.

La letrista {Rayxtú}Where stories live. Discover now