Capítulo 30: Hablemos de esto

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El sol estaba por esconderse, faltaban unas pocas horas para el toque de queda. Los chicos del equipo de fútbol habían terminado su entrenamiento, muchos se habían ido y algunos otros aún estaban guardando sus cosas para dirigirse a las duchas y bañarse. En las gradas, apenas quedaban unos pocos chicos y por supuesto el capitán del equipo junto al entrenador.

— Buen juego, Koko, has mejorado bastante.— Dijo el entrenador palmeando su espalda.— Si sigues así, seguro le ganaremos a nuestros visitantes.— Con una sonrisa, Koko puso su bolso en su hombro.

— Así será, entrenador, les demostraremos quienes son los mejores.— La voz segura y firme de Kokonoi hizo sonreír al adulto.

— Bien, ahora ve a ducharte, mañana empieza el campeonato.— Dijo despeinando los negros cabellos.

— Está bien, entonces lo veo luego.— Se despidió.— ¡adiós chicos!— Saludó también a los dos chicos arriba de las gradas.

Desde arriba, dos chicos lo saludaron de lejos moviendo sus manos de un lado a otro. El entrenador los miró, les dijo que no estuvieran allí por mucho tiempo, ya que el toque de queda sería en un rato, los chicos le dijeron que no se preocupe y el entrenador finalmente se pudo ir, dejando a esos dos chicos sólos, en un extraño y pesado silencio.

— Bien ¿podemos hablar de eso ahora, Kazutora?— Preguntó el pelinegro, casi haciendo que el chico se ahogue al tomar el agua de su botella.

— ¿de qué quieres hablar exactamente, Baji?— Preguntó secando sus labios con su muñeca.

— ¡De todo lo que ha ocurrido!— Inquirió abriendo sus brazos.— Desde lo que pasó la noche de la fiesta, hasta lo que pasó hace un rato en las duchas.— Dijo esta vez cruzándose de brazos.

— Mierda, pues es sólo...— Kazutora divagó un poco, sin saber como responder lo que Baji le exigía responder.

— Actuaste raro desde esa noche, incluso no supe quien eras cuando despertamos.— Kazutora apretó sus labios, recordando aquel momento.

Cuando sus ojos se abrieron lentos y perezosos, una punzada en su cabeza le hizo cerrarlos nuevamente

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Cuando sus ojos se abrieron lentos y perezosos, una punzada en su cabeza le hizo cerrarlos nuevamente. Su cuerpo se sentía pesado y cansado, no quería mover un sólo músculo, pero cuando trató de recordar lo que había hecho la noche anterior, de un rápido movimiento se sentó en la cama, pues cayó en cuenta de que no recordaba mucho más allá de tomar demasiadas cervezas.

Pasando su mano por sus rubios y negros cabellos, volteó hacia un lado, viendo a dos chicos a su lado: Baji, su mejor amigo, y al medio a esa molesta cucaracha que amaba humillar. Maldiciendo en mil idiomas, pequeños fragmentos de lo que pasó pasaron por su mente, poniéndolo nervioso y ansioso.

Mierda, anoche casi acababa abusando de un chico borracho, aunque en su defensa él también lo estaba, y no sólo eso también se había expuesto totalmente frente a su mejor amigo, le había mostrado esa parte de él que no creyó capaz de mostrar nunca.

Porquería Adolescente // KokonuiМесто, где живут истории. Откройте их для себя