Capítulo 4.

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Goku junto a Irene nuevamente surcaban los cielos, pero esta vez para finalizar el pequeño viaje que tuvieron. Ella se encontraba emocionada y ansiosa, faltaba poco, casi nada.

-Estamos por llegar -mencionó Goku sonriente pues probablemente llegarían antes de que se vuelva de noche.

-No veo la hora de llegar a ese templo que mencionaste, Goku -Irene mencionó con tono alegre.

-Lo haremos pronto, no te preocupes -respondió mirando a la dragona, pero de repente puso un rostro pensativo cosa que ella notó.

-¿Ocurre algo? -preguntó curiosa la dragona a lo que recibió una mirada confusa de Goku.

-Es que hay algo que me gustaría hacer -dijo Goku rascando su nuca sin saber bien como explicarse.

-¿Heh? ¿qué quieres hacer? -preguntó nuevamente genuinamente confusa.

-Hmm, pues quiero montar sobre tu lomo, no sé porqué pero parece divertido jajaja -Goku dijo inocentemente sacando completamente de lugar.

-¿Heh? -eso fue lo único que la dragona en forma chibi pudo decir, probablemente avergonzada- ¿Montar... mi lomo? -se preguntó mirando de reojo su espalda.

-Así es, es que tu cuerpo es bastante calido, pude dormir muy bien anoche jejeje -volvió a decir Goku rascando su nuca.

-Tú... ¿no estás bromeando? -preguntó incrédula la dragona desviando la mirada, lo entendería si estuviese en su forma humana, pero ahora no era más que un simple monstruo, al menos a sus propios ojos.

-¿Bromear? No, no pienso que eso sea gracioso, ¿o sí lo es? -preguntó nuevamente Goku curioso rascando su nuca.

-... -la dragona simplemente no supo que decir ante las palabras de Goku, sin duda era una persona bastante peculiar, jamás había conocido a alguien así- No... no tengo problemas -ella dio permiso aún insegura.

Una enorme sonrisa de conformidad se formó en el rostro de Goku para que posteriormente de un salto pase de su nube al lomo de la Belserion.

"Hyeh"

Fue el pequeño quejido que soltó la dragona al sentir por primera vez a una persona montando su lomo.

-¡Muchas gracias amiga! -decía el chico con felicidad mientras sostenía la bolsa con las 6 esferas.

-"No entiendo qué es lo bueno de esto, ¿qué lo hace tan alegre? Pareciera ser un niño" -pensaba Irene confundida y nerviosa.

La dragona no pudo evitar exaltarse aún más cuando sintió sus escamas ser abrazadas por los fuertes brazos del joven.

Goku se había recostado y acurrucado entre los cabellos de su nuca cual niño con su madre.

-Jejeje, la espalda de Irene... se siente muy cómoda -murmuraba el joven cerrando sus ojos con una pequeña sonrisa.

 se siente muy cómoda -murmuraba el joven cerrando sus ojos con una pequeña sonrisa

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La Dragona y el Guerrero.Where stories live. Discover now