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Volteó hacia el pasillo dónde provenía la voz, y sus mejillas se tornaron de un color carmesí casi de inmediato, ¡Ella jamás había visto a Cass así!

Ese claramente no era su típico pijama. (el cual consistía normalmente el camisón rojo que usaba bajo su armadura junto con unas mallas cortas de color negro)

Era la primera vez que veía a Cassandra despertar casi en ropa interior.

Tenía un camisón blanco muy transparente el cual dejaba ver claramente la ropa interior de color negro que portaba la azabache, y también debía destacar que resaltaba su figura y su nivea piel.

— H-Hola Cass. —La saludó Rapunzel con una sonrisa nerviosa y sintiendo cómo sus piernas temblaban.

¿Qué le pasaba?, ambas eran mujeres, no debía ponerla nerviosa ver así a Cassandra.

— Ah, hola Raps... —Cassandra la saludó haciendo notar que estaba medio dormida, y camino a paso lento hacia la cocina.— ¡¿RAPS?! —Reaccionó un par de segundos después y se volteó para asegurarse que el sueño no le jugaba una mala pasada.

Ya entendía porqué Búho tardó en regresar y llegó sin ninguna nota de respuesta de la futura monarca de Corona.

Los nervios en Rapunzel aumentaron drásticamente al ver a Cassandra acercándose abruptamente hacia ella.

— Tiempo sin vernos... —La sonrisa nerviosa de Raps no se desvanecía, pero, para su sorpresa, recibió un cálido abrazo de su amiga.

Su piel se sentía tan suave, y sus pechos chocaban contra los suyos propios, Rapunzel sin saber la razón se sentía completamente abrumada, pero en una buena manera.

Cassandra fue quién rompió el abrazo y tomó las manos de la rubia, casi olvidando su vestuario actual.

— ¿Qué haces en Vardaros?, ¿Y los chicos?, ¿Hay problemas en Corona? —Preguntó Cassandra, sacando de su mente algunas de las miles de dudas que la invadían.

— Uhm... En realidad... —Rapunzel soltó las manos de Cassandra, y se sentó en el sofá cabizbaja, e inmediatamente sintió el peso de Cassandra junto a ella en el mueble.

— Estoy cansada, es cómo si nadie en ese reino pudiera tomar UNA sola decisión sin consultarme, ¡literalmente un tipo loco me preguntó qué dentífrico debía de usar para cepillarse los dientes!, eso no debería ser un asunto que lleves a consultar con la realeza, no sé, eso pensé yo. —Rapunzel se notaba irritada, cansada y muy abrumada, las ojeras bajo sus hermosos ojos esmeraldas la delataban, además de sus forma de hablar y su expresión facial.

— ¿Y entonces te tomaste unas vacaciones? —Cassandra trató de adivinar el resto de la historia.

— Solo es un descanso de un par de días —Rapunzel recordó porqué vino a Vardaros en primer lugar.— Vine a verte y a traerte esto, Cass, creo que lo olvidaste por accidente. —.

Rapunzel sacó el cuadro de su bolsa y lo entregó a su dueña, cuya mirada se tornó melancólica y algo triste.

— ¿Cass, estás bie-? —.

— Lo dejé a propósito, esperaba que la vieja Crowley lo tirara. —Murmuró Cassandra con arrepentimiento, Rapunzel no entendía el porqué de sus palabras, pero aún así se dedicó a escucharla antes de saltar a conclusiones.

— Cuando... Tomé el castillo de Corona, vi ese cuadro, y no fui capaz de destruirlo, sólo rompí mis otras cosas, creo que fue porque en el fondo sabía que no quería destruirte, sino que quería estar por encima de ti, ser la número uno en algo por una vez en la vida... —Unas pequeñas lágrimas amenzaron en salir de sus ojos, pero ella inmediatamente las limpio.— Pero lo bueno es que esa Cassandra manipulada se fue, pero siento que esto es un recuerdo de esos días... —Murmuró mientras le devolvía su cuadro a Rapunzel.

— Ese día... Yo también vi este cuadro, y aún así, cuando lo vi otra vez ayer, sólo pude recordar el día en que te lo di, y lo hermosa que te veías sonriendo cuando rompiste a Eugene del cuadro. —Las palabras salieron por sí solas, Rapunzel no lo había pensado mucho, sólo dijo lo que sentía.

— Tú también te veías bonita cuando te emocionó el haber terminado este cuadro. —Ahora fue Cassandra quién habló sin pensar.

— Cass... Te he extrañado muchísimo estos meses... —Rapunzel la miró de reojo y sus miradas se encontraron.

Ambas sintieron un escalofrío, por lo que separaron sus miradas y se quedaron en un silencio algo incómodo.

— Yo... —Cassandra vio de reojo la mano de Rapunzel la cual estaba en el mueble.— Yo también te extrañé Raps, esta no es mi casa, pero hablaré con Vex para que te quedes aquí el tiempo que necesites. —La azabache finalmente se atrevió y tomó la mano de la morena, quién le dedicó la más dulce de las sonrisas.

— Sólo necesito un par de días de descanso y estaré revitalizada, lo sé. —Rapunzel sonrió no muy convencida, pero era mejor esto a estar en el castillo escuchando los gritos y demandas de todos.

— Yo sé que sí, Raps. —Cassandra se acercó y besó con delicadeza la frente de la castaña, ambas se sonrojaron ante tal acto, pero ninguna dijo nada.

— Bien, vamos a desayunar, yo cocinaré algo para ambas. —Cassandra se levantó y Rapunzel recordó un detalle.

— C-Cass... —Rapunzel desvió la mirada, y aclaró su garganta.

— ¿Hm? —Cassandra en menos de un segundo notó a qué se refería Rapunzel, ¡Había estado en ropa interior todo este tiempo!

Con su cara enrojecida Cass fue rápidamente a la habitación que Vex le rentaba y se colocó algo mucho más... práctico.

Una vez Cass estuvo vestida ambas chicas se dispusieron a desayunar tranquilamente, y comenzaron a  ponerse al día con la vida de la otra, todo parecía perfecto para Rapunzel, ¿Verdad?

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— ¡¿Cómo que no la encontraron?! —La preocupación de Eugene estaba mezclada con frustración, no había sabido nada de su rayo de sol en demasiado tiempo.

— P-Pues no la encontramos, capitán, y en su nota aclaró que estaría bien y volvería pronto... —Habló uno de los guardias con algo de miedo.

—  ¿Sabes qué? Iré a buscarla yo mismo, sólo quiero asegurarme de que esté a salvo, y si lo está la dejaré en paz. —Eugene se levantó de su escritorio y fue directo a la habitación de Rapunzel, decidido a encontrar alguna pista que lo llevara a su prometida, su única pista era una nota que dejó en su habitación, y probablemente allí habría algo más.

— Vamos... tiene que haber algo por aquí... —Fitzherbert comenzó a buscar entre las cosas de Rapunzel, en los lugares que sabía que ella usaba para guardar sus "secretos", hasta que llegó a un cajón dónde el sabía que estaba guardado el viejo diario de Rapunzel.

Dudó sobre si debía abrirlo o no, pero en serio quería saber si su princesa estaba bien.

Al abrirlo pudo notar que encima del diario había un pergamino, y lo que leyó en el fue lo que le dijo precisamente dónde estaba su futura esposa.

— De vuelta a Vardaros... —Murmuró Eugene decidido mientras se guardaba el pergamino en su bolsillo.

[Continuará]

¿Estoy satisfecha? | CassunzelWhere stories live. Discover now