capítulo 5

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Me quedaré con Bas le susurró Martha al oído. Ese hombre no le gusta.
Gracias dijo Rosie. Entró en el salón y cerró la puerta . Es una sorpresa verte, Jason. ¿ Como has descubierto dónde vivo?
Prefiero no decírtelo hizo una mueca. Pero tenía que verte después de lo que pasó hace un par de semanas. Sólo quería hablar contigo.
Siéntate, Jason. Esa noche me asustaste admitió Rosie, sentándose en un sillón frente a él .
Lo siento Jason se sentó y el sofá crujió con el peso de su envergadura. No pretendía hacerlo, pero me saco de quicio ese tipo interfiriera en algo que no era asunto suyo. He pensado que tú y yo podríamos salir alguna noche... Ir al cine o a cenar, lo que prefieras.
No es buena idea Rosie se sonrojó, incómoda con la invitación.
¿ Por qué no? ¿ Qué tengo yo de malo? Inquirió él, con tono beligerante.
No he dicho que tengas nada de malo se apresuró a asegurarle Rosie. Decidió que, en esa caso concreto, lo mejor era ser sincera.
No sería bueno para ninguno de los dos. Estoy embarazada.
¿ Me tomas el pelo? Jason la miró atónito.
No, te digo la verdad.
¿ Embarazada? Repitió él, mirándola como si hubiera dicho que era leprosa.
En el vestíbulo se oyó una puerta abrirse y cerrarse, voces masculinas y a Bas ladrando como un poseso.
Ni siquiera sabía que salieras con alguien Jason se puso en pie. Bueno, esto ha sido una perdida de tiempo para mí, no quiero salir con una mujer que espera el hijo de otro tipo.
Antes de que Rosie pudiera asegurarle que estaba a salvo de que ocurriera eso, la puerta de la sala se abrió de repente y se produjo un caos total. Bas salto sobre Jason, a quien odiaba.
Harry, acompañado de Titos, el jefe de su equipo de seguridad, entró justo cuando Jason le daba una patada al perro. Rosie gritó horrorizada cuando Bas salió volando por los aires y golpeó la pared antes de caer inmóvil sobre el suelo.
Oh, Dios, Jason... has matado a Bas sollozó corriendo hacia el perro.
No te estreses le aconsejó Harry, apartando a Rosie del perro y alzándolo un poco con una mano. Hizo una mueca al comprobar que tenía una pata rota. Su corazón sigue latiendo. Está inconsciente. Lo llevaremos al veterinario...
Eres un monstruo, Jason exclamó Rosie con furia. Primero me haces daño a mí y ahora atacas a Bas.
El perro me atacó primero protestó Jason. Y no pretendía hacerte daño a ti
Todo iba bien hasta que tú entraste le recriminó Rosie a Harry. Fue a la cocina y volvió con una bandeja en la que, con manos temblorosas, colocó al diminuto animal.
Llama a la policía le dijo Harry a Rosie. Esta vez tienes que denunciar a Jason...
Eso no es necesario interrumpió Jason.
Claro que sí lo corto Harry con acidez. Anoche la seguiste a casa desde el trabajo. La estás acosando
No la acosó. Sólo te seguí para descubrir dónde vivías le dijo Jason a Rosie. No te hice ningún daño. Ni siquiera vine a la puerta porque sabía que era demasiado tarde.
Rosie, desolada al saber que Jason la había seguido, miró a Harry con ojos nublados.
Vamos a llevar a Bas al veterinario. Él es lo más importante...
No, tú lo eres corrigió Harry mirando a Jason con obvia animosidad.
No pienso volver a molestarla arguyó Jason. No sabía lo del bombo.
Harry comprendió el significado de la expresión, nueva para él, al ver el gesto de asco de Jason. Bas gimió de dolor y Rosie, con los ojos llenos de lágrimas, le acarició la cabeza.
No podrá soportar que le pasará algo a Bas, es lo único que me queda de Beryl
Harry la llevo hacia la puerta y le echó sobre los hombros la chaqueta que le dio Martha.
¿Beryl? Pregunto, observando consternado las lágrimas que surcaban sus mejillas.
Era mi madre de acogida aclaró Rosie, mientras Harry agarraba la bandeja e iba hacia la limusinas que esperaba en la puerta. Fui a vivir con ella a los doce años. Es el único sitio en el que fui feliz. Me trataba como parte de la familia. Me quería de verdad...
¿ Sigue viéndola? Pregunto Harry, para intentar distraerla.
Bas sangraba por la nariz, no tenía buen aspecto.
Murió cuando yo tenía veinte años Rosie se limpió las lágrimas con irritación. Estuvo enferma mucho tiempo, de cáncer de mama.
Se lo diagnosticaron cuando cumplí los quince y lo trataron, pero reapareció al año siguiente y ya no pudieron hacer nada, era terminal. Uno de los hijos de Beryl le regaló a Bas unos meses antes de que muriera. A mi me pareció una locura darle una mascota estando tan enferma, pero Bas le dio ánimo. Alegro los últimos meses de su vida, así que me lo quedé cuando ella falleció.
Acarició el lomo del perro con un dedo.
¿ Como sabía que Jason me siguió anoche? ¿ Y como has sabido que ha venido hoy?
Ayer, cuando te fuiste, pedí a uno de mis guardias de seguridad que te vigilara con discreción, para garantizar tu seguridad. Y fue buena idea, teniendo en cuenta a ese Jason.
¿ Por qué hiciste eso? ¿ Quieres decir que alguien me está siguiendo desde ayer? Pregunto Rosie con incredulidad.
Así supe que Jason te siguió anoche y que había ido a verte hoy señaló Harry, severo.
Jason estaba a punto de irse tranquilamente cuando dejaste entrar a Bas y se montó el caos. No necesitó un guardaespaldas. ¿ Qué soy? ¿ Una princesa o algo así ? No tengo nada que merezca la pena robar. ¿ Adonde vamos? A una clínica veterinaria en la que Bas recibirá atención inmediata.
Rosie, que tenía la bandeja sobre el regazo, miró el cuerpecillo inmóvil y le tembló el labio inferior cuando vio la sangre que tenía en la nariz.
Lo quiero tanto que es casi ridículo. No está bien adiestrado y Jason lo pinchaba tanto cuando vivíamos con Mel que odia a los hombres.
A mí también me mordió ofreció Harry.
Por lo menos tú no le diste una patada.
Harry miró a Bas y contuvo un suspiro, preguntándose si eso era cuando tenía a su favor. Salvar a Bas para que pudiera seguir mordiéndole era una prioridad dado cuánto lo quería la madre de su futuro hijo. Su propia madre había tenido varios perros a los que parecía querer mucho, sin duda más que a su hijo. Estudio a Rosie, delgada como un junco y sin un gramo de grasa. Se preguntó si era saludable que una mujer embarazada estuviera tan delgada e intento imaginar su diminuto cuerpo hinchado por su hijo; lo sorprendió una oleada de calor que le provocó una inmediata erección. Lo costaba creer que esa imagen pudiera excitarlo. Cualquier tonto podía dejar embarazada e una mujer, no tenía nada de especial, excepto que en su caso el proceso había conllevado un éxtasis inimaginable.
La limusina llegó a su destino.
Harry le quitó la bandeja a Rosie y entraron a la clínica. Una enfermera llegó a recoger al perro e un veterinario salió a saludarlos y a hacerles preguntas.
Tendremos que hacerle radiografías y estabilizarlo antes de nada. Tiene conmoción cerebral y hay que colocar la pierna. Con un poco de suerte, no tendrás nada más grave que eso.
Mientras el veterinario hablaba, Bas empezó a tener convulsiones y agitar las tres patas sanas en el aire.
Rosie gimió con alarma.
Me temo que eso no es bueno señal dijo el veterinario, pidiéndole que fueran a la sala de espera. Después, se llevó a Bas para examinar.
Es un de las mejores clínica veterinaria privadas del Reino Unido le aseguro Harry a Rosie. Si es posible salvar a Bas, lo salvarán.
