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Un día nuevo comenzaba. La chica se despertó temprano para entrenar. Sin embargo, su concentración era casi nula. No podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con sus amigos el día anterior. Chasqueó la lengua molesta y aparcó su lanza cerca de un árbol.

Al ver a Kohaku con comida en la mano supo ubicar que ya era la hora del desayuno. Caminó hasta donde los aldeanos estaban reunidos.

—______, ¿has visto a Kohaku?— Ruri se acercó a ella con una sonrisa.

—Sí, ¿quieres que le diga que venga?—la rubia asintió. 

Aceleró el paso para poder alcanzar a la chica. Kohaku se giró antes incluso de que ella la llegara debido al ruido que había hecho.

—Ruri te busca. Yo les llevaré la comida. —tomó la bandeja entre sus manos y tiró levemente. Ella dudó antes de soltarla. 

—Vale. Gracias 

Fue camino hacia las celdas donde estaban retenidos Hyoga y Homura. No les había visto desde que fueron encerrados, un nudo se creó en su estómago. 

Al entrar sintió los penetrantes ojos de Hyoga sobre ella; mantuvo su compostura.

—A quién tenemos aquí. 

—Aquí tenéis la comida. —lo ignoró.

—¿Puedes vivir sin Tsukasa a tu lado? —preguntó manteniendo su característico tono. ______ decidió no responder y dejar la comida a Homura, quien ni le dirigió la mirada —. Un hombre  murió por tu culpa. 

Levantó su cabeza y lo miró fijamente.

—¿Qué dices? 

—Tsukasa me dijo de darle una fuerte advertencia. Sin embargo, ese chico era muy débil, patético. Le dije a Tsukasa que se fuera por su cuenta.  —sabía a quién se refería, el chico que se metía con ella.

—Eres horrible. —iba a abandonar el lugar cuando el peliblanco continuó.

—¿Soy tan diferente de tu preciado Tsukasa? —apretó los puños de la impotencia al no saber qué responder.

Regresó con resto para desayunar.

—¿Dónde has estado? —preguntó Senku al verla llegar tarde al desayuno.

—He llevado el desayuno a Hyoga y a Homura.—tomó asiento a su lado, algo que raramente hacía, pues se solía sentar con sus amigos. Nikki sonrió a la distancia al verlos.

—Hacia mucho que no los veías, ¿no?

—Sí, Hyoga ha soltado uno de sus comentarios, pero eso es todo. —su mirada se tornó triste. Miró de reojo al científico, debía aprovechar —. También hacía mucho tiempo que no conversábamos.

—¿Verdad?—tomó un pequeño sorbo de su vaso —. Ha habido bastante trabajo estos días.

—¿Qué tal estás?—preguntó la chica. 

Conversaron hasta que ya todo el mundo había terminado el desayuno. 

—¿Nos vemos al hora de la comida?—Senku la observó con un ligero brillo en los ojos.

—Sí...—respondió acomodándose un mechón detrás de su oreja.

De camino a su puesto de trabajo en la construcción del barco Nikki la detuvo. Su respiración era agitada pues había corrido para alcanzarla.

—______, debes luchar por tu amor. —levantó su puño entusiasmada. Después de lo que que había visto no había perdido las esperanzas. 

La artista se tomó unos segundos antes de contestar.

— No es que quiera, es que no puedo. —la artista la miró con los ojos rojizos. La rubia se sorprendió y algo su pecho se encogió, arrepintiéndose de sus palabras —. En realidad, todos los días sueño con declararme. Ahí tengo el valor, luego despierto y no más pensarlo me aterroriza. Senku es un chico brillante, a veces me saca de mis casillas, pero eso no quita lo inteligente que es, además de atractivo. Pienso que a su lado no soy nada, hay chicas mejores...

—¿Qué no eres nada? Eres mi mejor amiga, _____. Eres inteligente, fuerte, te esfuerzas lo máximo para lograr tus metas, y las consigues. Cuando te conocí no sabías pelear, ahora eres de las mejores, ¿y tu mejora en el dibujo? Es impresionante lo rápido que lo has hecho, pero no ha sido por magia, no, ha sido porque durante horas y días has practicado. No me digas que no eres nada al lado de Senku, tú también eres brillante.

—Nikki...

—Como dijo Ukyo, hazlo cuando estés segura. Peor es no hacerlo, y arrepentirte de por vida.

—¿Qué está pasando aquí? —el bicolor caminó a paso tranquilo hacia ellas.

—Ya está el chismoso de Gen, parece que huele el chisme—_______ rio por el comentario—. Estábamos conspirando contra ti, Gen. 

—¿Estás llorando?—acercó su rostro al de la artista.

—Es que Nikki me ha contado algo muy gracioso.—lo empujó.

—Ah...¿el qué? Yo también me quiero reír.—sonrió ampliamente esperando que se lo contaran.

—Nada, no lo entenderías.— respondió Nikki en su lugar.

—Si no me lo dices obviamente que no lo voy a entender, Nikki-Chan. Nunca me contáis los chistes, me siento discriminado. —el bicolor lloro falsamente.

La rubia empujó a Gen para alejarlo y dejar a la chica sola con sus pensamientos. 

CIENCIA VS ARTE [SENKU x LECTORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora