Capitulo 22 💜🔞

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Capitulo 22

Nicolle

El Rock resuena en las paredes de la casa de Tim y retumba en mis oídos. Las luces estroboscópicas iluminan el lugar y las personas a mi alrededor saltan de un lado a otro al ritmo de la música, otros comparten saliva y se manosean mientras bailan.

No soy fanática del rock pero es el género favorito de Timothy, y no está tan mal, la verdad. La mayoría de los estudiantes del instituto están aquí. Puedo ver la piscina a través de las paredes de cristal que está completamente llena, no tanto como dentro. Apenas y puedo caminar entre la multitud de personas, tropezándome para poder salir. Como puedo, llego a la piscina y veo a una chica jugando a la pelea con otra chica dentro del agua mientras los chicos las tienen en sus hombros sosteniéndolas.

Se ve divertido.

Ellas ejercen fuerza con sus brazos y ríen a la vez, hasta que una de ella cae al agua y pierde el juego. La otra levanta sus brazos al aire emocionada mientras las personas a su alrededor hacen una ovación y se ríen.

Sonrío.

Tarareo la música que empieza a sonar y comienzo a caminar por la orilla de la piscina hasta que mis ojos encuentran a cierto pelinegro y su séquito. Detengo mis pasos y me permito visualizarlo desde lejos. Tiene el cabello mojado mientras su piercing — mi debilidad —brilla y lo lame constantemente, como de costumbre. Tiene un vaso de plástico en sus manos con lo que supongo que es alcohol y el torso desnudo mostrando el tatuaje de su brazo y el de su cuello. Está sentado en una de las mesas de la esquina con sus amigos: Duncan, William, y...¿El pecoso?.
Que extraño. Solo espero que no le hagan daño al pobre o lo obliguen a hacer alguna tontería.

No es que me preocupe por el, no. Sino porque ya saben, me gusta hacerle un bien a la humanidad.

Timothy levanta la mirada y sus divertidos ojos azules encuentran los míos. Le sonrío con picardía y el me guiña un ojo, como de costumbre, con cierta diversión. Veo que se levanta de la mesa y camina hasta dónde estoy, con paso firme y fuerte. Todo un jodido modelo de revista.

Cuando queda frente a mi, noto que sus ojos azules se ven más oscuros.
Consecuencias del alcohol, supongo.
Me recorre con la vista de pies a cabeza, desvistiéndome con la mirada sin ningún tipo de vergüenza, y luego se queda fijo en mis ojos. Se acerca acortando la distancia entre ambos, rozando mis labios y obvio que mi pulso se acelera involuntariamente con su cercanía. Pero no llega a besarme, solo acaricia mi mejilla con sus labios y llega hasta mi oído para susurrarme ya que la música está muy alta.

—Bonito vestido, Pitufina.

Su aliento se estampa sobre la parte baja de mi oreja, en ese punto que me gusta, y su voz suena tan tremendamente sensual que me enloquece inconscientemente.
Sonrío ante sus palabras y los vellos de mi piel se ponen de punta, estremeciéndome. El olor de su perfume unido con el del alcohol llega hasta mi olfato y...¡Huele exquisitamente bien! ¡Que tentación!.

Lamo mis labios cuando el se aparta y lo observo descaradamente analizándolo desde los pies a la cabeza, con descaro.

Cuando llego a sus ojos muerdo mi labio inferior lentamente y el lo nota. Muerde el interior de su mejilla, gesto que me muestra que le ha causado algún efecto. Ladeo un poco mi cabeza para mirarlo divertida.

—Tú no estas nada mal. —Admito con un ápice de perversión en mi tono de voz. —Aunque lleves demasiada ropa encima.

Me acerco lentamente a él y acaricio su mejilla con mis labios hasta llegar a su oído para susurrarle:

—Me gustarías más desnudo.

Pasa saliva cuando muerdo su oreja rápidamente sin que las personas a nuestro alrededor se den cuenta. Me aparto de él porque empiezo a sofocarme y eso no es nada bueno para mi sistema que suele descontrolarse rápidamente con un simple roce.

Cuando vuelvo a mirarlo tiene esa sonrisa maliciosa, característica de él. Porque el puto de Timothy es maldad pura, creo que si hiciéramos una competencia para ver quien tiene más maldad en el cuerpo, sería una competencia reñida pero al final yo sería la ganadora. Timothy puede ser rudo, salvaje, arrogante y perverso. Pero yo, yo soy el ejemplo de la maldad y la perversión.

—Bonito tatuaje. —señalo con mis ojos la parte baja de su abdomen dónde se ven las letras negras de su tatuaje. Es decir, mi favorito de todos. Mi marca, mi huella.

El ríe divertido y con malicia. Esa sonrisa pícara y perversa que tanto me gusta, que dice muchas cosas a la vez.
Algo trama, lo se. Esa sonrisa me lo dice todo.

Vuelve a acortar el espacio entre los dos y rodea mi cintura con sus manos pegándome a su cuerpo abruptamente, cosa que me toma desprevenida y me sobresalto. Mi pulso vuelve a acelerarse y mi respiración se agita. Tenerlo cerca de mi es una puta tortura, porque me provoca saborearlo, hacerlo gemir mi nombre, morderle cada parte de su anatomía hasta que quede sin aliento, pero ¡No puedo hacerlo! ¡Estoy jodida!. Quiero, pero no puedo y no tengo ni puta idea porque no me lanzo para besarlo, llevarlo a su habitación y follar hasta el cansancio. Hay algo dentro de mi que quiere que lo haga y otra parte que me dice que estoy equivocada y que no cometa una tontería. Pero, ¡Maldición!. Timothy Lester es mi mayor fantasía y puedo hacer con el lo que me de la gana, pero no puedo hacerlo, no ahora y eso me enfurece.
Sus manos ejercen presión en mis caderas y me abraza. Lo que hace luego, me hace soltar un grito: me lanza a la piscina junto con él.

Maldito.

Siento el agua fría tocar mi piel ardiente y cuando salgo a la superficie, Timothy se carcajea.

—¡Idiota! —Le digo entre risas mientras paso las manos por mi cara para quitar el resto de agua y pintura. El vestido se sube hasta mi cintura en el agua. Y me doy cuenta de que apenas llevo un hilo diminuto que no cubre mucho mis partes. Además de que el encaje es bastante transparente.
Me siento expuesta, pero eso es lo menos importa. La mayoría de las chicas llevan trajes de baño, no tan diminuto pero muestran bastante su cuerpo. Y a mi no me avergüenza para nada mostrar mi cuerpo. Me salpica agua con sus manos y cae directo a mi rostro. Vuelvo a pasar mis manos por mi rostro y luego salpico agua y le cae a él en el rostro. El se carcajea divertido y luego se hunde bajo el agua.

Mierda.

Me tenso. No puedo verlo bajo el agua. De pronto siento que una mano se desliza desde mi tobillo subiendo lentamente por mis muslos.

Trago con dificultad y abro un poco mis labios para poder respirar, porque creo que me he quedado sin oxígeno. Se me han alterado hasta los ovarios.

El sale a la superficie y queda a mis espaldas, aun con sus manos entre mis muslos. Lo escucho hablar en mi cuello y su aliento me acaricia tortuosamente. Y aun no he tomado ni una gota de alcohol.

—Me gustan tus bragas, Pitufina.

Siento como cuela su mano en mi entrepierna y un calorcito delicioso se instala en mi sexo.

Todos están tomando alcohol, otros juegan y las pocas personas dentro de la piscina están besándose o conversando. Nadie se percata de nuestra indecente cercanía.
Siento su mano en mi abdomen y luego...

¡Joder!.

Trago saliva con fuerza intentando controlar mis impulsos perversos.
Juega con el elástico de mi braga y la desliza hacia abajo lentamente. Vuelve a hundirse bajo el agua mientras mis bragas se deslizan por mis muslos hasta llegar hasta mis tobillos. Estoy descalza ya que ¡no se donde coño quedaron mis tacones!. Cuando llega la braga a mis pies, tenso mis labios y levanto cada uno de mis pies para sacarme la braga.

Ahora sí me siento expuesta, pero no me avergüenza para nada. Todo lo contrario, me sube la adrenalina al mil por ciento.