Rosie, con la mirada perdida intentaba imaginarse una vida sin Bas y no podía. Treinta minutos después la enfermera salió a decirles que Bas tendría que pasar la noche en observación porque tenía una fractura en el cráneo que tal vez requiriera cirugía.
¿ Como voy a pagar las facturas? Susurró Rosie con desconsuelo.
Este nivel de atención de urgencia debe de costar una fortuna.
Yo me ocuparé de eso dijo Harry, poniéndose en pie y ofreciendo la mano para que se levantara. Era ligera como una pluma y estaba tan preocupada por su mascota que no parecía consciente de la presencia de Harry. Ser ignorando era una experiencia nueva que no le gustaba nada, sobre todo cuando la mujer que lo ignoraba llevaba vaqueros desgastados, zapatillas deportivas y una enorme camiseta con un logo llamativo. En cierto modo, le parecía una afrenta que ella no se molestará en cuidar su aspecto estando con él.
Eso es muy generoso de tu parte, pero no me gusta sentirme obligada hacia nadie admitió Rosie cuando salían de la clínica.
Acepto conocer a tu abuelo y la deuda quedará saldada contestó Harry. Pero eso es chantaje Rosie desconcertada por la sugerencia, lo miró con incredulidad.
Así soy yo, moraki mou le devolvió Harry sin el menor remordimiento.
Estoy programando aprovechar cualquier ventaja, y, si de paso le hago un favor a tu abuelo, mejor que mejor.
Rosie inspiró lentamente, conmocionada de que no lo avergonzara esa actitud implacable e inmoral. Por lo visto, su generosidad tenía un precio un precio. No tendría que haberse sorprendido. Harry Styles no era de los que dan algo a cambio de nada. Pero estaba segura de que la factura veterinaria ascendería a miles de libras, y de ninguna manera podría devolverle el dinero. «Ni prestes, ni pidas prestados», solía advertirle Beryl. Rosie siempre había respetado esa máxima, porque ganando lo que ganaba era esencial no superar su presupuesto si no quería meterse en problema. Se preguntó hasta qué punto sería un sacrificio acceder a ir a Grecia. En el fondo, ya empezaba a plantearse hacerlo por pura curiosidad: quería conocer al padre de su padre y descubrir más cosas sobre su familia griega.
Mi último examen es el quince concedió Rosie. Estaré libre para ir de visita a Grecia después de esa fecha.
Ya ves, es fácil tratar conmigo murmuró Harry. Era un alivio tener algo positivo que decirle a su padrino, aún convaleciente. La noticia de que Rosie estaba embarazada no sería tan grata para un hombre tradicional de la generación de Socrates, pero eso no tenía remedio.
No, no lo es. Eres taimado y calculador, y estás utilizando mi afecto por Bas como arma lo censuró Rosie con sequedad. No esperes que te aprecie por eso.
He salvado la vida del perro trayendolo aquí contraatacó Harry. Tengo otra petición...
Tú dirás Rosie subió a la limusina y, ya más tranquila, admiró el lujoso interior de cuero. Se preguntó si ese era su modo de transporte habitual. Sin duda, había un abismo entre ellos. Me gustaría que vieras a Dimitri Vakros para que confirme el embarazo oficialmente. También quiero asegurarme de que estás bien de salud.
Ya he visto a un médico y he sido examinada protestó Rosie con cansancio.
¿ Es necesario que discutas todo lo que sugiero? Harry la miró con exasperacion y captó la desconfianza y tozudez de su rostro. Era diminuta, pero fuera como un león. Estoy pensando en tu bienestar.
Rosie desvío la mirada que, accidentalmente, fue a dar con su poderoso muslos y la tela que se tensaba sobre el obvio bulto en su entrepierna. Ruborizada, alzó la cabeza. Imágenes de ese cuerpo bronceado enredado eróticamente con el suyo en la cama inundaron su cabeza. Se quedó sin aire, pero no de vergüenza, sino de excitación.
Mi bienestar no es asunto tuyo.
Si es mi bebé, es mi asunto le contradijo Harry con voz dura.
