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Brian vio a el rubio dejar a el bebé dormido en la cama pequeña que May había comprado, la cual estaba a el otro lado de la habitación.

Brian se acercó, por detrás lo abrazó con cariño y hablo.

—¿Nos vamos a bañar?.

—Prefiero bañarme solo...

—¿Por que?.

—Es que... La cicatriz no se ve bien, quiero que tengas una imagen de mi cuerpo desnudo diferente, a una cicatriz inmensa en mi abdomen... No es linda.

—¿Y eso a mí me debe de afectar? Es algo nuevo de tu cuerpo, amor. Lo amare cómo amo todo de tí. No tardaremos tanto, no voy a hacerte el amor si no deseas, no voy a hacer nada que tú no quieras.

Roger lo miro enternecido y asintió.

...

Roger se volteó hacia Brian, quien lo admiro mientras el agua caía en el, miró hacia su abdomen viendo la cicatriz, dio dos pasos y hablo.

—Pues esa cicatriz es muy linda... Tiene un recuerdo hermoso, el nacimiento de Rufus... De nuestro Rufus. Ese hermoso niño que está en nuestra habitación, esa cicatriz te hace ver valiente, ¿Sabes?.

Brian se acercó un poco más y acarició la cicatriz.

—La cicatriz demuestra que mi Roger tuvo la valentía para hacerse una cesárea con el riesgo de que tuviera una cicatriz inmensa en su abdomen. Pero esa cicatriz es sólo eso, una cicatriz, y eso no te afecta en nada, no te hace menos guapo o menos en si.

Roger sonrió, se acercó a Brian y hablo.

—¿Ya te dije que te amo?.

—Si, lo haz hecho.

—Bueno, lo vuelvo a decir, te amo Brimi.

—Yo también, amor.

...

Roger sostuvo a el bebé entre sus brazos mientras esté lloraba a gritos en medio de su clase en la cual no asistía Brian.

—Shh... Vamos, Rufus... Tranquilo, pequeño.

Roger miro a el profesor y hablo.

—¿Puedo ir un segundo a el salón 56A?.  Allí está el padre del bebé y es seguro que quiere estar con su papá.

El profesor asintió, Roger tomo las cosas del bebé y camino con el pequeño en brazos.

Al llegar, toco la puerta y está fue abierta.

Brian dejo de escribir para mirar la puerta sonrió con amplitud, Roger hablo.

—¿Podría prestarme a Brian May un segundo?.

—Claro, May.

Brian se levantó de su asiento y camino hacia el rubio, hablo.

—Hola, mi amor. —Dijo May para después dejar un beso en su frente, miro a el pequeño y lo cargo entre sus brazos ganándose algunos suspiros de sus compañeras. —Y hola a ti mi pequeño príncipe, ¿Que hacen ustedes dos aquí?.

—Tu pequeño quería estar contigo, ya dejó de llorar.

Brian sonrió ampliamente y asintió.

—Yo también quiero estar con el, ya me hacia falta. —El pequeño Rufus recargó su cabeza en el pecho de May, Brian acarició el poco cabello color café y poco ruloso que tenía. —¿Nos vemos en la habitación?, Falta poco para que ambos salgamos de clases.

—Si, nos vemos allí.

Roger le dio las cosas, las cuales Brian tomó.

—Te amo, Brian. —Dijo el rubio con una sonrisa.

Brian se acercó y dejo un beso en su boca, al separarse hablo.

—Yo también.

Roger sonrió, se inclinó levemente y beso la cabeza de su hijo.

—Y también te amo a ti, mi amor. Te amo mucho pequeño.

Roger los abrazo a ambos y se fue casi corriendo.

...

Roger estaba acostado en la cama con su pequeño bebé encima, jugaba con sus manitas y le hacía cosquillas de vez en cuando, muriendo de ternura al escuchar balbuceos como si el pequeño tratará de hablar.

Roger tomo las mejillas de su pequeño, el cual se encontraba cansado.

—Voy a darte de comer para que duermas un rato.

Roger le dio de comer, le saco los eructos y se acostó, dejando a el pequeño bebé encima de él durmiendo, Roger hizo lo mismo segundos después.

Brian entro a la habitación después de una hora pues había ido a comprar pañales, viendo la hermosa escena, sonrió ampliamente.

Se sentó en la cama y los admiro con una sonrisa.

Se fijo en el cabello de su hijo, notando que este poco a poco se iba haciendo rubio con el paso de las semanas, antes era un café oscuro como el de May, pero ahora un café muy claro.

Brian dejo los pañales de lado, tomó una manta y cubrió el cuerpo de ambos, se quitó los zapatos y se acostó al lado de ellos abrazandolos, beso la cabeza del rubio y la de su pequeño Rufus.

Roger despertó, miro a Brian y sonrió, May hablo.

—Hola precioso...

Roger quiso abrazarlo, pero recordó a su pequeño en su pecho, Brian comprendió, por lo que tomo al bebé entre sus brazos y lo puso en su pecho, Roger lo abrazo acurrucandose a su lado.

La pequeña familia se dispuso a dormir y estar despiertos toda la madrugada del sábado.

𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐚𝐫𝐨𝐦𝐚 𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐥. [𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora