17. La famosa Hannah

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OLIVIA.

Me encontraba haciendo tarea en la sala, la noche anterior fue bastante complicada. Solo estábamos en casa Dylan y yo, Nick y Christian se fueron a entrenar y luego se pasarían a casa de la abuela de Christian y Jack se fue a clases.

—Que golpees el lápiz sobre la hoja no hará que se llene.

Se sentó a mi lado comiendo papas fritas.

—Es para mañana y no se me ocurre nada.

—¿Que tienes que hacer?—tomo la hoja y frunció el ceño.

—Estas acabada porque tampoco le entiendo.

Me reí.

—Que alivio.

Me tiro una papa frita que logre meter en mi boca. Aplaudi feliz por mi logro.

—Haré esto luego, ¿tomaste tus analgésicos?

—Si enfermera.

Tome el control de la televisión y busque algo para ver.

—Como, ¿ Jack no pagó la cuenta de Netflix?

—Oh si eso, me olvide de decirte que no hay nada.

—¿Que?

—¿Hace cuanto que no usas el televisor?

No tenía tiempo ni de respirar cuando se trata de la universidad no es por exagerar pero me dieron tareas que no entiendo.

—Una semana, creo.

—Es lo que llevábamos sin cuenta.

—Genial.

—Tengo la cuenta de Sarah en mi laptop.

—Sarah es nuestra salvadora.

Me puse de pie.

—Vamos a mi cuarto.

—Al menos invítame a cenar primero.

—No eso Dylan.

—Te entendería nadie se resiste a mis encantos—Tiro su cabello imaginario para atrás.

Dylan estaba un poco más distraído de lo normal escuche que tuvo una llamada temprano con la chica de la fiesta del lago, le pidió disculpas y le dijo que no fue su intención lastimarlo, Dylan le dijo que las aceptaba pero que ya dejara de llamarlo.
Entramos a mi habitación, cerré la puerta y busque mi laptop me acerque a la cama con ella en manos. Dylan se sentó en la orilla de la cama y miro toda mi habitación hasta que le llamo la atención la camiseta que estaba sobre la mesita de noche.

—Esa es la camiseta de Joshua.

—¿Por qué crees que es de él?

—Cuando me llevaron al auto él estaba sin camiseta.

—Cierto, si es suya.

—Te quedan mejor las mías.

Sonreí.

—Oh ¿estás celoso pequeño Dylan?

Se río.

—¿Que miramos? Me acerque al espaldar de la cama y metí mis piernas en la sábana.

—¿Una película?

—No tenemos los mismo gustos.

—Tal vez si—miro la laptop—No tengo problema en mirar algo que te gusta.

Coloque la laptop al medio para que el tambien viera.

—Acomódate mejor.

—No puedo—señaló sus costillas.

Queridos ex'sWhere stories live. Discover now