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Rapunzel veía con nostalgia aquel camino por el cual con anterioridad había pasado para salir del castillo en ocasiones anteriores, recordaba la voz de Cassandra diciéndole que tuviera cuidado y que no se desviara cada cinco minutos, recordaba las citas con Eugene, recordaba cada detalle de sus días en las caravana.

Maximus decidió ir con ella para protegerla, ya que no quería confiarle a ningún otro caballo aquella tarea, y además quizás tenía ansias de ver nuevamente a Fidella.

Rapunzel estaba acostada sobre el lomo de Máximus, quien trotaba suavemente mientras la princesa apreciaba las estrellas, y Pascal yacía dormido en la bolsa de la princesa.

— Dudo que noten mi ausencia, sólo serán un par de días... Todo estará bien... —Pensó la castaña mientras veía de reojo a Búho sobrevolar sobre ellos, él era la única esperanza que tenía de volver a ver a Cass, ya que sin él ella claramente no avanzaría, Búho era su mejor amigo, así como Pascal era el de Rapunzel, solo que a su manera.

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— ¡¿QUE RAPUNZEL QUÉ?! —Exclamó Eugene hacia Stan y Pedro, quienes se suponía que hicieron la última guardia la noche anterior.

— D-Desapareció, capitán Fitzherbert. —Respondió Stan con temor, pues tenía miedo de cómo reaccionaría Eugene.

— ¿Cómo que "desapareció"? ¡Una princesa como Rapunzel no "desaparece" de la noche a la mañana, menos en su propio castillo! —El hombre se encontraba caminando en círculos y haciendo numerosos ademanes con las manos mientras hablaba, denotando sus nervios y preocupación.

— Toda la servidumbre buscó en cada rincón del castillo, y sólo encontraron esto... —Ahora fue Pedro quien habló, dándole a Eugene la nota que una de las mucamas encontró en la cama de la princesa.

“Necesitaba tiempo para mí misma, volveré pronto, estaré bien, no se preocupen.

Con cariño: Rapunzel. ♡”

Era obviamente la letra de Rapunzel, y los detalles decorados de la nota dejaban más que claro que era de ella, pero aún así algo no terminaba de encajar para el ahora capitán de la guardia real.

— Busquenla, en todo el reino si es necesario, no creo que se haya ido porque sí. —Ordenó Fitzherbert y los soldados salieron de inmediato ante sus órdenes.

— Punzie, espero de verdad estés bien y sólo sea mi paranoia... —Murmuró Eugene mientras caminaba hacia los establos para ir a por Máximus y así este le ayudase en la búsqueda, pero fue el doble su sorpresa y preocupación al ver que el caballo más leal (y el mejor rastreador) de la guardia también estaba desaparecido.

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Ya había amanecido, Rapunzel se despertó con bastantes ánimos, pues ya faltaba poco para llegar a Vardaros, y fue más rápido que la vez que fue en la caravana, ya que ahora Max cargaba mucho menos peso y así era más ágil y rápido.

— Eres un buen chico, Max. —Le alagó Rapunzel con una sonrisa de oreja a oreja, para luego darle una manzana al equino el cual la aceptó con gusto.

Su desayuno también fueron un par de manzanas, pues el nudo en su estómago por los nervios no le dejó mucho apetito.

Observó a Búho volando a la distancia, guiandoles el camino hacia Cassandra, el animal por su cuenta habría llegado en medio día, pero era claro que el plumifero también pensaba que la princesa debía reunirse con Cassandra.

Los minutos se hacían eternos para Rapunzel, era cómo si el camino se hiciera más largo por cada galope que daba el caballo, y eso comenzaba a impacientarla, pero decidió respirar profundo y mantener la calma, ya que era sólo cuestión de ir, darle su cuadro a Cassandra (y quizás un abrazo y un almuerzo juntas), y volver a Corona como si nada hubiese sucedido.

¿Estoy satisfecha? | CassunzelOnde histórias criam vida. Descubra agora