Este juego se esta volviendo más divertido de lo que imaginé.

Todo comenzó con simples fotos sexuales, palabras perversas, caricias un poco indecentes pero nada más. Creo que el juego ha subido al siguiente nivel y eso me gusta. Y lo mejor de todo, es que no hay nada de sentimientos de por medio, ni celos, ni dramas, solo juegos divertidos entre los dos y sin ningún tipo de complicaciones. Él por su lado y yo por el mío, fin.

Aunque claro está, cuando quiero algo hago lo que sea para conseguirlo y después de que lo consigo, nadie puede arrebatármelo. Así de posesiva soy.
Muerdo mi labio cuando el vuelve a salir a la superficie frente a mi, mientras su cabello negro se pega a su frente y el agua corre por su cuerpo ejercitado.

A veces quisiera ser agua.

A veces también quisiera, dejar de contener mis ganas y llevarlo hacia el infierno junto conmigo para infundirnos en el pecado que piden nuestros cuerpos a gritos.

El agua apenas llega bajo mis senos y a él un poco más arriba de su cintura ya que es mas alto que yo. Pasa la mano por su cabello y lo despeina, mientras este gotea. Lo veo meter mi braga favorita en el bolsillo de su short playero negro con una sonrisa maliciosa.

—¿Que harás con ellas?. —me refiero a mis bragas. —Eran mis favoritas.

—Ahora son las mías. Y lo que haré con ellas lo dejo a tu imaginación.

Me guiña un ojo y lame su piercing.
Con que así vamos a jugar, Timothy Lester, pienso y lo miro con una ceja levantada.

De pronto el lugar se vuelve oscuro, ya que han apagado las luces, solo la luna y las estrellas nos iluminan. La música suena fuerte y escucho risas, voces y el tintineo del hielo en los vasos de vidrio con alcohol.

—Ya vuelvo. —Me indica y se aleja de mi, cuando vuelve a entrar al agua me tiende un vaso de plástico con alcohol.

Lo necesitaba como el aire que respiro, pienso.

Le doy un sorbo grande a mi trago y el sabor del Vodka me sabe delicioso en mi paladar aunque un poco fuerte y concentrado. Doy unos tragos más y me lo termino rápidamente. Dejo el vaso en la orilla de la piscina al igual que Tim.

Siento mis pezones endurecerse bajo la tela de mi vestido, no se si por el frío de la noche o por la calentura que me ha provocado Tim con sus toqueteos, creo que por ambas.

Esto de no tener sexo me está pasando factura y no quiero acudir a mi fiel compañero de sexo: mi vibrador.
Decidida me acerco a Tim y estampo mis labios sobre los suyos lamiendo y chupando su piercing. Sus labios me saben a gloria. Besa demasiado bien con una experiencia increíble. Rodeo mi mano en su nuca y profundizo el beso, aferrándome a su cabello. El cual se vuelve cada vez más intenso. El me levanta de los muslos y aprovecho de rodear mis piernas en su cintura. El camina conmigo sin despegar nuestros labios y siento mi espalda chocar contra la pared de la piscina. Pero él cambia la posición y queda él de espaldas a la pared. Mi clítoris se siente sensible y es desesperante sentirse de esa manera. Siento las manos de Tim sobre mi trasero y sube un poco mi vestido el cual llega hasta mi cintura, dejando mi trasero expuesto. Siento sus manos ejercer presión en mis nalgas y restregarme contra su erección. Sus manos son fuertes y ejerce tanta presión en mis glúteos, que puede que me deje marcas.

Su dureza me prende en fuego y me odio por eso. Suelto un jadeo involuntario en su boca. Mientras que mi corazón late frenéticamente en desesperación. Meto mi mano bajo el agua y toco la erección de Tim quien gime en un susurro. Masajeo por sobre la tela de su short y lo acaricio mientras siento sus músculos tensarse. Sus manos se aferran a mis nalgas, pero luego aparta una de ellas desesperado y...

Siento su mano en mi punto frágil y necesitado. Un huracán de sensaciones se instalan en mi cuerpo, cuando empieza a mover sus dedos en círculos en mi clítoris.

Jadeo.

Quiero gritar y gemir en voz alta, pero me contengo.

Empiezo a temblar bajo el agua y no de frío específicamente, sino del fuego que corre por mis venas. Los besos se vuelven hambrientos, posesivos, salvajez y ansiosos.

Estoy a punto de perder el control de mi cuerpo, el cual quiere ser explorado por las manos de Timothy Lester.
Cohibida por mis impulsos, dejo que siga tocándome. Sus dedos en mi punto frágil se sienten exquisitamente bien.
Agarro su mandíbula con mis dedos y aprieto con fuerza, muerdo su labio suavemente y el suelta un gruñido que me llena de satisfacción.

Mi piel quema.

Mi Clítoris ya no puede más, ya quiere explotar...

Vuelve la luz y nos apartamos rápidamente, jadeantes como si nada hubiera pasado. Acomodo mi vestido mientras mi pecho sube y baja frenéticamente. Me giro hacia Tim y lo veo con los ojos cerrados echándose agua con sus manos en el rostro.
Cuando vuelve a abrirlos veo la perversión y la lujuria en sus ojos azules. Sus ojos se ven profundos, irradian deseo puro y sus pupilas dilatadas me lo demuestran.
Le sonrío de lado, le doy la espalda alejándome de él y salgo de la piscina bajo su atenta mirada, por las escaleras. Solo espero que nadie vea mi vagina al aire libre. Mi vestido está lleno de agua y mis pezones se marcan en la tela, totalmente endurecidos.
Mi excusa: Es el frío.

Camino lentamente y me acerco a los chicos en la mesa, quienes hablan y ríen sin parar. El alcohol ya ha surtido efecto en sus cuerpos.

—¡Nicky!

Me saluda Duncan con una sonrisa y su torso desnudo. Su cabello rubio lo tiene de puntas arriba y veo que en su oreja tiene un pequeño aro que brilla. Duncan no tiene tatuajes o eso creo, superficialmente no se los veo por ningún lado. Es alto delgado, pero de abdomen y músculos marcados.

—Rubio... —Le devuelvo el saludo y me siento a su lado. Tomo la botella sobre la mesa y me lleno un vaso con Vodka. Todos me miran sorprendidos y divertidos.

—¿Que? ¿No puedo tomar hasta volverme mierda y ustedes sí?. —inquiero. Duncan sonríe, William le da un trago a su cerveza y Gerson me sonríe divertido.

—¡Salud por eso!. —Me dice Duncan y levanta su vaso de plástico, yo levanto el mío al igual que todos los demás y hacemos un brindis.

—¡Salud!.

Decimos al unísono. Ignoro la súplica de mi intimidad y empiezo a tomar bajo la atenta mirada del pecoso. ¿Por que me mira tanto? ¿Tendré algo en el rostro? ¿Se habrá dado de cuenta?. Lo ignoro completamente y me tomo mi vaso de Vodka de golpe.

Veo a Timothy sentarse frente a mi y se sirve un vaso de alcohol, que se toma de golpe y hace una mueca.

Sonrío y el me mira divertido.

¿Por que tuvo que llegar de nuevo la luz?.

Pero la pregunta es:
¿Que hubiera pasado si no hubiera llegado? ¿Habría follado con el?.

En fin, la noche es larga y la vida es una, hay que disfrutarla.

Empieza a sonar una música electrónica y los chicos se levantan y comienzan a bailar en el césped, también el pecoso lo hace. Yo también lo hago y comienzo a bailar con Duncan mientras que Timothy Lester observa mis movimientos y yo no aparto la mirada de sus ojos traviesos. Toma lo que queda de su vaso y se queda mirándome fijamente, desnudándome con la mirada mientras yo meneo mi cuerpo al son de la música, ignorando el palpitar de mi deseo el cual se aumenta con la mirada lasciva del chico de los ojos azules.

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Las quiere siempre
Patrix 💜

𝑸𝒖𝒊𝒎𝒊𝒄𝒂 𝑰𝒏𝒅𝒆𝒄𝒆𝒏𝒕𝒆 +18 ©️ LIBRO I 💜 (Editando)Where stories live. Discover now