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Good old fashioned lover boy

Brian se encontraba caminando en la fila del comedor para que le dieran su almuerzo, a lo lejos vio al rubio con un walkman escuchando música mientras leía y comía de manera muy lenta su comida. No evitó sonreír ampliamente, cuando le dieron su comida camino hacia la mesa de Roger.

Al llegar Roger alzó la mirada, sonrió y se quitó los audífonos para después hablar.

-Hola, Brian.

-Hola, rubín. ¿Me puedo sentar?.

-Claro.

Brian sonrió levemente se sentó dejando su comida en la mesa, se quitó la mochila y la puso a su lado, Roger apagó su walkman y lo guardo al igual que su libro para poner toda su atención a May.

Brian sonrió viéndolo, hablo.

-¿Como dormiste anoche?.

-Excelente, ¿Y tu?.

-Bien... Bueno no tanto.

Brian miro a otro lado, claramente su humor había cambiado, Roger lo notó rápidamente y hablo.

-¿Que paso?. -Pregunto preocupado.

—Bueno, anoche cuando entré a mi habitación estaba Anita, yo quería estar sólo... Y pues se enojo conmigo, peleó, me pegó una cachetada enojada y se fue... Me sentí mal por cómo me trató y ya...

Claro que eso había pasado, solo que cambió un poco la historia.

—Hola, Bri... —Dijo Anita cuando Brian entró a la habitación.

Brian pudo admirar como el cuerpo de está tenía una hermosa lencería, Brian suspiro sin más que decir lo que siempre le decía en esas ocasiones.

—Anita, sabes que no te voy a morder aún. Ya te he dicho que quiero que sea de una manera distinta.

Anita bufo molesta, se levanto de golpe de la cama y hablo.

—¿Que está pasando, he?. —Pregunto furiosa. —¿Por que no?.

—Por que quiero que sea en un momento distinto, quiero terminar mi carrera para cuando lo haga ya tenga un trabajo estable, por que es seguro que cuando tú celo venga y nosotros tengamos que coger quedarás embarazada ¿Como nos voy a mantener si no termino mi carrera?.

—¡Es una excusa!, ¡Como siempre!, ¡Me estoy hartando, Brian!, ¡Eres un imbécil!.

Si algo que Brian detestaba con todo su corazón en este mundo era que lo insultaran eso lo ponía de un muy mal humor.

Rápidamente se enojo.

—¿¡Como acabas de llamarme!?, ¡Dímelo de nuevo si tienes los malditos ovarios!, ¡Si tanto te molesta terminame!, ¡Yo quiero terminar mi carrera!, ¡Y si no te agrada, te invito cordialmente a que me termines y te largues de mi maldita habitación!. ¡Ahora!.

—¡Te prohíbo que me grites!.

—¡Yo no voy a dejar que me grites tampoco, Anita!. ¡Solo soy tu novio!, ¡No tu padre para aguantarte tus berrinches!. ¡No quiero morderte aún!, ¡Por que se me pega la regalada gana!.

(NA: se puso another world bastaaaa).

—¡Me estoy hartando de tu comportamiento!.

—¡Pues hartate todo lo que quieras!, ¡Yo no tengo que quedar bien contigo ni con nadie!.

—¡Es una lástima que tu madre no tenga las tetas para ponerte en tu lugar!.

Brian enfureció aún más y se dedicó a insultarla también.

—¡Pues la tuya tuvo que haberse arrepentido cuando te vio en sus brazos apenas naciste!, ¡Por que créeme que no sirves para nada más que ser bonita!. ¡Te prohíbo expresarte de mi madre y si vuelves a expresarte así de ella me vas a conocer!.

Anita lo miro ofendida, se acercó a Brian y le soltó una cachetada.

—¡Eres una basura!.

Brian la miro sarcástico y hablo.

—Venimos del mismo basurero, mi amor. —Dijo sarcástico.

Anita le escupió la cara, tomó el vestido con el que venía y se lo puso, para después tomar sus zapatos con rapidez e irse.

Al irse, Brian limpio la saliva de su cara y suspiro para relajarse.

—Oh Brian... Lo siento mucho.

Roger al ver la mano del rizado en la mesa la tomo, Brian miro la mano del rubio, sonrió ampliamente y acarició la mano con su dedo pulgar.

—Ya paso, no deberías de preocuparte... Mejor comemos y me cuentas... ¿Como sería tu cita ideal?.

Roger sonrió levemente, soltaron sus manos y empezaron a comer.

—Bueno... Siempre he deseado que sea lo más parecido a un libro, ¿Sabes?.—Brian asintió escuchándolo para que siguiera.—Me gustaría que fuera un picnic en una montaña, en el fondo hubiera un hermoso lago, que hubiera fresas, chocolates, copas con vino blanco... Y que me regalarán flores, me encantan las flores, todas son muy hermosas, pero sin duda mis favoritas son las rosas... Son preciosas. Me gustaría que fuera una cita en la que se pueda admirar el atardecer y a la vez ver cómo la ciudad se va oscureciendo y las luces de los edificios se notan... Y me gustaría que en medio del atardecer me besaran... Como un beso de película romántica, quiero sentir que me derrito en sus labios y que solamente paremos cuando el aire se acabe por completo... Que después del beso, nos acostaramos en el piso, abrazados, admirando las estrellas sin contaminación lumínica que interrumpa... Y que después de eso, durmamos juntos para yo poder dormir en sus brazos hasta que el amanecer llegué.

Brian lo admiró para después hablar.

—Es un hermoso ideal... Sería la cita perfecta.

—¿Crees que sería ridículo?, Me han dicho que lo es, pero es que soy un buen amante a la antigua...

—¿Ridículo?, No, Rog. No lo es, en realidad, si me dejas, podría hacer esa cita real para ti.

Roger sonrió ampliamente y lo miro.

—¿De verdad?. —Pregunto emocionado junto con un hermoso brillo en sus ojos azulados.

—Claro que si.

Roger se emocionó mucho, se levanto de la mesa, se sentó al lado del rizado y lo abrazó repitiendo mil y un veces "Gracias".

Brian le siguió el abrazo mientras sonreía, el aroma se hizo más fuerte, solo suspiro y enterró su cabeza en el cuello del rubio.

—Hueles delicioso... —Susurró el mayor.

Roger solo se quedó allí, agradeciendo, Brian apretó suavemente su agarre el cual había bajado a la cintura del rubio.

Al separarse del abrazo, se miraron unos cortos segundos, Roger le sonrió felizmente y se fue a sentar a su lado.

Ahora el aroma del rubio había quedado incrustado en sus prendas.

Estaba emocionado.

—Tendremos la cita el fin de semana, ¿Bien?.

Roger asintió emocionado.

𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐚𝐫𝐨𝐦𝐚 𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐥. [𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora