𝐱𝐢𝐢. arvid/ el sacrificio

1.5K 144 22
                                    


𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗧𝗥𝗘𝗖𝗘: ❛ ARVID/EL SACRIFICIO ❜






Oro.

Algo sobre el metal amarillo era hipnótico, causando riqueza y codicia.

Ivar y Arvid la habían observado trabajar en un tenso silencio, sin poder apartar la vista del metal brillante en sus delicadas manos. Sus dedos trabajaron de la forma en que su padre le había enseñado. Era meticuloso y tedioso, lejos de los estilos de armamento mortal.

Floki estaba bastante complacido.

Se veía hermoso en Helga, decorando su pálida clavícula como una reina. Ella debería ser una reina.

La sonrisa de Helga era más brillante que el sol de verano mientras tocaba suavemente las perlas incrustadas en oro.

—¿Mi esposo te ha metido en esto?

Ella le pregunta, inclinándose hacia la joven morrish que ahora tenía a su cuidado.

—Floki insistió —Artemis asiente.

—Tanaruz, mira que bonito brilla el oro.

La niña mira el collar desinteresada. La pobre niña parecía sin vida y Artemis la miro con ojos tristes. Ella no se merecía tanta, nadie fuera de su hogar se lo merecía.

—¿Y que es esto?

Ivar preguntó arrastrándose hacia la niña. El extiende una mano hacia ella como una invitación amistosa, pero la niña deja escapar un grito agudo en reacción. Ella estaba tan asustada que sus gritos no cesaron hasta que Ivar se alejó completamente.

Helga reaccionó de inmediato, jalando a la niña a su lado y meciéndola de un lado a otro con comodidad. Floki suspira, frotándose una mano por el rostro con frustración mientras Ivar lo miraba confundido.

Artemis observa a la chica encogerse en las faldas de Helga, las lágrimas derramándose de sus ojos como cascadas. Si recordaba correctamente, la niña era de Moorish, España, lo que significaba que hablaba el idioma de los árabes. Muchos comerciantes Moorish acudían a menudo hacia el sur del mediterraneo, vendiendo sus sedas y joyas.

El idioma era difícil, mucho más que el del norte.

Artemis había crecido escuchándolo, su padre y su hermano casi lo hablaban con fluidez gracias a sus viajes vendiendo su trabajo, y ella podía captarlo aquí y allá. Ella no era la mejor, pero probablemente sabía lo suficiente como para hablar con la chica asustada.

Ella cierra los ojos por un momento, buscando en su mente las palabras básicas, y cuando los abre, Ivar la mira con confusión.

—¿Que estas haciendo?

—Estoy pensando.

—Bueno no te hagas daño —el resopla.

Artemis sonríe ante su broma, poniéndose de rodillas a su lado para intentar hablar con la chica.

—¿𝘛𝘶 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘴 𝘛𝘢𝘯𝘢𝘳𝘶𝘻? —ella lo intenta en su arabe entrecortado, inmediatamente Ivar se pone rígido a su lado.

Los ojos llorosos marrones de la niña la miraron con asombro, pero ella permaneció en silencio, asintiendo con la cabeza en respuesta.

—𝘈𝘳𝘵𝘦𝘮𝘪𝘴 —se señala a sí misma, sonriendo a la chica. Helga observa su intercambio con ojos penetrantes, acariciando distraídamente el cabello oscuro y liso de la chica.

—¿𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘪𝘥𝘪𝘰𝘮𝘢? —Tanaruz le pregunta tímidamente, tratando de alejarse del toque de Helga. Artemis se recordaba mucho a sí misma en ella, asustada y sola.

𝐅𝐎𝐑𝐆𝐈𝐍𝐆 𝐀 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ━ 𝐢𝐯𝐚𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐨𝐧𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬  Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin