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Habían pasado dos semanas desde que Eugene y Rapunzel terminaron, lo cual hizo que Cassandra prolongara su estancia en Vardaros. Cosa que no le alegraba del todo ya que tuvo que cancelar todos los eventos a los cuales planeó ir en Ingvarr en aquellas fechas, pero por su mejor amiga la pelinegra haría lo que sea.

En especial desde que Rapunzel entró en aquel estado depresivo que nadie nunca había visto en ella, le habían hecho un espacio en la habitación de Vex y la castaña no había salido de allí, solamente iba al baño en las madrugadas pero de resto Vex era la única que veía a Rapunzel a la hora de llevarle comida.

La princesa de Corona llegó a enviar más cartas a su hogar, avisando que estaba bien, y en algunas mintió sobre su ubicación, diciendo que estaba cada vez más y más lejos, pero ni Cass ni Amélie ni Vex estaban enteradas de eso.

Las tres pelinegras se encontraban en la sala ya que Vex tenía el día libre, y trataron de hacer una lluvia de ideas junto con Pascal para pensar en qué podrian hacer para animar a la princesa.

— Yo digo que... ¿Le cantemos una canción? —Vex dijo lo primero que se le vino a la mente.

— Rapunzel ama las canciones pero no sé si eso nos ayude... —Murmuró Cassandra, aún pensativa.

Pascal también seguía pensando hasta que se le ocurrió una idea, saltó desde el hombro de Cassandra hacia la habitación de la menor y volvió sujetando un pincel en su cola.

— ¡Ya sé! ¿Y si hacemos una pintura para ella? —Dijo Amélie apenas vio al pequeño camaleón.

— ¡Sí! Quizás... Puedo convencer a Rapunzel de que salga al patio trasero, y la voy a dejar que me pinte. Ella adoraba usarme de referencia para sus cuadros pero nunca me gustó posar por tanto rato, pero vale la pena intentarlo. —Cassandra se levantó, decidida a ir por Rapunzel pero Pascal la detuvo, negando con su cabecita. Volvió a mover el pincel, estaba tratando de decirles algo pero no lo habían captado bien, ya que Rapunzel era la principal traductora cuando se trataba del réptil.

— Creo que... Eso es mucho, qué tal si le consigues unas pinturas primero? No vi que trajera muchos suministros de arte. A menos que su bolsa tenga espacio infinito. —Vex miraba al camaleón con curiosidad, y Pascal asintió, dándole la razón a la chica.

Cassandra estaba perpleja, ¿Qué pinturas podría conseguir que Rapunzel no tuviese ya en el reino? No era necesario llegar a tales extremos de conseguirle algo de edición limitada pero ella quería sorprender a la antes rubia, darle ánimos y hacerle sentir que aún hay cosas nuevas por ver y descubrir. Que no se rindiera.

Primero Vex sugirió unas pinturas hechas con baba de caracol que vendían en una ciudad vecina, Cassandra desechó la idea, Rapunzel ya le había hablado de esas y sabía bien que aunque le gustaban no eran sus favoritas. También pensó en hacer ella misma los materiales para la princesa, si había algo que conmovía eran los detalles caseros, a mano, y llenos de valor emocional sin importar la carencia de algún valor monetario.

La mayor se excusó, saliendo de la casa y llevándose a Fidella consigo, quizás necesitaba investigar un poco antes de empezar su plan de rehabilitación de princesas.

[...]

Cinco horas. Cassandra llevaba en la biblioteca pública de Vardaros cinco horas. Ni siquiera sabía bien por dónde buscar, habían libros sobre la teoría e historia del arte pero ninguno en cómo hacer suministros para pintar, y claramente sus dotes artísticos no eran los mejores así que la primera opción no le servía de mucho.

Dio mil vueltas por la sección de arte, buscando cualquier cosa; incluso se subió a una escalera para llegar a los libros más altos, los que apenas y se les veía el título en la espalda de tanto polvo que les cubría.

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⏰ Last updated: Aug 15, 2022 ⏰

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¿Estoy satisfecha? | CassunzelWhere stories live. Discover now