Capítulo 6.

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El entrenamiento era la base para el mejoramiento físico y mental que un individuo podía realizar dentro de lo que sus capacidades se lo permitieran.

El mismo se realizaba no solo con el propósito de mejorar un talento nato, sino también uno que no sea propio expandiendo las capacidades propias del ser.
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Un aura carmesí rodeaba tenuemente el cuerpo de la dragon slayer de pelos rojos, quien ahora vestía un top negro que dejaba su abdomen al descubierto, unos pantalones si a los de Goku, pero igualmente negros sin calzados.

Sus ojos se encontraban cerrados pues estaba meditando, concentrando su mana lo mejor que podía, aunque parecía costarle bastante.

Si bien su deseo había sido el "control total sobre su poder" esta misma se refería a cierta característica de la magia llamada "Dragon Slayer" la cual tenía que ver con su metamorfosis, mas no sobre sus habilidades, lo que terminaba significando que tendría que entrenar para controlar su tremendo poder.

Cerca de ella estaba Goku, con su camiseta azul y el resto de su dogi igualmente meditando, aunque el mismo se veía mucho más pasivo que su "amiga" pues incluso algunas aves se posaban sobre su cabeza y piernas.

Se volvió a concentrar en su meditación, pero de un momento a otro su rostro de contrajo en una expresión desesperada, su respiración igualmente se aceleró levemente por alguna razón. Trató de calmarse y aceptó que esto sería inútil para ella, al menos por ahora.

Irene abrió uno de sus ojos para analizar a Goku, quedando algo centrada en el chico por la tranquilidad que emanaba, pero a la vez tenía la sensación que estaba preparado para cualquier tipo acción contra su persona.

-"Su concentración parece la de un anciano maestro lleno de experiencia, incluso esas aves se posan sobre él... Goku, ¿cuánto has entrenado para llegar a este punto? Ni yo con mis tantos años de vida..." -pensaba la pelirroja con cierto deje de admiración hacia el joven.

"Fuuu"

El saiyan exhaló espantando a los animales que estaban sobre él.

-Es suficiente -los ojos azabaches de Goku se abrieron repentinamente topándose con los hermosos avellanas de Irene quien fue tomada levemente desprevenida- ¿Pasa algo Irene? -preguntó Goku aún sentado mirando a su amiga.

-¿Eh? A...ah, no, e...estoy bien, es solo que -ella se rascó la nuca confusa y nerviosa.

-Si tienes algun probablema dime, que yo te ayudaré sin dudarlo -Goku dijo firmemente con una gran sonrisa recibiendo la mirada de Irene.

-Yo... realmente no puedo concentrarme, no puedo -reveló la mujer desviando su mirada con pesadez y tristeza.

-Irene -Goku llamó a lo que la mencionada lo miró notando la expresión seria del muchacho- Tú... ¿estás triste o enojada? -preguntó asombrando a la mujer quien abrió sus ojos en sorpresa por aquella pregunta.

-¿Por qué preguntas eso? -ella cuestionó seriamente, pero con tono afligido.

-Alguna vez, cuando apenas había llegado aquí Mr. Popo me dijo que quizá tenga problemas al meditar por mis propios sentimientos, pensamientos o recuerdos -él respondió sonriendo- Y fue así, recuerdo que por un tiempo la idea de enfrentarme a Piccolo cegaba mi juicio y no dejaba de pensar en eso y en todo lo que ocurrió en la última pelea que tuve contra él y en todo el daño que le hizo a la gente importante en mi vida -Goku explicó asombrando a la pelirroja.

La Dragona y el Guerrero.Where stories live. Discover now