HEALER | Eddie Munson

CAPITULO XVI

El dúo huyo una vez más. Eddie junto a Beverly remaron hasta llegar a tierra. Sus cuerpos fríos y sus vestimentas empapadas dejando rastro de los chorros de agua que salían de ellos, sus aparatos electrónicos dejaron de funcionar y estaban incomunicados del resto del grupo. Escondieron el bote con varias ramas que encontraron y al terminar, caminaron para encontrar un lugar donde esconderse.

Pero, Eddie paro en seco después de varios minutos. Inspeccionando el lugar en donde se encontraban. Se quitó el chaleco y lo sacudió varias veces para quitar el agua de este. Lo acomodo en el suelo y se giró a su compañera.

—El sol pega aquí muy fuerte. —Indico muy seguro

El rostro de su compañera estaba en total seriedad, maldiciendo una y mil veces a Jason en su mente. Pero eso no evito que le contestara a su contrario, asintiendo con la cabeza.

Desprendió de su chaqueta e igual que él, la sacudió. Lo hizo dándole la espalda a su contrario, para que no le cayera lo que saliera de agua. Pero, él joven al verla de espaldas, se percató que su cabello aun goteaba.

Cuando ella hizo lo que pudo con su chaqueta, volteo sin mirar por donde iba y en eso, su contrario la tomo desprevenida interfiriendo en su paso. Eddie no perdió tiempo y pasó sus manos a mitad de su cabello rubio, exprimiendo de él. La chica no se lo esperaba pero no se negó, es más, no pudo evitar ver en como sacaba un poco de su lengua y la mordía expresando una total concentración en lo que hacía.

—Listo. —Munson sonrió, orgulloso. Dejando caer lo mojado que retenía en sus manos.

Luego, con su mano le indico que tomara asiento sobre el chaleco. La idea que paso por su cabeza era que dormirían juntos, a lo que accedió. Eddie retiro de su chaqueta para  sobreponerla en los hombros de la chica pero, no tomo asiento. Cruzo sus brazos y quedo de pie.

Beverly alzo su barbilla, mirándolo.

— ¿Por qué no te sientas? —Le pregunto, acomodando la chaqueta.

—Alguien debe vigilar. —Respondió como si su acto fuera obvio.

Beverly frunció el ceño.

—¿Hasta cuándo vas a estar de pie?

—Toda la noche. —Le respondió su contrario.

— ¡¿Toda la noche? —Repitió la joven

—Tú duerme y no me prestes atención.

— ¿Y cómo voy a dormir si estarás observándome toda la noche desde ahí? —Lo señalo con el dedo.

—Tienes razón. —Menciono. —Debería cambiar de lugar.

Beverly siguió con la mirada a Eddie se escondía en unos arbustos, asomando su cara como animal que estuviera a punto de casar a su presa. Entrecerró sus ojos y con la poca luz que salía del cielo, se veía algo tétrico.

Claramente no fue una de sus mejores ideas.

—Eso da miedo. —Beverly arqueo una ceja

—Nada te parece—Respondió saliendo del arbusto. —Entonces, ¿Cómo te voy a proteger? —Volvió a su anterior sitio.

— ¿Qué no tienes frio?

—Puedo con ello.

Beverly rodo los ojos y dejo salir un gruñido. Se incorporó, dejando caer la chaqueta y arrastro la muñeca a Eddie; obligándolo a sentarse.

—Pero yo si tengo frio y quiero que me abraces. —Le dijo al retomar su asiento.

—Espe...—Trato de alegar.