Capítulo 5.

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Lentamente sus pies tocaron las losetas del templo sagrado, sin despegar aquella esfera de cuatro estrellas de entre sus manos.

-¡Irene! ¿En serio eres tú? Tu ki es identico, pe... pero has cambiado mucho -habló Goku girando al rededor de la mujer como si de un niño se tratara causando algunas risas de la pelirroja.

-Así es Goku, soy yo -ella habló con suavidad mientras extendía la esfera a su "dueño".

Curiosamente Goku puso una extraña expresión en su rostro, una de ligera inconformidad mientras rascaba su nuca como si tratara de entender algo.

-Vaya... bueno, supongo que tú estas feliz y eso es lo que realmente importa jeje -habló el joven saiyan con una enorme sonrisa.

-¿Acaso hay algo que te molesta? -preguntó la muchacha curiosa.

Goku puso su dedo sobre su mentón y pensó unos detenidos momentos que para ella fueron eternos, hasta que por fin soltó palabras.

-Es que me gustaba mucho volar por los cielos recostado sobre tu espalda, ¡fue muy cómodo! -exclamó el joven alegremente sorprendiendo a Irene.

Kami-sama y Mr. Popo no pudieron evitar esbozar una sonrisa burlona por como la chica no entendía lo bueno e inocente que era Goku, alguien que no conocía ni siquiera lo que era el prejuicio. Alguien a quien poco y nada le importaban las apariencias, contrario a las personas que ella conoció en su vida.

La hermosa mujer de pelos carmesí seguía mirando a Goku con los ojos bien abiertos. Nunca se había esperado eso, ¿cómo es que prefería su forma dragón a su forma humana? Que para ella era más agradable, ¿Estaba intentando ser amable de alguna manera? No, no parecía ser el caso.

El amargo recuerdo de aquel hombre rechazando su persona cuando su metamorfosis a dragón cruzó por su mente, instintivamente llevó su mano a la cicatriz producto de aquel fatídico día, su rostro palideció de un momento a otro.

-¿Huh? ¡Oye Irene, estás herida! -exclamó Goku acercándose rápidamente a la mujer quien salió de sus pensamientos.

Sin pensarlo mucho Goku apartó la mano de la muchacha y miró su abdomen con preocupación.

-¡Kami-sama, es una gran cicatriz! ¿No es peligroso? -preguntó lleno de preocupación el saiyan ante lo cual el Dios de piel verde negó seriamente, aunque dirigiendo una rápida mirada a la mujer.

-E...esto es de hace mucho Goku, no te preocupes -habló la Belserion mirando desde arriba al Son pues este mismo estaba agachado.

-¿Segura? Puedo pedirle unas semillas al maestro Karin para estar más seguros -volvió a decir Goku como si fuera la mejor idea.

Esto sin duda puso nerviosa a la chica pues no se esperaba una reacción así del muchacho.

-Supongo que esos harapos no son una ropa digna de usted señorita -metiendose en la conversación mencionó el Dios mientras extendía su mano.

-¿Huh? ¿A qué se refier...? -Irene no pudo terminar de hablar pues su cuerpo fue rodeado por una tenue luz.

Tras haber desaparecido aquella luz se vio asombrada, sobre su cuerpo habían aparecido unas ropas nuevas las cuales eran una camiseta negra floja, unos shorts blancos hasta debajo de los muslos y unos zapatos bastante cómodos.

Su cabello ahora se encontraba recogido en una cola de caballo y una trenza, mucho más ordenado que antes.

-¡Increíble! -exclamó la mujer abriendo sus ojos- ¿Esto es magia? -preguntó pues conocía una extraña magia de reequipamiento que hacía un tiempo se hizo famoso en el mundo, al menos el que ella conocía.

La Dragona y el Guerrero.Where stories live. Discover now