Queridos ex's

27. El partido

OLIVIA

Me coloque de puntillas para intentar alcanzar la caja de galletas, estire los dedos y nada mire a mi izquierda y Dylan me sonreí con burla.

—¿Necesitas ayuda?

Es bastante obvio.

—Si por favor.

Gracias a los que colocan mis galletas favoritas tan alto, se los agradezco. Dylan solo alzó su brazo y ya tenia la caja de galletas.

—Gracias—las tome y las coloque en el carrito.

—No hay de que pequeña.

Me gire y lo apunte con mi dedo.

—No me digas pequeña Dylan.

Me ignoro y puso unas galletas de avena en el carrito.

—¿Para que?—las tome y se las pase.

—Para comer, para que más.

Rodé los ojos.

—Nick es alérgico.

Dylan abrió los ojos y miro la caja.

—Dios, casi mato a Nicholas—dejo la caja en su lugar.

Continuamos por el pasillo de bebidas. Dylan estaba muy callado era raro en el porque siempre hablaba hasta por los codos.

—¿Estas bien?

Me miro.

—Si ¿Por?

—Estas muy callado—tome leche deslatosada que es la favorita de Christian.

—No creí que estaba tan callado.

Volvi a mirarlo.

—¿Estas seguro que estas bien?

Sonrió y asintió.

—Estoy mejor que nunca.

No estuve muy convencida que digamos con los que dijo pero preferi no molestarlo.

—Creó que ya terminamos.

Caminos con el carrito a pagar.

—Sabes cuando dijiste que harías compras me imagine comprar ropa no comida.

—Era la ida pero cuando vi que ya nos estábamos quedando sin nada dije porque no mejor comprar algo que si sea importante.

—Muy bien pequeña.

—¡Dylan!

(...)

Estaba alistandome para el partido de los chicos y ya iba tarde.

—Mierda—mire mi mano me acabo de quemar con la plancha.—Maldición.

Deje la plancha de cabello y me mire en el espejo nada mal, tome mi celular y las llaves del auto de Jack me subí en el ascensor.

—Cuando será el día que llegue temprano a algún lugar.

Mi celular comenzó a sonar creí que era uno de los chicos apurandome ya que ellos se habían ido horas antes. Para mi sorpresa era Joshua deje que sonará y baje del ascensor al estacionamiento, busque el auto de Jack.

—¡Oliv!

Una voz de hombre me hablaba detrás mierda sabía de quien era esa voz.

—¡Olivia!

Nimodo. Gire y di la sonrisa más falsa de toda mi vida.

—Hola Joshua.

—Te estuve llamando todo el día, ¿todo esta  bien?