Rosie se mordió el labio inferior para no decir una barbaridad. Sabía que a él no le interesaba el bebé, así que Solo estaba ectuando llevado por su sentido de la obligación. Pero, aunque no quisiera un marido reacio, sin podría querer un padre para su hijo, e incluirlo en el proceso era inevitable.
Rosie... gruñó Harry.
¿ Accederás a ver a Dimitri?
Si te empeñas suspiro Rosie.
¿ No entiendes que ahora debo hacerme responsable de ti?
Hacé a años que no necesitó que nadie sea responsable de mi Rosie alzó la barbilla y sus ojos verdes destellaron. Soy una adulta .
Puedo cuidarme sola.
Tendrás que acostumbrarte a que a partir de ahora lo haga yo declaró Harry con frialdad.
Me temo que no. Soy muy independiente. Si quisiera tu apoyo, habría accedido a casarme contigo dijo ella, Casi rechinando los dientes.
Aún podría cambiar de opinión.
Lo dudo. No eres el tipo de hombre con quién me quién me quiera casar afirmó ella, irónica.
Harry, con ojos chispeantes de ira, inspiró profundamente, preguntándose por que no lo alegraba más que lo dejara en libertad. Nunca había querido casarse ni tener hijos.
Sin embargo, volvió a mirar la pequeña figura de pelo claro y perfil delicado y el deseo volvió a incendiario. Se había convertido en parte de su vida, no por su elección, y lo enardecia seguir deseándole. Se dijo que su problema era que necesitaba a una mujer en su cama, era la única explicación.
¿ Con qué clase de hombre quieres casarte? Pregunto con voz seca.
Con alguien bueno, honesto y directo.
Consciente de que no lo veía a la altura en ninguna de esa categoría, Harry apretó los labios e intento excusarse mentalmente. Socrates lo había puesto en situación de no ser honesto ni directo cuando se encontraron. Había intentado ser amable respecto al perro, pero luego había utilizado el coste del tratamiento como arma para conseguir lo que quería. Cierto, no era perfecto. Pero ninguna mujer lo había criticado antes y ella ya lo había hecho más de una vez. Y le había pedido que se casará con el tenía que haber sido un momento de locura, provocado por pensar en largas y tórridas noche en su cama, en vez de en su constante letanía de quejas y críticas.
Rosie observó a Harry con las pestañas entrecerrados. Por la tensión de su mandíbula, era obvio que no estaba de buen humor. Pero tendría que agradecer que hubiera rechazado su propuesta. Algún día conocería a alguna mujer con la que quisiera casarte. Para su sorpresa, se tensó ante esa idea, se sentía posesiva respecto al padre de su hijo, lo que no tenía ningún sentido. La noche anterior había escrito su nombre en un buscador de internet y había descubierto un montón de imágenes que probaban que Harry Styles era un mujeriego desde hacía años. Se había acostado con modelos y estrellas desde que era un adolescente, y ninguna duraba mucho. Por lo visto, ni había mantenido una relación larga ni había vivido con una mujer. Era enormemente rico y famoso por sus éxitos en el mundo de los negocios. Ella nunca podría ser feliz con un hombre como él. Además de la deferencia de dinero, estatus y educación, no encajaban en ningún sentido.
Estaremos en contacto murmuró Harry cuando la limusina se detuvo y ella bajo.
Buena suerte con los exámenes
Rosie, sorprendida, se dio la vuelta y le sonrió, lo que iluminó sus ojos y su rostro de forma exquisita. Harry se negó a dejarse impresionar.
Gracias dijo ella.
Martha estaba esperando para saber cómo estaba Bas, y Rosie la puso al día.
Se hizo la cena sin poder dejar de bostezar. Su médico le había dicho que el embarazo haría que se sintiera más cansada de lo habitual. Resuelta a levantarse temprano para estudiar, se acostó e, involuntariamente, recordó la noche pasada con Harry, sintiendo un intenso calor en la pelvis. Pensó, con desagrado, que él le había enseñado a desear el sexo. Con el tiempo olvidaría ese anhelo y también a él. Pero no podía negar que, en ese momento, estaba algo obsesionada con él.

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